¿Qué fue la Doctrina del Descubrimiento que impulsó la Iglesia para justificar el colonialismo?

La Doctrina papal del Descubrimiento se utilizó para justificar la colonización en nombre del cristianismo, y con el tiempo se incorporó al derecho estadounidense e internacional.

Por Erin Blakemore
Publicado 26 jul 2022, 11:18 CEST, Actualizado 7 feb 2024, 15:08 CET
El padre Jacques Marquette, un misionero francés del siglo XVII, explora el río Misisipi en canoa.

El padre Jacques Marquette, un misionero francés del siglo XVII, explora el río Misisipi en canoa. A través de una serie de decretos papales conocidos como la Doctrina del Descubrimiento, la Iglesia Católica alentó la toma de las Américas por parte de los europeos para seguir difundiendo el cristianismo.

Fotografía de Nawrocki, ClassicStock, Getty Images

Louise Large se agitó y gritó, luchando contra las monjas vestidas de negro que la sujetaban con fuerza mientras le hablaban en un idioma que no entendía.  Al ver a su abuela alejarse, la joven Cree se dio cuenta de que la habían dejado en el Blue Quill, un internado para niños indígenas en Alberta, Canadá. Después, dijo en un testimonio de 2011 ante la Comisión de la Verdad y la Reconciliación de Canadá, "sólo grité y grité durante horas".

Pronto, Large se dio cuenta de que debía cumplir un estricto horario en la escuela que giraba en torno al cristianismo, que ahora se esperaba que practicara. Los niños rezaban tanto, dijo con sarcasmo, que todos tenían "rodillas de internado", es decir, las articulaciones se volvían callosas y crujientes debido a las oraciones forzadas de la escuela.

Alumnos de Blue Quills, un internado para niños indígenas en Alberta, Canadá. Fundado por misioneros católicos bajo mandato británico a finales del siglo XIX, Blue Quills fue una de las muchas escuelas creadas para convertir a los niños indígenas al cristianismo y forzar su asimilación cultural.

Fotografía de Courtesy of Library and Archives Canada, Department of the Interior fonds

Large estaba viviendo el resultado del legado de la colonización de Canadá, cuyo Gobierno obligó a más de 100 000 niños de las Primeras Naciones a asistir a escuelas residenciales que los despojaron de su identidad indígena e intentaron convertirlos al cristianismo.

En el siglo XXI, la Comisión de la Verdad y la Reconciliación desvelaría la historia de los internados y sus efectos en los indígenas canadienses. Por el camino, documentó cómo una doctrina religiosa centenaria permitió la fundación y el funcionamiento de escuelas que causaron tanto daño.

Antes del viaje de una semana del Papa Francisco a Canadá, que comenzó el 24 de julio, tanto activistas como organizaciones religiosas pidieron al líder católico que revoque la "Doctrina del Descubrimiento", una serie de decretos papales de finales del siglo XV que sentaron las bases legales para la conquista del Nuevo Mundo por parte de la Monarquía Hispánica del de los Reyes Católicos y Portugal, y en la que después se apoyaron otras monarquías europeas. 

Además de legalizar la conquista de tierras, estos decretos católicos abrieron la puerta para la aniquilación de muchas culturas indígenas en nombre del cristianismo. He aquí cómo esos decretos se convirtieron en la base legal de la colonización, y el legado que han dejado.

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    En 1970, los activistas indígenas arrebataron al Gobierno canadiense la gestión de Blue Quills. El edificio original de ladrillos rojos, conocido ahora como Blue Quills University, sigue en pie como escuela propiedad de las Primeras Naciones y gestionada por ellas.

    Fotografía de Amber Bracken

    Orígenes de la Doctrina del Descubrimiento

    La doctrina tiene sus raíces en los inicios de la Era de las Exploraciones. A lo largo del siglo XV, la Iglesia Católica Romana respondió a las ambiciones de los reinos católicos europeos, liderados por Castilla y Portugal, de explorar y colonizar otras regiones. En una serie de edictos conocidos como bulas papales, los papas concedieron a esas coronas el derecho a tomar el control de otras tierras, someter a los pueblos que ya vivían allí y convertirlos al cristianismo.

    El más influyente de esos decretos fue Inter Caetera, una bula emitida por el papa Alejandro VI en 1493. Un año antes, en 1492, el explorador Cristóbal Colón había llegado a América en una expedición financiada por la Corona de Castilla. Aunque el objetivo del viaje era encontrar una ruta hacia el oeste para llegar a los centros comerciales de Asia, también supuso una oportunidad para que Castilla ampliara su reino y el alcance de la cristiandad.

    Nacido como Rodrigo de Borja, el Papa Alejandro VI gobernó la Iglesia Católica de 1492 a 1503. Al principio de su reinado, el valenciano promulgó el decreto que alentaba a las naciones europeas a colonizar tierras extranjeras y a convertir al cristianismo a sus habitantes.

    Fotografía de The Print Collector, Print Collector, Getty Images

    Alejandro VI era un valenciano (Corona de Aragón) con estrechos vínculos con los Reyes Católicos, y su reinado papal estuvo marcado por los escándalos derivados de su codicia, corrupción y nepotismo. Cuando Portugal se quejó de que Colón y Castilla estaban interfiriendo en sus propias ambiciones por el Nuevo Mundo y saltándose el Tratado de Alcaçoba, que puso fin a las aspiraciones de Portugal de controlar la Corona de Castilla y reconoció el control de Portugal en el Atlático, el Papa publicó un documento en el que afirmaba que los Reyes Católicos tenían el derecho exclusivo sobre el territorio al oeste de las Azores y las islas de Cabo Verde en el Océano Atlántico medio.

    La encíclica no sólo daba a Castilla carta blanca para reclamar tierras en el Nuevo Mundo. También vinculaba la exploración y la colonización con el cristianismo y la conversión. Las naciones debían hacer una prioridad para asegurar "que en nuestros tiempos especialmente la fe católica y la religión cristiana sean exaltadas y se incrementen y difundan en todas partes, que se cuide la salud de las almas y que las naciones bárbaras sean derrocadas y llevadas a la fe misma", instruyó Alejandro.

    El razonamiento del Papa se basaba en parte en el concepto emergente de terra nullius, que en latín significa "tierra vacía". Cualquier lugar que no estuviera ocupado por los cristianos se consideraba libre para que los europeos cristianos lo tomaran, independientemente del número de personas que ya vivieran allí o del avance de sus civilizaciones.

    Cristóbal Colón arrodillado y sosteniendo una bandera y una espada al tocar tierra en la isla que rebautizaría como San Salvador en octubre de 1492. La Era de las Exploraciones se vio impulsada por la doctrina religiosa que presentaba al cristianismo como una fuerza "civilizadora".

    Fotografía de Courtesy of Library of Congress

    Cómo la Doctrina del Descubrimiento se convirtió en ley

    A medida que los exploradores se adentraban en el Nuevo Mundo, la bula papal y la idea de terra nullius se fundieron en un concepto jurídico conocido como la "Doctrina del Descubrimiento". El concepto hizo metástasis entre los siglos XV y XIX y a las prácticas de los conquistadores hispanos se adhirieron otros estados como Portugal, Francia, Inglaterra u Holanda. Con el tiempo, escribe el historiador jurídico Robert J. Miller, la doctrina tuvo una "aplicación mundial".

    La doctrina se utilizó para justificar todo, desde la toma de posesión europea de la mayor parte del hemisferio occidental hasta las tácticas coercitivas utilizadas por los misioneros allí. Aunque el Papa Pablo III prohibió en 1537 la esclavización de los pueblos indígenas y la confiscación de sus bienes, el edicto fue a menudo ignorado.

    Incluso países no católicos como Inglaterra encontraron inspiración y justificación en la doctrina, según señaló el Comité de la Verdad y la Reconciliación de Canadá en su informe final de 2015. Al combinar la idea del cristianismo como fuerza "civilizadora" con el concepto de que los indígenas "simplemente ocupaban, en lugar de poseer, la tierra", escribe el comité, Inglaterra, Francia y Holanda se unieron a Castilla y Portugal en una toma de posesión cristiana aparentemente justificada del Nuevo Mundo.

    Con el paso de los años, la Doctrina del Descubrimiento se abrió paso en la legislación nacional de Estados Unidos. En el caso Johnson contra M'Intosh (una decisión del Tribunal Supremo de 1823 relacionada con una disputa sobre una parcela de tierra Piankeshaw en lo que hoy es Illinois) el tribunal consideró que los nativos americanos no tenían derechos sobre la tierra debido a la doctrina. La religión y el carácter de los nativos americanos, escribió el presidente del Tribunal Supremo, John Marshall, eran inferiores al "genio superior" de los europeos.

    Impulsados por la doctrina y las justificaciones legales que ofrecía, los funcionarios se movilizaron para convertir a los nativos al cristianismo y obligarlos a la asimilación. En el Canadá de los siglos XIX y XX, 150 000 niños indígenas fueron separados de sus familias y obligados a asistir a más de 130 internados en todo el país. Alrededor de la misma época, en Estados Unidos, cientos de miles de niños indígenas también fueron inscritos a la fuerza en al menos 367 escuelas de este tipo en todo el país. Brutales y a menudo mortales, las escuelas despojaron a los niños de su lengua, su cultura y sus comunidades.

    El legado de la Doctrina del Descubrimiento

    Sin embargo, en los tiempos modernos ha crecido la resistencia a la doctrina del descubrimiento como concepto jurídico. Encabezado por activistas indígenas, el movimiento para repudiar y eliminar la doctrina ha provocado demandas, protestas e incluso una conferencia de las Naciones Unidas en 2013 que denunció la doctrina como la raíz "vergonzosa" de la actual marginación de los pueblos indígenas en todo el mundo.

    Los grupos eclesiásticos también se han unido al creciente movimiento; denominaciones como la Iglesia Unida de Cristo, la Iglesia Episcopal, la Iglesia Menonita, la Iglesia Metodista Unida y la Iglesia Anglicana de Canadá han repudiado la doctrina.

    Sin embargo, la encíclica emitida por el Papa Alejandro VI hace medio milenio nunca ha sido revocada formalmente, y sólo un Papa católico puede dar ese paso tan simbólico.

    Una anulación formal tampoco puede deshacer los efectos de la doctrina que estableció. Un análisis realizado en 2011 reveló que el número de nativos americanos se redujo a la mitad a los pocos años de la llegada de Colón a las Américas y de la bula papal de Alejandro VI. Y siglos de ser tratados como inferiores han alimentado innumerables disparidades para los nativos en todo el mundo.

    "Estas ideas religiosas se convirtieron en los cimientos de la supremacía blanca y del Destino Manifiesto que hoy nos ocupa", dijo el profesor de religión de la Universidad de Syracuse (Estados Unidos), Philip Arnold, en un artículo publicado en enero.

    La Era de la Exploración ha terminado. Pero aunque el Papa dé la espalda a la encíclica que ayudó a fomentar siglos de colonización, el legado destructivo de la Doctrina del Descubrimiento sigue vivo.  

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    Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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