¿Han acabado los drones con los espectáculos de fuegos artificiales para siempre?

Las coloridas explosiones pueden dañar nuestra salud, nuestro medio ambiente y nuestras mascotas. ¿Se está convirtiendo la tecnología de los drones en la nueva forma preferida de celebrar?

Por Erin Blakemore
Publicado 28 jun 2024, 14:19 CEST
Estatua de la Libertad generada con drones en el Día de la Independencia de 2023 en ...

La Estatua de la Libertad es creada por un enjambre de drones para una celebración del Día de la Independencia de 2023 en Nueva York.

Fotografía de Dave Kotinsky, NBC, Getty Images

Para millones de estadounidenses que celebran el Día de la Independencia, el 4 de julio concluye con el ruidoso y colorido espectáculo de un castillo de fuegos artificiales profesional. Pero en muchas partes del país (y en eventos que tradicionalmente incluyen fuegos artificiales en todo el mundo), los espectáculos pirotécnicos están siendo sustituidos por enjambres de drones sincronizados que crean imágenes animadas contra el cielo nocturno.

¿Por qué están aumentando los espectáculos con drones? Se podría argumentar que es una moda efímera, pero sus defensores afirman que los fuegos artificiales son tan perjudiciales para las personas, los animales y el medio ambiente que es hora llevar a cabo un cambio permanente. A continuación te explicamos por qué es posible que este año veas un espectáculo de drones y por qué, a pesar de todo lo dicho, estas celebraciones podrían ser sólo un puntual chisporroteo pasajero en peligro de extinción.

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Por qué los fuegos artificiales están perdiendo brillo

"Cuando empezamos a investigar, lo que más me sorprendió fue la magnitud de la perturbación", explica Bill Bateman, profesor asociado de la Facultad de Ciencias Moleculares y de la Vida de la Universidad de Curtin (Australia). Bateman y sus colegas acaban de publicar un estudio en Pacific Conservation Biology que subraya lo que ellos llaman los efectos "altamente perjudiciales" de los fuegos artificiales: espectáculos que ahuyentan a las aves de sus lugares de descanso y nidificación, molestan y angustian a otros animales con su luz y ruido repentinos, e incluso afectan a la reproducción animal.

Parte del problema radica en la respuesta o reflejo de sobresalto, una reacción de todo el cuerpo que hace que los músculos se contraigan rápidamente, los ojos parpadeen y el pulso se acelere. Estas reacciones evolucionaron para ayudar a animales y humanos a reaccionar ante el peligro, lo que les hace estar más alerta y les ayuda a proteger sus partes más vulnerables. Bateman y sus colegas escriben que los sonidos y destellos de luz asociados a las explosiones desencadenan la respuesta de sobresalto en los animales, causándoles angustia e incluso la muerte. Por ejemplo, se han documentado grullas jóvenes que saltan de su nido en respuesta a ruidos fuertes aunque no puedan volar.

Los humanos también experimentan estas reacciones de sobresalto. Aunque parece haber un componente genético en la facilidad con la que una persona se sobresalta, las enfermedades mentales y el estrés postraumático también pueden influir y, de hecho, una respuesta de sobresalto exagerada se utiliza para diagnosticar el trastorno de estrés postraumático. Pero las personas que experimentan grandes reacciones a los fuegos artificiales pueden no tener sólo una respuesta de sobresalto hiperactiva. La naturaleza inesperada e impredecible de los fuegos artificiales, junto con su capacidad para provocar recuerdos y escenas retrospectivas en personas que han sobrevivido a situaciones de combate, puede desencadenar una sensación continua de peligro e hipervigilancia que dura mucho más allá de las fiestas.

Hay muchas otras razones de salud para evitar los estallidos de colores. La Comisión de Seguridad y Productos de Consumo de EE. UU. registró 9700 visitas a urgencias y ocho muertes por fuegos artificiales solo en 2023, la mayoría debidas al mal uso de los fuegos artificiales. Aunque la manipulación inexperta de los fuegos artificiales suele ser el culpable, la agencia calcula que el 18% de todos los fuegos artificiales comercializados en 2023 no cumplían las normas de seguridad, lo que pone en peligro incluso a pirotécnicos experimentados.

Incluso los espectáculos pirotécnicos más profesionales pueden salir terriblemente mal, como en el caso del "Big Bay Boom" de 2012, cuando un espectáculo pirotécnico del Día de la Independencia en San Diego funcionó mal, detonando todos los fuegos artificiales del espectáculo a la vez en lugar de durante 18 minutos. Aunque nadie resultó herido durante el suceso, sigue siendo un recordatorio de la naturaleza impredecible de los fuegos artificiales, incluso cuando son manejados por expertos.

Estos peligros son aún mayores en una época de cambio climático provocado por el hombre y de calentamiento del planeta. A medida que la persistente sequía sigue afectando a Estados Unidos, combinada con incendios forestales más frecuentes y generalizados, la comunidad científica del clima predice que nada indica que la situación vaya a cambiar: el mundo va a seguir calentándose. Si añadimos los fuegos artificiales a la mezcla, tenemos la receta perfecta para un incendio forestal. Incluso los fuegos artificiales legales suponen una grave amenaza de incendio: según la Asociación Nacional de Protección contra Incendios, una organización sin ánimo de lucro dedicada a la prevención de incendios, los fuegos artificiales causaron 19 500 incendios y 105 millones de dólares en daños materiales en Estados Unidos solo en 2018. Y los daños no se limitan a Estados Unidos: este mismo mes, 13 personas fueron detenidas en Grecia después de que un superyate supuestamente lanzara un espectáculo de fuegos artificiales que desencadenó un incendio forestal de 121 hectáreas.

Los espectáculos con drones contaminan menos que los fuegos artificiales, pero ¿han venido para quedarse?

Fotografía de Crissy1982, Getty Images

Los fuegos artificiales del 4 de julio coinciden con el apogeo del verano, y los meteorólogos hacen todo lo posible por advertir al público de los días especialmente calurosos, ventosos y peligrosos, emitiendo avisos de bandera roja que activan las leyes estatales y federales que prohíben el uso de fuegos artificiales en esos días. Como consecuencia, en muchos estados los espectáculos pirotécnicos se cancelan o posponen a menudo, decepcionando al público y generando a veces facturas muy caras.

Los fuegos artificiales dejan otros legados, como el bombeo de contaminantes a la atmósfera y el depósito de grandes cantidades de metales pesados en el aire, el suelo y el agua. Estos efectos pueden afectar de manera desproporcionada a las comunidades predominantemente negras e hispanas, que ya soportan el peso de la contaminación, contribuyendo a enfermedades respiratorias y otros problemas de salud.

"Me gustan los fuegos artificiales, pero creo que ya no son sostenibles", afirma Bateman.

Las razones para renunciar a los fuegos artificiales parecen claras. Pero, ¿son los espectáculos con drones la solución? Estos espectáculos siguen generando contaminación lumínica, y los críticos señalan que la producción de drones sigue implicando contaminación y la creación de gases de efecto invernadero. Según Bateman y sus colegas, los drones también pueden chocar con la fauna en el aire, y hay estudios que demuestran que los animales reaccionan negativamente a la presencia de drones en sus hábitats.

La investigación sobre el impacto de los drones en el medio ambiente y la vida salvaje está aún en pañales. Pero, al menos por ahora, los espectáculos parecen ser abrumadoramente menos contaminantes, y el hecho de que los drones puedan reutilizarse los convierte en una alternativa aún más tentadora y sostenible que invertir cada año en explosivos fuegos artificiales.

Los espectáculos con drones pueden ser la ola del futuro. Sin embargo, el fenómeno podría no sobrevivir a una posible prohibición nacional de los drones producidos por Da Jiang Innovations (DJI), el principal fabricante de drones del mundo. Los legisladores estadounidenses afirman que sus drones pueden permitir a China recabar información sobre objetivos estadounidenses durante los vuelos, aunque aún está por demostrar si China realmente está haciendo esto. Pero dado el dominio del mercado de DJI (se calcula que la compañía fabricó el 58% de todos los drones de Estados Unidos en 2022), una prohibición a escala nacional podría echar por tierra los mismos espectáculos que están empezando a sustituir a los fuegos artificiales en todo el país.

La ley ya ha sido aprobada en la Cámara de Representantes y ha sido trasladada al Senado, lo que ha sacudido a operadores de drones de todo el mundo. Así que disfruta del espectáculo de luces de los drones mientras dure: esta nueva tendencia de celebración podría ser tan efímera como el estallido de los fuegos artificiales.

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    Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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