La Sagrada Familia: diez curiosidades de un templo tallado en pasado, presente y futuro

Por Cristina Crespo Garay
Publicado 25 sept 2018, 17:44 CEST
Sagrada Familia 01

Obras de Antoni Gaudí. Tras más de 136 años de construcción, el templo de la Sagrada Familia ha ido escribiendo su historia al tiempo que la proyecta. Además de la Sagrada Familia, seis edificios más de Antoni Gaudí han sido incluidos en la Lista Patrimonio de la Humanidad de la Unesco: Parque Güell, Palacio Güell, Casa Milá, Casa Vicens, la fachada de la Natividad y la Colonia Güell.

Fotografía de Michael Melford, National Geographic Creative
Esta historia forma parte del documental Megaestructuras: Sagrada Familia, que podrás disfrutar muy pronto en National Geographic.

Tras más de 136 años de construcción, el templo de la Sagrada Familia ha ido escribiendo su historia al tiempo que la proyecta. A lo largo de todos estos años, el recorrido de este templo expiatorio, financiado únicamente con donaciones, ha esquivado las complicaciones dando vida a peculiares historias escondidas tras su construcción.

1. 2026: 100 años desde la muerte de su creador

La construcción del templo avanza a contrarreloj para poder terminarla en 2026. Su construcción comenzó en 1882, financiado con los donativos de los creyentes. Uno de los motivos por los que se ha alargado tanto el proceso es debido a que las obras se interrumpieron durante la guerra civil, y no fue hasta los años 50 cuando se retomaron.

Aunque aún queda un tercio por construir, el mundo entero conoce ya esta megaconstrucción, que abrió sus puertas en 2010, cuando se cerró la nave central. El Papa Benedicto XVI abrió la basílica, para que miles de visitantes descubrieran por fin la Sagrada Familia. Desde entonces, millones de turistas visitan cada año el emblemático edificio, que acelera sus obras para poder ser terminado a tiempo.

2. Naturaleza en sus paredes

Antoni Gaudí tenía dos inspiraciones: su fe y la naturaleza. Observando el planeta descubrió formas geométricas que los matemáticos ya conocían, pero que nunca habían sido utilizadas en arquitectura y las trasladó a sus estructuras. Analizó el funcionamiento que desarrollaban los elementos en su estado natural, y extrajo novedosas ideas de estructuras para la arquitectura. Las columnas estrella o las escaleras de caracol son los ejemplos más claramente relacionados con la naturaleza.

3. Un instrumento musical que se escuchará a más de 3 kilómetros

Gaudí concibió el templo como un instrumento musical que aportase música a toda la ciudad, lo que explica el número de torres. A cada una de las fachadas de la basílica, le asignó un sonido diferente que haría que este inmenso instrumento musical se escuchase por toda la ciudad.

4. La piedra para su construcción viaja desde diferentes lugares del mundo

El músico y arquitecto Antoni Gaudí comenzó utilizando la piedra de las canteras de Montjuic, piedra que se enmarca entre la montaña y el mar. En su momento, se llegaron a explotar hasta 228 canteras diferentes, lo que provocó que en el año 27 se cerraran. Los constructores se vieron en la obligación de buscar más ubicaciones con un tipo de piedra que ofreciera las mismas características.

Por ello, a día de hoy, se traen cargamentos de piedra desde canteras de Escocia, Cantabria, Galicia, Francia e Inglaterra. Las moles de piedra que cruzan Europa pesan más de 400 toneladas, el equivalente a más de 40 autobuses juntos que tienen que trasladarse hasta Barcelona, y de los cuales que se aprovecha el 100%.

5. Cincuenta tipos de piedra diferentes

No hay otra construcción de estas dimensiones que utilice la piedra como material estructural. Desde los inicios de la construcción, se han utilizado 50 tipos de piedras diferentes. La Sagrada Familia se enmarca en su origen, pero con una tecnología totalmente pionera.

Dos campos de fútbol es la extensión que ocupa el depósito de los bloques destinados a la Sagrada Familia, y serán necesarios más de 25.000 toneladas de piedra solo para la construcción de las 6 torres.

Pero para acelerar los tiempos, y por extraño que pueda parecer, el grueso de la construcción se sitúa a 80 km de Barcelona, donde se encuentra un enorme depósito de materiales que emplea una nueva técnica que permite multiplicar por 10 el ritmo de las obras.

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    6. La iglesia más alta del planeta

    El templo tiene más de 200 000 toneladas de peso con caprichosas geometrías. Para mover las piezas, el equipo de construcción ha diseñado una herramienta, lo llaman “el pulpo”.

    Desde las canteras, los bloques se transportan hasta este lugar, donde comienza su modificación, y desde donde se fabrican los diferentes paneles. Este proceso permite que el tiempo de montaje en el lugar del templo sea mínimo, reduciendo también los riesgos que supone que esté abierto al público mientras se construye.

    De cada bloque de piedra, al llegar de la cantera, se extrae una muestra para su análisis. Este minucioso examen determinará la calidad de la piedra, lo cual será determinante para decidir qué pieza del templo saldrá de cada bloque de piedra.

    Para subir un nivel de la Torre de la Virgen, por ejemplo, son necesarias 5 semanas de trabajo en galera, pero solo 2 días de colocación en la Sagrada Familia. La exactitud que exige el montaje es tal, que 2 milímetros marcan la diferencia. Además, este procedimiento minimiza los riesgos, ya que con más de 4 millones y medio de visitantes al año, el nivel de estrés es muy alto para una obra en construcción.

    7. Antoni Gaudí no fue su primer arquitecto

    Con sus obras más destacadas declaradas Patrimonio de la Humanidad, como el Parque Güell, el Palacio Güell o la Casa Milá, cuando Gaudí se incorporó al proyecto de la Sagrada Familia, tenía 31 años y era totalmente desconocido. El encargo inicial cogió forma a manos del arquitecto Francisco del Villar, que diseñó una iglesia acorde a la época, pero dimitió tras un año de construcción.

    Gaudí decidió asumirlo y dedicó 43 años al proyecto, los últimos años 12 de forma exclusiva. Heredó de Villar un proyecto neogótico, y decidió cambiar su dimensión y hacer un espacio más limpio que permita la entrada de la luz.

    8. El marketing permitió a Gaudí conseguir financiación para continuar la obra

    Consciente de que no vería la obra terminada, Antonio Gaudí decidió hacer uso de una estrategia de marketing: construyó en primer lugar la fachada principal para ofrecer una vista de lo que sería la obra y conseguir así más donativos que harían posible su construcción.

    9. No hay dos piedras iguales

    Hay 7 industriales diferentes tallando piedra a mano para el templo. Durante el arduo proceso, se utilizan técnicas de última tecnología, propia de otros materiales, en un oficio milenario en peligro de extinción como es la tala de la piedra, que une la avanzada tecnología con la mano del hombre.

    Este tallado a mano garantiza que no hay dos piedras iguales, ya que cada cantero hace el trabajo de forma muy personal. Incluso, el tipo de tallado de cada cantero es a veces distinguido como si de una firma se tratase.  

    10. No superará la altura del Montjuic

    Una vez terminada, la Torre de Jesucristo medirá 172 metros y medio. Una medida exacta, pensada para no superar la altura de Montjuic, creada por Dios. Esta torre tendrá una gran desproporción vertical, con 18 metros de diámetro y 60 de altura, lo que obliga a estudiar su construcción con gafas de realidad virtual al no tener otros referentes en el mundo.

    Con la fachada del Nacimiento y la Cripta declaradas Patrimonio de la Humanidad en 2005 por la UNESCO, la Sagrada Familia se ha convertido en un auténtico icono del arte, la arquitectura y la cultura que seguirán escribiendo la historia de un sueño que comenzó hace dos siglos y aún se proyecta en el futuro.

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