Que no te tomen el pelo: nuestro cabello es muy reciclable

Generamos una cantidad asombrosa de residuos capilares: las peluquerías de Estados Unidos y Canadá tiran unas 31,5 toneladas al día (cifra que se multiplica por siete en Europa). Pero, ¿y si ese pelo desechado no tuviera por qué ser basura?

Por Sandy Ong
Publicado 29 jun 2023, 15:18 CEST
Las esteras tejidas de pelo pueden ayudar a añadir nutrientes al suelo y evitar que el ...

Las esteras tejidas de pelo pueden ayudar a añadir nutrientes al suelo y evitar que el agua se evapore.

Fotografía de Matteroftrust.org

Nanako Hama recibe muchos correos. Sobre todo de desconocidos que viven en Tokio, su ciudad natal, pero también le llegan muchos paquetes de otros lugares de Japón. En sobres ligeramente acolchados, envían mechones de su cabello (largo, corto, teñido, relajado, con permanente) con la esperanza de reciclarlo.

La gente genera una cantidad asombrosa de residuos capilares: los salones de Estados Unidos y Canadá tiran unas 31,5 toneladas al día, cifra que se multiplica por siete en Europa. Casi todos esos residuos acaban en vertederos e incineradoras, donde pueden liberar gases de efecto invernadero nocivos que contribuyen al calentamiento global y al cambio climático.

Pero el pelo, dicen sus defensores, posee tantas propiedades útiles que es una pena tirarlo sin más. Por eso, gente de todo el mundo, como Hama, recoge pelo y encuentra formas innovadoras de reciclarlo, desde tejerlo en esteras para limpiar vertidos de petróleo hasta licuarlo para utilizarlo como fertilizante.

"Cuando tienes pelo en la cabeza, es muy importante. Pero cuando se te cae o te lo cortas, de repente se convierte en basura", dice Hama. "El pelo puede transformarse en algo realmente valioso".

(Relacionado: Por qué tener el pelo rizado fue una ventaja evolutiva)

Un imán para el petróleo

Hama forma parte de la organización sin ánimo de lucro Matter of Trust (MoT), con sede en San Francisco (Estados Unidos). Sus miembros trabajan en más de 60 centros repartidos por 17 países, utilizando máquinas para convertir el pelo donado por salones de belleza y particulares en alfombrillas cuadradas de unos dos centímetros de grosor. Las esteras se utilizan para limpiar las manchas de aceite.

Según Lisa Gautier, cofundadora de MoT, el pelo es especialmente adecuado para este fin. "Su áspera y escamosa capa exterior permite que el petróleo se adhiera a él".

Más concretamente, el pelo está compuesto en un 95% de queratina, y es esta proteína fibrosa la que media en las interacciones hidrofóbicas, es decir, en que "las cosas aceitosas se peguen", dice Glenn Johnson, científico de materiales de las Fuerzas Aéreas de EE.UU., que trabaja con MoT para ayudar a desarrollar y probar las alfombrillas.

"Además, el pelo tiene una gran superficie", dice Megan Murray, científica ambiental de la Universidad de Tecnología de Sídney, en Australia. En un estudio de 2018, Murray descubrió que los amortiguadores hechos de cabello humano reciclado podían adsorber 0,84 gramos de petróleo crudo en su superficie por cada gramo de cabello, significativamente más que el polipropileno, un tipo de plástico que se suele utilizar para limpiar las mareas negras.

Las esteras de MoT se han utilizado en grandes vertidos de petróleo, como los de Deepwater Horizon en 2010 y Cosco Busan en 2007. A finales de este año, el equipo de Hama desplegará sus esteras en la ciudad de Niigata, a unas cuatro horas al norte de Tokio, donde quedan más de 300 pozos con fugas en un yacimiento petrolífero abandonado que antaño ostentaba la mayor producción de petróleo del país.

Las Fuerzas Aéreas, por su parte, utilizan esteras de pelo para limpiar el agua que se contamina con combustibles líquidos y espuma tras los entrenamientos de extinción de incendios.

"Además de los tensioactivos aceitosos, la espuma también se pega al pelo", explica Johnson. Las pruebas están en curso, pero las esteras "prometen" ser utilizadas a escala operativa para limpiar los más de dos millones de litros de agua sucia que se producen cada año en estos entrenamientos.

El pelo reciclado también tiene aplicaciones cotidianas más comunes: se coloca alrededor de los desagües para evitar que el aceite de motor contamine las aguas pluviales y, por extensión, las masas de agua, así como en trampas de grasa biodegradables para absorber el aceite de cocina. Las esteras de Hama, por ejemplo, se utilizarán para filtrar aguas residuales el mes que viene en el mayor evento musical al aire libre de Japón, el Fuji Rock Festival.

El pelo reciclado también es útil como fertilizante y mantillo.

"El pelo contiene muchas proteínas con un contenido relativamente alto de nitrógeno", explica Stuart Weiss, ecologista de Creekside Science, un laboratorio independiente de Estados Unidos.

El nitrógeno es crucial para el crecimiento de las plantas, y cada mechón de pelo contiene aproximadamente un 16% de este nutriente esencial. En cambio, un montón de estiércol de vaca suele contener entre un 0,6% y un 3% de nitrógeno.

Además, el pelo libera los nutrientes más lentamente que una cantidad equivalente de fertilizante comercial, lo que es importante para evitar que el exceso de nitrógeno se filtre a los cursos de agua, afirma Weiss.

Una serie de experimentos realizados a principios de la década de 2000 demostraron que el pelo sin abonar era útil para cultivar hierbas aromáticas como albahaca, salvia y menta; cultivos hortícolas como lechuga; así como caléndula, dedalera y otras plantas ornamentales.

Más recientemente, el empresario David Denis ha tenido éxito con su nueva empresa, CutOff Recycle, que el año pasado vendió más de 2000 litros de fertilizante líquido hecho con cabello humano a agricultores del norte de Tanzania.

Las reacciones de los agricultores, que cultivan principalmente tomates y verduras de hoja como espinacas y amaranto, han sido muy alentadoras, afirma Denis, cofundador de la empresa en 2020.

"El peso de sus tomates ha aumentado un 25%, y el mayor rendimiento es muy visible por las hojas más grandes de las verduras de hoja", afirma.

Este fenómeno no es exclusivo de África. En el otro extremo del mundo, en el desierto chileno de Atacama (Sudamérica), el lugar más seco del planeta, se han llevado a cabo experimentos agrícolas con resultados igualmente prometedores. El año pasado, MoT trabajó con agricultores locales para ver si el pelo podía ayudar a reducir la pérdida de agua por evaporación en olivos, aguacates y limoneros.

"Si se utilizan nuestras esteras de pelo sobre el suelo, se consume un 48% menos de agua", afirma Mattia Carenini, responsable de MoT en Chile, sobre los resultados del estudio.

El acolchado de pelo también ayudó a aumentar el nitrógeno, mejorar la salud del suelo y aumentar la producción de fruta en un 32%.

(Relacionado: Los pelirrojos no se van a extinguir, ¿por qué?)

Sembrando semillas de esperanza

El pelo reciclado también contribuye a restaurar tierras y paisajes marinos degradados. La organización benéfica escocesa Seawilding, por ejemplo, está probando el pelo como medio para sembrar praderas marinas. Se calcula que el Reino Unido ha perdido el 44% de sus praderas marinas (un hábitat marino vital y un enorme sumidero de carbono) desde 1936.

En tierra, el pelo reciclado se está aplicando en las praderas del Presidio, un parque nacional con vistas al puente Golden Gate de San Francisco (Estados Unidos). El año pasado, Weiss ayudó a MoT a sembrar hierba púrpura (Stipa pulchra) y cebada de los prados (Hordeum brachyantherum) bajo bolas de pelo de fieltro en un suelo compactado que antes era un aparcamiento.

Aunque el experimento se encuentra sólo a mitad de camino, los resultados "son espectaculares", afirma. "Lo miras y puedes distinguir totalmente qué caja recibió el tratamiento de pelo". De media, la cobertura de hierba autóctona en las parcelas con pelo era del 75%, frente a menos del 10% en las parcelas de control que contenían paja.

"Es una forma estupenda de utilizar el pelo de forma productiva", afirma Weiss. Pero advierte que es necesario realizar más pruebas para averiguar cómo ampliar los experimentos.

Gautier, sin embargo, cree firmemente que nuestra cabellera no tiene por qué perder su brillo una vez cortada de nuestras cabezas.

"El pelo es una respuesta que está literalmente ante nuestros ojos, para el petróleo, el suelo y los mares", afirma.

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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