Por qué tener el pelo rizado fue una ventaja evolutiva

Los rizos pueden ser la razón de que los humanos tengamos cerebros tan grandes. Un nuevo estudio, en el que un maniquí lleva pelucas en un túnel de viento, revela la explicación.

Por Tom Metcalfe
Publicado 22 jun 2023, 15:27 CEST
Pelirroja con pelo rizado

La razón por la que los humanos tienen pelo en la cabeza es una vieja cuestión sobre la que pocos científicos se ponen de acuerdo, pero las últimas investigaciones muestran que el pelo rizado puede haber sido una ventaja evolutiva para nuestros antepasados homínidos.

Fotografía de Rebecca Hale, Nat Geo Image Collection

Los rizos podrían haber servido originalmente como una ventaja evolutiva para el crecimiento de cerebros humanos más grandes, según una nueva investigación que ha implicado el estudio de un maniquí con peluca en un túnel de viento con clima controlado.

"El cerebro es un órgano grande y muy sensible al calor, que además genera mucho calor", explica Tina Lasisi, actualmente investigadora postdoctoral en antropología biológica en la Universidad Estatal de Pensilvania (Estados Unidos). "Así que pensamos que, evolutivamente, esto podría ser importante, sobre todo en un periodo en el que vemos crecer el tamaño del cerebro de nuestra especie".

El pelo rizado protege mejor el cuero cabelludo de la radiación solar, según la nueva investigación, y no se aplasta contra la piel cuando está mojado, lo que es una ventaja en condiciones de calor que pueden hacer sudar a los humanos, como las que encontraron nuestros antepasados homínidos en África hace millones de años.

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"Sudar no es gratis"

Un artículo de investigación de Lasisi y sus colegas de Penn State, publicado este mes en Proceedings of the National Academy of Sciences, describe sus mediciones de cómo el pelo regula la temperatura del cuero cabelludo bajo la luz solar directa, utilizando diferentes pelucas en un "maniquí térmico".

El maniquí, calentado a la temperatura corporal media de 35 grados Celsius, se colocó en una cámara de clima controlado dentro de un túnel de viento que permitió a los científicos estudiar la cantidad de calor transferido entre su piel y el entorno circundante.

Se confeccionaron tres pelucas de cabello humano negro procedente de China (una lisa, otra moderadamente rizada y otra muy rizada) para que los investigadores pudieran observar cómo afectaban las distintas texturas de pelo a la ganancia y pérdida de calor en el cuero cabelludo. También calcularon la pérdida de calor a diferentes velocidades del viento, después de mojar las pelucas para simular la sudoración.

A continuación, los investigadores hicieron un modelo de la pérdida de calor en distintas condiciones y lo estudiaron en las condiciones típicas del África ecuatorial, donde se cree que evolucionaron los primeros homínidos.

Descubrieron que todos los tipos de pelo protegían del sol, pero que el pelo rizado era el que mejor protegía y minimizaba la necesidad de sudar.

"El vello del cuero cabelludo es... un posible mecanismo pasivo que nos evita el coste fisiológico del sudor", afirma. "Sudar no es gratis: se pierde agua y electrolitos. Y para nuestros antepasados homínidos eso podría haber sido importante".

La razón por la que los humanos tenemos pelo en la cabeza es una vieja cuestión sobre la que pocos científicos se ponen de acuerdo.

Muchos lo relacionan con nuestra evolución de criaturas cuadrúpedas a las que caminan erguidas, razonando que el pelo de la cabeza ayudaba a regular la temperatura corporal al actuar como barrera frente al sol ecuatorial.

Niccolo Caldararo, antropólogo de la Universidad Estatal de San Francisco (Estados Unidos) que no participó en el último estudio, es partidario de la "teoría del radiador" del antropólogo evolucionista Dean Falk: que el pelo protege los grandes cerebros de los homínidos cuando hace calor y los aísla cuando hace frío.

Pero Caldararo señala que se trata de un tema complejo con muchas variables: por ejemplo, el pelo blanco que refleja la luz podría proteger mejor del sol que el pelo negro que absorbe su calor, afirma.

La investigación de Lasisi y sus colegas es "provocativa", afirma Kurt Stenn, dermatólogo que no ha participado en el estudio y autor de Hair: A Human History. Sugiere que los investigadores deberían haber tenido en cuenta también la forma y densidad del cabello humano.

Por ejemplo, el pelo asiático utilizado en el estudio tiende a ser de sección redonda y, por tanto, absorbe más calor que algunos tipos de pelo africano, donde cada pelo tiene forma de cinta larga que se riza con más facilidad, afirma.

La bióloga evolucionista Elizabeth Tapanes, de la Universidad de California (Estados Unidos), que tampoco participó en el estudio, afirma que la investigación es "un gran salto adelante para pensar por qué tenemos tanto pelo en la cabeza".

Añade que estudiar el pelo de otros primates junto al humano podría ayudar a los científicos a entender mejor cómo mantiene la cabeza fría; sus propios estudios sobre los  sifaca, un tipo de lémures, han encontrado resultados similares.

Los sifakas son trepadores y saltadores verticales, por lo que suelen estar erguidos con la cabeza mirando al sol, explica Tapanes; y los investigadores descubrieron que tenían más pelo en el cuero cabelludo y menos en el cuerpo en ambientes cálidos y húmedos.

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¿Una ventaja evolutiva?

Incluso es posible que el pelo rizado sea una de las razones por las que el Homo sapiens suplantó a las especies de homínidos neandertales y denisovanos, que se extinguieron hace unos 40 000 años.

Lasisi señala que si las mutaciones genéticas del pelo rizado se produjeron antes de que el Homo sapiens abandonara África, pero después de que lo hicieran nuestros antepasados homininos, podrían haber dado a los primeros humanos modernos una ventaja evolutiva.

Pero no cree que eso sea probable, y el estudio propone que los genes del pelo rizado surgieron mucho antes en la evolución humana, quizá hace unos dos millones de años, cuando el Homo erectus era el homínido dominante. Y sugiere que, a medida que los cerebros de los homínidos crecían, los genes del pelo rizado que protegían el cuero cabelludo del sol podrían haber dado ventaja a quienes los tenían.

En cuanto al pelo liso, Lasisi afirma que cualquier predisposición genética al pelo rizado entre los primeros homínidos era probablemente variable. "No esperamos que fuera homogénea", afirma. En un momento posterior de nuestra evolución, el pelo rizado puede haber perdido su ventaja evolutiva y el pelo liso puede haber sido favorecido por diferentes tipos de selección genética.

"Tal vez, una vez que tuvimos cerebros más grandes, también tuvimos todas estas adaptaciones culturales para evitar el sobrecalentamiento, como mejores fuentes de agua", dice. "Y en ese momento, tal vez no había tanta presión selectiva para el pelo rizado".

Lasisi dice que las próximas etapas de la investigación consistirán en buscar pruebas genéticas que puedan apoyar la teoría

"Primero tendremos que saber más sobre los humanos modernos, por ejemplo qué genes están asociados a la morfología del pelo", explica. "Y el segundo paso será colaborar con gente que trabaja con ADN antiguo, para ver si se observan en humanos arcaicos".

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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