¿Por qué siempre existirá gente pelirroja?

Ya sea pelirrojo, castaño o rubio fresa, el pelo rojo ha llegado para quedarse, dicen los genetistas. A diferencia de lo que han dicho algunas voces, el cambio climático no pone en peligro las cabelleras de fuego.

Por Sharon Guynup
Melena pelirroja

Con decenas de millones de pelirrojos repartidos por toda la población mundial, este rasgo exótico no tiene visos de desaparecer.

Fotografía de Kike Calvo, Nat Geo Image Collection

Ya sea en cine, televisión o en la calle, las cabelleras pelirrojas no pasan desapercibidas. Esto se debe, en parte, a que el pelirrojo es un rasgo exótico, que sólo se da en una o dos de cada 100 personas. Las variantes genéticas que dotan a los pelirrojos de sus mechones llameantes son raras, pero no hay nada de lo que preocuparse: a pesar de las recurrentes afirmaciones, los pelirrojos por ahora no están destinados a desaparecer.

"Los pelirrojos no se van a extinguir", afirma Katerina Zorina-Lichtenwalter, investigadora postdoctoral del Instituto de Genética del Comportamiento de la Universidad de Colorado en Boulder (Estados Unidos).

Para entender el motivo, primero hay que saber por qué existen personas pelirrojas. Resulta que no sólo el mundo del espectáculo siente interés por los pelirrojos: también a la comunidad científica le interesa conocerlos a fondo. Con más estudios sobre las variaciones del color del cabello humano de los que cabría esperar, la ciencia ha dejado bien claro que los pelirrojos no son cada vez más raros ni desaparecerán pronto.

¿Desde cuándo hay pelirrojos?

Es un rasgo que se remonta a la prehistoria. El análisis de ADN de hace 50 000 años ha revelado que algunos neandertales eran pelirrojos pálidos. En un cementerio desértico del noroeste de China se desenterró una famosa momia de la Edad de Bronce, de 3800 años de antigüedad, conocida como la Bella de Loulan, con el pelo intacto de color sepia. A partir del siglo V, en lo que hoy es el sureste de Europa y Turquía, el mitológico rey Rhesus de los antiguos tracios aparecía representado en la cerámica griega con el pelo y la barba de color zanahoria.

Las variantes genéticas implicadas son recesivas, lo que significa que se necesitan dos copias (una de la madre y otra del padre) para producir un niño pelirrojo. Según Zorina-Lichtenwalter, sólo si ambos progenitores son pelirrojos pueden estar casi seguros de que su bebé tendrá el pelo de fuego.

En su libro Red: A History of the Redhead [Rojo: historia de los pelirrojos], la autora Jacky Colliss Harvey describe así las probabilidades de tener un bebé pelirrojo: "En el gran juego de cartas genético, el pelo rojo es el dos de tréboles. Le ganan todas las demás cartas de la baraja".

La genética del pelirrojo

La coloración pelirroja en las personas (así como en caballos, perros, cerdos y otros mamíferos) viene conferida por sólo un puñado de mutaciones genéticas que deben portar ambos progenitores. El "gen pelirrojo" fue descubierto en 1995 por un equipo del que formaba parte Ian Jackson, hoy profesor emérito de la Universidad escocesa de Edimburgo (Escocia; Reino Unido).

Este gen receptor de la melanocortina 1, o MC1R, desempeña un papel clave en la producción de melanina, el pigmento bronceado que protege la piel de la radiación ultravioleta (luz solar) y también da color a los ojos y la piel. Un tipo, la eumelanina, dota al cabello de color marrón o negro. La feomelanina crea mechones rojos o rubios y confiere piel clara y pecas.

En las personas pelirrojas, las células de la piel (melanocitos) que producen el pigmento tienen una variante del receptor en la superficie celular. Cuando se expone a la luz ultravioleta, esta variante no consigue activar un interruptor que cambia el pigmento de melanina de amarillo/rojo al marrón/negro protector. "MC1R es uno de los varios genes que trabajan juntos para producir melanina oscura y, sin ese interruptor, la piel es clara", afirma Zorina-Lichtenwalter, y se quema con facilidad cuando se expone al sol.

En su investigación de 1995, Jackson y sus colegas compararon 30 pelirrojas irlandesas y británicas con el mismo número de morenas. Más del 80 por ciento de las personas de pelo rosado y/o piel clara presentaban variaciones en el gen MC1R; pero sólo el 20 por ciento de los individuos de pelo castaño las tenían.

Cuando publicaron el estudio, el genetista Richard Spritz declaró a los medios de comunicación que "es la primera vez que se identifica en humanos un gen específico para cualquier característica visible común".

Ventajas y peligros genéticos de ser pelirrojo

La coloración pálida otorgaba una ventaja clave a las culturas que emigraban de regiones más soleadas al norte de Europa, con sus cielos grises y sus cortos días de invierno. "Hubo una presión evolutiva para perder la pigmentación de la piel", explica Zorina-Lichtenwalter, porque la piel clara absorbe más rayos UV, lo que produce más vitamina D a partir de la limitada cantidad de luz solar en las regiones septentrionales. La vitamina D ayuda al organismo a absorber y retener el calcio, fortalecer los huesos y proteger contra las inflamaciones.

Estos beneficios para la salud aumentaban la probabilidad de que las mujeres sobrevivieran al embarazo y al parto, transmitiendo con éxito a su descendencia los genes de la piel clara y el pelo rojo o rubio. Este rasgo floreció en el Reino Unido e Irlanda, donde hay, con diferencia, más gente pelirroja de piel clara que en ningún otro lugar de la Tierra. Algunas estimaciones no oficiales sitúan la cifra en torno al 10%.

Gran parte de la investigación sobre genética pelirroja se debe a su elevado riesgo de cáncer de piel. Las mutaciones del gen MC1R relacionadas con el pelo carmesí, la piel clara y las pecas también permiten que más rayos UV alcancen el ADN y lo dañen. Un estudio descubrió que las personas portadoras de la denominada variante R del gen MC1R tenían un 42% más de incidencia de melanoma, una de las formas más agresivas de cáncer. El melanoma es 20 veces más frecuente en caucásicos que en afroamericanos.

Sin embargo, la edad media de diagnóstico del melanoma es de 65 años. Por tanto, dice Zorina-Lichtenwalter, "no amenaza la aptitud reproductiva". A esa edad, las mujeres ya han transmitido sus genes a la siguiente generación. Por eso, dice, es improbable que las pelirrojas desaparezcan del acervo genético.

Más genes pelirrojos

Cuando trabajaba en aquel análisis genético de 1995, Jackson sabía que había más cosas que entender sobre los factores que confieren el pelo rojo. "Parecía lógico que hubiera otros genes implicados", dice, pero aún no era posible una exploración más profunda: la investigación genética era extremadamente lenta y costosa. Aunque los rápidos avances en tecnologías genéticas e informática habían puesto en marcha el Proyecto Genoma Humano, el primer borrador del mapa genético no estaría completo hasta 2001.

Ahora, un cuarto de siglo después, la investigación genética rápida y barata es la norma. Jackson y sus colegas retomaron recientemente su investigación con recursos impensables en 1995. Analizaron el ADN del UK Biobank, que contiene información genética y sanitaria de medio millón de residentes en el Reino Unido. Descubrieron ocho variantes genéticas desconocidas hasta entonces que afectan al pelo rojo y a la pigmentación de la piel. "Recorrer y encontrar esos genes usando el UK Biobank fue muy, muy satisfactorio", dice Jackson. Esta investigación, publicada en 2022, identificó la mayor parte de la variación genética que contribuye a las diferencias en el color del pelo.

Según Jackson, la mayoría de los pelirrojos tienen dos variantes del gen MC1R, una de cada progenitor. Pero hay otros genes que también influyen en el color del pelo. "Es una combinación particular la que da lugar al pelo rojo", afirma. Los investigadores asignaron a cada uno de los genes implicados una "puntuación de riesgo genético": algunas variantes ejercían una mayor probabilidad de mechones rojos. Otras tenían mucha menos influencia, pero seguían estando relacionadas. No es necesario tenerlos todos para ser pelirrojo, dice Jackson.

"MC1R es el rey del pelo rojo", afirma Zorina-Lichtenwalter. "Tiene mucho que decir sobre si tendremos pigmentación oscura o clara". Más de cuatro quintas partes de los pelirrojos son portadores del gen MC1R, mientras que el resto de los pelirrojos están causados por otros genes.

Geografía y ascendencia

Un reciente estudio genético realizado en el Reino Unido correlacionó la incidencia de mechones bruñidos con el lugar de nacimiento, con más pelirrojos en el norte y el oeste del país. "En el Biobank, tienes la latitud y la longitud del lugar de nacimiento de cada individuo", dice Jackson; "cuanto más al norte hayas nacido, mayor es la probabilidad de ser pelirrojo".

La genética pelirroja y de piel clara prosperó en regiones remotas, comunidades cerradas e islas, como Escocia (las estimaciones de pelirrojos allí varían desde el 6% de Jackson hasta el 12 ó 14%); Irlanda (10%); y Gran Bretaña (6%). Aunque las poblaciones de estos países ya no están aisladas del resto del mundo, "cuando se tiene una población insular, aislada de otras reproductivamente, sean cuales sean los alelos, éstos aumentan de frecuencia de generación en generación", afirma Zorina-Lichtenwalter.

Sin embargo, los pelirrojos no son sólo celtas o caucásicos. Su distribución es un testimonio del movimiento global del ADN a través de sociedades y paisajes. Aunque son más comunes en el norte de Europa, partes de Rusia y entre los descendientes de europeos en Australia, hay pelirrojos de todas las etnias y razas. Por ejemplo, tanto Marruecos como Jamaica tienen cifras superiores a la media.

La razón, según Zorina-Lichtenwalter, es que varios genes son responsables de desencadenar la producción de eumelanina oscura para proteger la piel. Pero en lo que respecta al color del pelo, afirma que "MC1R parece dominar, razón por la cual las variantes en MC1R pueden seguir produciendo pelo rojo en jamaicanos y otras personas de piel oscura".

No estamos en plena extinción de los pelirrojos

Las afirmaciones de que los pelirrojos son una raza en extinción no son nuevas, y algunas de ellas estaban claramente vinculadas a beneficios económicos, afirma Jackson.

Un titular en concreto que provocó un gran revuelo afirmaba lo siguiente: "Los pelirrojos podrían unirse pronto a los osos polares como víctimas del cambio climático". El cambio climático está provocando temperaturas más extremas, sequías e inundaciones, pero la posibilidad de que afecte a la radiación UV lo suficiente como para alterar la genética del hemisferio norte (dentro de los pocos cientos de años previstos) es escasa, afirma Zorina-Lichtenwalter. La fuente de esta afirmación fue Alistair Moffat, director general de la desaparecida empresa de pruebas genéticas ScotlandsDNA.

Antes, la Oxford Hair Foundation (también disuelta) predijo que los pelirrojos se extinguirían en 2100, con la lenta desaparición de la variante genética que confiere el pelo llameante. "[El instituto] era una tapadera, financiada por una empresa de tintes y cosméticos capilares para generar interés por el color del pelo", afirma Jackson.

Aunque los genes recesivos pueden volverse raros, no desaparecen del todo a menos que todas las personas portadoras de ese gen perezcan o no tengan hijos. Y está claro que eso no va a ocurrir.

Dondequiera que vivan, los pelirrojos atraen una atención desmesurada, a veces estigmatizada, a veces admirada. Como prueba de su continua presencia en el mundo, se celebran anualmente actos de "orgullo rojo" en el Reino Unido, Francia e Italia, además de Estados Unidos. El más importante es el que tiene lugar en agosto, cuando miles de pelirrojos de todo el mundo se reúnen en Holanda para celebrar los "Días del Pelirrojo".

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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