
Las osas polares suelen dar a luz a cachorros gemelos, que permanecen con ella durante más de dos años hasta que puedan cazar y sobrevivir por su cuenta.
Fotografía de Norbert Rosing Un oso polar dormido parece adorable, ¡pero ten cuidado! Sin enemigos naturales, los osos polares ocupan la cima de la cadena alimenticia del Ártico. No conocen el miedo y no dudarán en atacar a humanos.
Fotografía de Flip Nicklin Los osos polares son excelentes nadadores gracias a sus zarpas ligeramente palmeadas y a su poderosa musculatura. Su comida favorita es la foca, aunque comen cualquier cosa que consigan atrapar, e incluso carroñean entre la basura en zonas en las que su hábitat se solapa con el de los humanos.
Fotografía de Paul Nicklen Las zarpas de los osos polares tienen una piel gruesa y garras afiladas. La piel les brinda mejor tracción sobre el hielo, mientras que las garras son excelentes armas para cazar.
Fotografía de Flip Nicklin En invierno, los osos polares hembra dan a luz a dos cachorros en una cueva de iglú, que aísla a la madre y a los bebés del viento y de las frías temperaturas del Ártico.
Fotografía de Flip Nicklin