
Los párpados y el hocico de la rana cornuda malaya (Megophrys nasuta) sobresalen considerablemente sobre su cabeza, creando la ilusión de cuernos. Además, combinado con el tono ocre de su tono de piel, les aporta un increíble parecido con una hoja seca. Los Megophrys han perfeccionado su camuflaje para evitar a depredadores como pequeños mamíferos, grandes lagartos y serpientes, hasta el punto de hacerse casi invisibles entre las hojas del suelo.
Los íbices nubios macho se embisten con cuernos largos y curvados durante las luchas por lograr ser el macho dominante. Estas majestuosas cabras moradoras del desierto también usan los cuernos para intimidar a posibles depredadores. Los íbices nubios viven en terrenos secos y montañosos y se alimentan de hierbas y hojas. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) ha clasificado a este mamífero como vulnerable, cifrando sus poblaciones en menos de 10 000 ejemplares por culpa de la caza, la destrucción de su hábitat y la competencia por el agua y con el ganado.
La serpiente rinoceronte hace honor a su nombre con una protuberancia con aspecto de cuerno al final del hocico. Los herpetólogos no están seguros del propósito de dicho cuerno, pero este adorno escamoso sin duda diferencia a esta serpiente del resto en la selva. La víbora rinoceronte posee un veneno mortal para el hombre y, además de poseer un cuerno, otro de los datos más curiosos sobre este reptil es su técnica de caza: se basa en quedarse completamente quieta, al acecho, durante incluso semanas hasta poder saltar sobre una presa cuando pasa cerca.
También conocido como órix del Cabo, los espectaculares cuernos en espiral del órice del Cabo - que pueden medir más de 80 centímetros de longitud - lo convierten en el blanco de los cazadores de trofeos. Las hembras usan los cuernos para ahuyentar a los depredadores, mientras que los machos los usan para mantener a otros machos fuera de su territorio. Este antílope africano se reúne con cientos de congéneres en la estación lluviosa, pero su estado de conservación se encuentra clasificado como "preocupación menor" debido a su caza.
El pavón cornudo, también llamado guan cornudo, no tiene un cuerno verdadero, y en realidad tampoco es un pavo. Su «cuerno» es solo un colgajo de piel de color intenso que le ayuda a destacar entre el colorido follaje del bosque nuboso. Esta especie es muy llamativa porque puede medir hasta 85 centímetros de longitud y su "cuerno rojo" destaca sobre su plumaje negro azulado brillante. Este miembro de la familia Cracidae vive en Sudamérica y Centroamérica y pasa la mayor parte del tiempo en los árboles, alimentándose de fruta y hojas.
Los cazadores de trofeos codician los cuernos con forma de sacacorchos del marjor (Capra falconeri), por eso la especie está en peligro de extinción por toda su área biogeográfica en Asia meridional y central. Los cuernos de los marjores macho pueden alcanzar 1,6 metros de largo y algunas culturas creen que tienen propiedades medicinales. Este emblemático animal se encuentra en India, Pakistán, Uzbekistán, Afganistán y Tayikistán, y habita desde los 600 hasta los 3600 metros de altitud en ecosistemas de pinos, enebros y encinas. Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, el marjor se encuentra etiquetado como "casi amenazado".
Los cuatro cuernos puntiagudos que sobresalen del hocico del camaleón de cuatro cuernos (Trioceros quadricornis) contribuyen a la apariencia de dragón del animal. Estos resistentes reptiles pueden tener seis cuernos, o más, en cualquier momento dado. Sin embargo, sus cuernos son frágiles y pueden romperse fácilmente. Nativo de las montañas de Camerún y Nigeria, el camaleón de cuatro cuernos habita los bosques montañosos relativamente intactos donde la actividad humana apenas afecta a los ecosistemas.
Los antílopes sable o negro (Hippotragus niger) poseen un par de cuernos anillados que se arquean elegantemente hacia su espalda. Los machos tienen unos cuernos ligeramente más grandes que las hembras, pudiendo alcanzar 1,6 metros de largo. Cuando dos de estos mamíferos africanos se enfrentan cara a cara, se arrodillan y se dan cabezazos con los cuernos. A pesar de su gran tamaño - puede llegar a pesar hasta 240 kilogramos - es capaz de correr a velocidades de hasta 57 kilómetros por hora en una persecución.
Esta cabra blanca (Oreamnos americanus) macho exhibe sus cuernos negros. Estos animales viven en unas de las montañas más altas de Norteamérica. Machos y hembras cuentan con barbas y cuernos, y saben usarlos muy bien. Ambos sexos intimidan a sus rivales inclinando la cabeza para mostrar sus cuernos sorprendentemente afilados. Esta especie habita en zonas altas alejada de los depredadores, aunque el puma y el oso grizzly pueden acecharla, pero es una excelente trepadora.
El lagarto cornudo (Phrynosoma), también llamado rana o sapo cornudo - aunque es un reptil y no un anfibio -, está bien equipado para defenderse contra los depredadores. Además de un par de cuernos afilados, que son una extensión de su cráneo, este lagarto está cubierto de púas que sobresalen cuando se siente amenazado. El reptil americano también puede expulsar un líquido repugnante por los ojos.
El antílope americano o berrendo (Antilocapra americana) tiene un singular par de «cuernos» ramificados que pueden alcanzar los 30 centímetros de largo. Estos no son cuernos reales, sino extensiones óseas de su cráneo. Los antílopes americanos macho usan estas protuberancias puntiagudas cuando se enfrentan a machos rivales. Los berrendos son las únicas especies vivas de la familia Antilocapridae y se encuentran únicamente en América del Norte. Muchos rebaños de berrendos ahora están prosperando gracias a los programas de conservación que arrancaron hace casi un siglo, cuando estos animales se vieron gravemente amenazados por la caza.
Dos órix de cuernos de cimitarra muestran sus cuernos largos y de puntas afiladas. Todos los órix de cuernos de cimitarra tienen un par de cuernos acanalados de varios centímetros de largo. Estos antílopes adaptados al desierto habitan las regiones más secas de África, donde son capaces de pasar meses sin beber. Esta especie se extinguió en la naturaleza en 2000 debido a la caza excesiva y la competencia con el ganado doméstico, pero en 2016 se liberó un grupo en la Reserva de Fauna Ouadi Rimé-Ouadi Achim. Alrededor del 7500 a 3500 a.C., el llamado "Sahara verde" se secó, lo que provocó que los órix cimitarra perdieran su hábitat y, además, se ven amenazados tanto por su carne como por sus cuernos.
El rinoceronte negro oriental (Diceros bicornis michaeli) luce un elegante par de cuernos fornidos. Los cazadores furtivos se juegan la vida para hacerse con un cuerno de rinoceronte y, como consecuencia, el rinoceronte negro oriental se encuentra en peligro crítico de extinción. El cuerno de rinoceronte se usa en medicina tradicional china, pero no existen pruebas que respalden la idea de que este material tenga valor medicinal. Los cuernos de rinoceronte crecen hasta tres pulgadas al año y se sabe que crecen hasta cinco pies de largo. Las hembras usan sus cuernos para proteger a sus crías, mientras que los machos los usan para luchar contra los atacantes. El cuerno prominente por el que los rinocerontes son tan conocidos también ha sido su ruina. Muchos animales han sido sacrificados por el crecimiento duro y parecido a un pelo, que es venerado para usos medicinales en China, Taiwán, Hong Kong y Singapur. El rinoceronte negro alguna vez deambuló por la mayor parte del África subsahariana, pero hoy está al borde de la extinción debido a la caza furtiva impulsada por la demanda comercial de su cuerno.
Esta oruga, conocida como diablo cornudo, es la larvas de la Citheronia regalis, una de las polillas más grandes de Norteamérica. Pese a la apariencia amenazante de la espinosa oruga, es totalmente inofensiva. Estas orugas mudan cuatro veces antes de realizar la metamorfosis. La muda final produce una oruga con apéndices tubulares de puntas negras similares a cuernos.
Los «cuernos» de la rana cornuda (Ceratophrys cornuta) son extensiones de la frente del anfibio. Estas criaturas de aspecto diabólico son famosas por sus fuertes mordiscos y su lengua pegajosa, que usan para capturar insectos y roedores. Lo primero que destaca de la rana cornuda de Surinam es su tamaño. Estos anfibios rotundos pueden crecer hasta 8 pulgadas de largo y cubrirían un plato de té de buen tamaño. Se encuentran en pantanos y estanques de agua dulce en toda la cuenca del Amazonas, desde Colombia hasta Brasil. Las hembras son más grandes que los machos, pero los machos tienen colores más vistosos, que van desde el verde oscuro hasta el color lima. Las hembras suelen ser bronceadas. Los científicos no están seguros de cuál es el propósito de sus cuernos homónimos, pero es probable que ayuden a camuflarse, pareciéndose a los tallos de las hojas en la naturaleza.
El carnero o muflón de Dall vaga por las cordilleras montañosas subárticas que se extienden de Alaska a Canadá. Los machos usan sus gruesos cuernos de color amarillo para alejar a sus rivales y, a veces, para derribar a los depredadores por los barrancos. Es un carnero salvaje que habita en especial los hábitats de las Montañas Rocosas, donde destaca por su característico pelaje blanco.
La mayoría de víboras cornudas del desierto tienen «cuernos», aunque no todas. Estas víboras venenosas moradoras del desierto se deslizan por las zonas desérticas de África y Oriente Medio. Su mordedura está clasificada como dolorosa, pero no es mortal.
Un eland gigante (Taurotragus derbianus) muestra su deslumbrante coloración y sus cuernos en espiral. La denominación «gigante» se refiere a sus enormes cuernos, que pueden alcanzar 1,2 metros de largo en los machos. Estos elegantes antílopes empiezan a escasear en su área biogeográfica africana nativa como resultado de la caza excesiva y la pérdida de hábitat.
El color metálico y los cuernos desproporcionados facilitan la identificación de los escarabajos arcoíris (Lucanus cervus), el escarabajo más grande de Europa. Usan sus cuernos en las peleas contra sus rivales y también podrían estar implicados en la atracción de una pareja. Los escarabajos arcoíris son los primos atractivos del escarabajo pelotero norteamericano y son los favoritos de los coleccionistas de insectos.
El addax (Addax nasomaculatus) es una especie de antílope en peligro de extinción que solo vive en el desierto del Sáhara y en algunas partes de Marruecos. Entre sus largos cuernos en espiral, que pueden alcanzar hasta 90 centímetros de largo, tienen un mechón de pelo oscuro. Los adax son lentos y dóciles, lo que los convierte en un blanco fácil para los cazadores de trofeos. Esta criatura del desierto está espectacularmente adaptada a las condiciones hostiles, ya que estos animales rara vez necesitan beber (algo impresionante considerando que es uno de los mamíferos más grandes del desierto), sus pezuñas planas evitan que se hundan en la arena y su pelaje cambia de marrón en invierno a blanco en verano para ayudarle a refrescarse.
Los escarabajos Atlas (Chalcosoma atlas) tienen tres cuernos lisos y esbeltos en la cabeza y el tórax que usan para luchar con otros machos. El nombre de estos nativos del Sudeste Asiático se debe al dios griego Atlas, que fue condenado a mantener la tierra separada del cielo por toda la eternidad. Como otros escarabajos del género Chalcosoma, destaca por su gran tamaño, ya que los machos miden entre 6 y 13 centímetros y poseen estos cuernos que utilizan para luchar entre ellos por el derecho de aparearse con las hembras.
Un antílope indio (Antilope cervicapra) del Zoo Elen Trout se acerca a la cámara. Los largos cuernos anillados del antílope indio, o sasin, pueden alcanzar casi un metro de largo. Todos los machos y algunas hembras tienen cuernos. Los machos se empujan con los cuernos durante las luchas de poder.