Vacunas

Un trabajador sanitario que busca a personas si vacunar en Karachi, Pakistán, encuentra a un niño que no tiene la marca en el dedo que indicaría que lo han inoculado contra la polio. La vacuna oral se administra enseguida, antes de que el tren se detenga.

Los trabajadores de Médicos Sin Fronteras, que luchan contra un brote de sarampión en la República Democrática del Congo, transportan neveras llenas de vacunas por el río. En su arduo circuito de 10 horas por las aldeas afectadas, deben mantener la vacuna refrigerada.

Una joven congoleña, que acaba de ser vacunada contra la fiebre amarilla, espera a que se le seque el brazo desinfectado. Los graves ataques del virus son atroces y provocan hemorragia interna, vómitos, daño hepático y la muerte.

Con un brote de fiebre amarilla propagándose por la vecina Angola y la escasez de esta vacuna, el personal sanitario de la RDC ha tenido dificultades para inocular a los 350 000 residentes de la ciudad de Matadi. En la foto, improvisan una clínica en un camión abandonado.

Una madre congoleña trae a sus hijos a una iglesia en la aldea de Nzerret para que los vacunen.