56 animales en peligro de extinción
De el águila imperial española al tití cabeza blanca de los bosques colombianos, del gran elefante africano al pequeño caracol Partula, estos animales del mundo están en peligro.

Un águila imperial ibérica, Aquila adalberti, en el Zoo de Madrid. El águila imperial ibérica es una de las aves endémicas de la península ibérica, una especie amenazada de la cual solo hay constancia de 330 parejas en la península ibérica, según datos de SEO Birdlife. En libertad, esta ave vive unos 20 años de media, aunque en cautividad ha llegado incluso a los 41. Sus hábitats abarcan una gran diversidad de lugares de España, desde pinares en zonas de montaña, hasta zonas de dunas y marismas en zona de costa. Entre sus amenazas se encuentran la desaparición y fragmentación del hábitat, el veneno, la electrocución, la persecución humana, la falta de alimento, la contaminación y las enfermedades.
Nota del Editor: en una versión anterior había una errata en el nombre de la especie que ya se ha corregido.
Un cernícalo vulgar, Falco naumanni, en el Jardín Zoológico de Praga. Esta especie es una de las rapaces más frecuentes de Europa por su extraordinaria capacidad de adaptación para hacer nidos o conseguir alimento en los territorios que habita. El cernícalo, censado en 30.000 parejas en la península ibérica y las islas Baleares, es un ave diurna de campo abierto y matorral. Estas aves anidan cualquier terreno buscando grietas de rocas, edificios o huecos de árboles. Su zona de distribución se extiende por Europa, Asia y África, y aunque las poblaciones del norte de Europa pasan el invierno en el sur, las meridionales permanecen en nuestro territorio todo el año.
El gibón de mejillas blancas, que suele habitar bosques perennes o semiperennes de Vietnam, Laos y China, casi ha desaparecido en estado silvestre.
El tigre de Sumatra es una subespecie autóctona de la isla indonesia de Sumatra. Es el tigre más pequeño, posiblemente porque evolucionó en un hábitat isleño aislado.
Pese a ser un símbolo de inmortalidad la grulla manchú se encuentra en peligro de extinción debido a la reducción de su hábitat de humedales. Es la segunda especie de grulla más rara del mundo.
Los osos hormigueros gigantes se consideran unos de los mamíferos más amenazados de Centroamérica, donde sus hábitats de pastizal están amenazados por las actividades humanas.
Los peces cirujanos azules viven en las aguas cristalinas de los arrecifes de coral. Los expertos creen que cada año capturan hasta un cuarto de millón para el comercio de acuarios.
Durante años, se consideró que el guacamayo barbazul en peligro crítico de extinción se había extinguido hasta que lo redescubrieron en las sabanas del norte de Bolivia en 1992.
El gavial es una especie en peligro crítico de extinción que antes vivía en los sistemas fluviales de agua dulce de Pakistán a Birmania. Actualmente, su área de distribución se limita de la India y Nepal.
En el pasado, los osos grizzly vivían en gran parte del oeste de Norteamérica, hasta que los asentamientos europeos y la caza agresiva acabaron con la mayor parte de la población.
La chara floridana es la única especie de ave endémica de Florida. Gran parte de su hábitat ha sido talado para la agricultura y el desarrollo urbano, lo que la ha convertido en una especie vulnerable a la extinción.
El conejo de los volcanes, una especie en peligro de extinción, vive en las laderas de cuatro volcanes, todos a 45 minutos de Ciudad de México.
La tortuga carey, una especie en peligro crítico de extinción, es un animal migratorio que vive en aguas tropicales. La cazan por su impresionante caparazón.
En el pasado, los licaones se distribuían por todo el continente africano, pero sus poblaciones han descendido debido a la pérdida de hábitat y los conflictos con los ganaderos, que temen por sus animales.
La mariposa monarca es famosa por su migración estacional. Millones de monarcas migran al sur desde Estados Unidos y Canadá hacia California y México para pasar el invierno.
El lagarto cocodrilo, una especie en peligro de extinción, es la última especie superviviente de su género y su familia, que se remontan a hace más de 100 millones de años. Su hábitat subtropical está disminuyendo debido a la deforestación.
El koala es un animal australiano icónico. Este animal trepador es un marsupial, un mamífero con una bolsa para el desarrollo de sus crías.
Los rinocerontes blancos del sur se consideraron extintos a finales del siglo XIX, hasta que descubrieron una pequeña población en Sudáfrica en 1895. La caza furtiva por sus cuernos aún supone una grave amenaza para este animal.
Los pingüinos de Magallanes son una de las muchas especies de pingüino cuya supervivencia peligra debido a amenazas como la contaminación por petróleo crónica y el cambio climático.
Las ranas venenosas Dendrobates tinctorius viven en los bosques tropicales de Sudamérica, donde se enfrentan a peligros como la tala y el cambio climático.
El cálao terrestre sureño, que se distribuye por todo el sur de África, es vulnerable a la extinción, ya que la contaminación, la tala y la agricultura están destruyendo sus hábitats.
El murciélago magueyero menor, una especie en peligro de extinción, es un polinizador importante que contribuye a mantener los ecosistemas desérticos del norte de México y el sudoeste de Estados Unidos.
Los corales cuerno de ciervo se encuentran en pendientes, lagunas y arrecifes tropicales poco profundos. El cambio climático amenaza su supervivencia, ya que afecta a su relación simbiótica con las algas.
Las cobras reales son las serpientes venenosas más largas. Como se enfrentan a varios peligros provocados por las actividades humanas, son vulnerables a la extinción.
Los jaguares son el único gran felino de las Américas y el tercero más grande del mundo por detrás de los tigres y los leones. Se parecen mucho a los leopardos, que viven en África y Asia, pero las manchas de los jaguares son más complejas y normalmente tienen un punto en el centro.
Antes, el pez sierra común nadaba por las aguas cálidas de todo el mundo. La sobrepesca y el quedarse enredados en aparejo destinado a otras especies son una de las principales amenazas a las que se enfrenta.
Los okapis viven en las selvas de la República Democrática del Congo. Los investigadores estiman que las poblaciones de estos animales en peligro de extinción podrían haberse reducido en las dos últimas décadas.
La rana Conraua derooi, una especie en peligro crítico de extinción, vive en las cascadas y los arroyos de la frontera entre Ghana y Togo. Las actividades humanas como la tala y la pesca están destruyendo su hábitat.
La iguana de Jamaica, una especie en peligro crítico de extinción, es el animal más grande autóctono de Jamaica. Se enfrenta a varios peligros, como las especies invasoras y la pérdida de hábitat.
Se prevé que los charranes árticos, famosos por su migración de récord (la más larga de cualquier animal del mundo), perderán entre un 20 y un 50 por ciento de su hábitat debido al cambio climático.
Los leones africanos son admirados en todo el mundo, pero su población ha disminuido un 50 por ciento en los últimos 25 años. Los conflictos con los humanos son uno de los principales peligros a los que se enfrentan.
La tortuga de la Florida, que se distribuye por el sudeste de Estados Unidos, es fundamental para la salud de su ecosistema. Sin embargo, la urbanización y otros peligros la han convertido en una especie vulnerable a la extinción.
La foca monje de Hawái, una especie en peligro de extinción, vive en las remotas islas de Sotavento de Hawái. El aumento del nivel del mar provocado por el cambio climático pone en peligro su hábitat y su suministro de alimentos.
El rinoceronte de Sumatra de dos cuernos comparte la desafortunada distinción de ser el rinoceronte más amenazado del mundo con su pariente regional, el rinoceronte de Java. Ambas especies se encuentran en peligro crítico de extinción.
Junto a los bonobos, los chimpancés son nuestros parientes vivos más próximos, ya que comparten un 98,7 por ciento de nuestro código genético. También se cree que los humanos y los chimpancés comparten un antepasado común que vivió hace entre siete y 13 millones de años.
La cebra de Grévy es una especie en peligro de extinción autóctona de Etiopía y del norte de Kenia. Esta cebra debe recorrer largas distancias en busca de agua y comida conforme su hábitat mengua.
Los pangolines malayos se encuentran en peligro crítico de extinción. Como las otras especies de pangolines de Asia y África, están siendo conducidos a la extinción por la caza furtiva de su carne y sus escamas, que se emplean en la medicina tradicional china, aunque no hay evidencias de que funcionen.
Las iniciativas del siglo XIX para erradicar a los demonios de Tasmania (considerados plagas que mataban al ganado) casi lograron eliminarlos. En 1941, el gobierno convirtió a los demonios en especie protegida y sus poblaciones han aumentado de forma constante desde entonces.
Los sapos puertorriqueños se consideraron extintos desde 1931 hasta 1967, cuando se descubrió una población en el norte de Puerto Rico. Se estima que solo quedan unos 3000 sapos adultos en estado silvestre.
Según algunas estimaciones, las poblaciones de anguilas europeas han descendido a menos de un uno por ciento de sus niveles históricos. Por eso la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza las clasifica como especie en peligro crítico de extinción.
En 1980, los grupos de conservación pusieron en marcha una iniciativa para impedir que el cóndor californiano se extinguiera. Cuando quedaron menos de 10 cóndores en estado silvestre, se tomó la decisión de reunirlos a todos para criarlos en cautividad. En 1987, cuando se introdujo en cautividad a la última ave silvestre, solo quedaban 27 cóndores en el mundo.
La grulla coronada cuelligrís tiene una corona impresionante de plumas doradas rígidas. Su principal amenaza son los humanos que consideran este ave un símbolo de posición social, lo que ha dado pie a la caza furtiva y el tráfico ilegal de la especie.
En la actualidad, casi todos los caracoles del género Partula viven en cautividad. Cuando el caracol se extinguió en estado silvestre, el Zoo de Detroit era el único lugar del mundo donde residía.
La expansión de los asentamientos humanos y el pastoreo de ganado han provocado un aumento de los conflictos con este gran felino. A veces, los pastores matan a los leopardos de las nieves para evitar que devoren a sus animales domésticos o como venganza por hacerlo.
Los tapires de Baird son los mamíferos más grandes de sus ecosistemas y una fuente importante de alimento para los pueblos locales. Sin embargo, la caza excesiva podría hacer que las poblaciones desciendan hasta atravesar un punto sin retorno, sobre todo si tenemos en cuenta que la especie tiene un rendimiento reproductivo relativamente bajo.
Una de las mayores amenazas para los buitres dorsiblancos africanos es el envenenamiento, que puede ocurrir de muchas formas diferentes. Muchos ganaderos dan a sus animales un medicamento antiinflamatorio que es letal para los buitres si lo consumen al alimentarse de un cadáver. Los ganaderos también envenenan los cadáveres de las vacas para matar a los grandes felinos como represalia por atacar al ganado. Los pesticidas son otro problema, así como las balas, pero no por los disparos. Los buitres que se comen la carne de los animales que matan los cazadores suelen morir lentamente por ingerir el plomo de las balas.
La caza furtiva para el comercio de marfil es el mayor peligro para el elefante africano. Antes de que los europeos empezaran a colonizar África, es posible que hubiera hasta 26 millones. Para 1970, sus poblaciones habían quedado reducidas a 1,3 millones.
En 1980, Indonesia fundó el parque nacional de Komodo para proteger al dragón de Komodo y su hábitat. Este refugio de 1800 kilómetros cuadrados se ha convertido en lugar Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. El parque colabora con las comunidades locales para crear conciencia sobre la especie y la importancia de protegerla.
La agricultura, el pastoreo y la expansión de los asentamientos humanos están reduciendo el espacio del gorila occidental de llanura. El cambio climático amenaza su hábitat conforme el aumento de las temperaturas seca la región, lo que lo hace más vulnerable a los incendios y la desaparición forestal.
Los manatíes antillanos, que se distribuyen por las aguas costeras del Caribe y el golfo de México, peligran cada vez más por la contaminación, la pesca y las colisiones con barcos.
El tití cabeza blanca, una especie en peligro de extinción, vive en una pequeña zona del noroeste de Colombia que actualmente está amenazada por la deforestación.
Las tortugas bobas son la especie de tortuga marina más común en las aguas de Estados Unidos. Sin embargo, las disminuciones persistentes de su población debido a la contaminación, la pesca de arrastre de camarones y el desarrollo urbano en sus zonas de anidación, entre otros factores, han hecho que esta tortuga se incluya en la lista de especies amenazadas de la Ley de Especies en Peligro de Extinción de Estados Unidos desde 1978.
Un visón europeo en peligro crítico de extinción, Mustela lutreola, en el Zoo de Madrid. Esta especie se encuentra en peligro crítico de extinción según la clasificación de la Unión Internacional por la Conservación de la Naturaleza. Habita en escasas y pequeñas poblaciones aisladas desde España hasta los montes Urales. En nuestra península habita los ríos de régimen oceánico, como el río Ebro, hasta La Rioja. Debido a los escapes de las granjas peleteras, el visón americano se convirtió en una especie invasora en Europa, lo que ha perjudicado gravemente al visón europeo, que puede llegar a ser desplazado hasta su extinción.
Una tortuga de Hermann oriental, Testudo hermanni boettgeri, en Parco Natura Viva. La llamada tortuga mediterránea habita únicamente al sur de Europa porque habitan los climas suaves. Esta especie está en riesgo de extinción en estado salvaje debido a la destrucción de sus hábitats, el cambio de usos del suelo, el uso de pesticidas, la captura ilegal y las especies invasoras. Aunque hace años que capturar a estos animales está prohibido, se calcula que el número de tortugas cautivas es de decenas de miles, lo que refleja la necesidad de una mayor educación ambiental al respecto.
Un sapo partero ibérico, Alytes cisternasii, en el Zoológico de Londres. El sapo partero ibérico es una especie de sapo endémica de la península ibérica que está presente en bosques mediterráneos de encinas y alcornoques, repartiendo su hábitat por la península en sus zonas centrales y en el sudoeste. La principal amenaza del sapo partero ibérico es la pérdida de hábitat de bosque mediterráneo y la contaminación del agua en la que se desarrollan las larvas.
Una hembra de liebre ibérica, Lepus granatensis granatensis, en la Universidad de Porto en Portugal. Aunque la liebre ibérica tiende a ser confundida con los conejos, son especies diferentes, sobre todo por su velocidad. Este pequeño mamífero alcanza hasta 70 km/h, ya que cuenta con un esqueleto muy ligero y grandes patas traseras, así como un sistema circulatorio muy desarrollado que le permite bombear oxígeno a gran velocidad. Las principales amenazas de la liebre ibérica, además del impacto humano, son los lobos, zorros, gatos monteses, búhos y águilas.