Alex Honnold y Tommy Caldwell baten un récord de velocidad en El Capitán

Los expertos escaladores de velocidad alcanzaron la cima de la mayor pared de roca de Yosemite en menos de dos horas, algo que nunca se había logrado antes.

Por Jayme Moye
Publicado 7 jun 2018, 12:50 CEST
Los escaladores Tommy Caldwell y Alex Honnold posan frente a El Capitán, en Yosemite, tras batir el récord de velocidad de The Nose.
Fotografía de Ted Hesser
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El 6 de junio de 2018, en el parque nacional de Yosemite, en California, Alex Honnold y Tommy Caldwell lograron algo que parecía imposible: escalar The Nose, una ruta de 914 metros en El Capitán, en 1 hora, 58 minutos y 7 segundos. «Es como romper la barrera de dos horas de la maratón, pero en vertical», explica Hans Florine, quien, con su compañero de escalada Yuji Hirayama, fue el primero en bajar el récord de velocidad en The Nose de las tres horas en 2002.

The Nose se considera la mayor ruta de escalada en grandes paredes de roca del planeta. Recorre la proa de la gigantesca formación de granito conocida como El Capitán y es la formación más conocida del monolito. Cada primavera, atrae a los escaladores más aventureros del mundo para poner a prueba su temple. La mayoría tardan entre tres y cinco días en escalar el desafiante terreno, «acampando» en la pared en portaledges anclados a la piedra. Para los escaladores de élite, el tiempo que deben superar es el NIAD, siglas que significan Nose-in-a-Day o Nose en un día, escalándola sin pasar la noche. Para Honnold y Caldwell, la ruta es su entrenamiento matutino. «No nos pareció tan rápido», dice Honnold sobre su último intento récord, «pero cuando llegué a la cima y vi 1:57, me puse eufórico».

Una carrera de décadas

El récord de velocidad en The Nose puede remontarse a 1975, cuando un equipo de tres escaladores —Jim Bridwell, John Long y Billy Westbay— se dispusieron a escalarla en menos de 24 horas. Antes de eso, la ruta siempre se consideró una empresa de varios días, incluso para los mejores. Aunque los escaladores no se cronometraron de forma precisa, Long estima que les llevó menos de 15 horas. Su ascenso se convirtió en la primera entrada en el libro no oficial de los récords de The Nose.

«Los escaladores más duros de Yosemite, como Royal Robbins, llevan planeando reducir el tiempo de las escaladas de días a horas desde los 60», cuenta Long. «Para los años 70, el resto de grandes formaciones ya se habían escalado en un día. The Nose era la última. Es la más grande, prominente e intimidante».

La escalada de velocidad en The Nose no captó realmente la atención del público general hasta principios del siglo XXI, cuando uno de los personajes más influyentes de la escalada, Dean Potter, se interesó por ella. Entonces, el récord se había mantenido durante nueve años, batido por Florine y Peter Croft en 4 horas y 22 minutos. En octubre de 2001, Potter, junto con su compañero de escalada Timmy O’Neill, persiguieron el récord y lo batieron con un tiempo de 3:59:35. Dos semanas después, Florine se alió con Jim Herson para reclamarlo, llegando a la cima en 3:57:27. Potter y O’Neill intentaron la revancha tres días después, registrando un tiempo de 3:24:20. «Fue un punto de inflexión importante», afirma Florine. «Por primera vez, aparecían multitudes en el prado de El Capitán para verlo. Podías oírlas vitoreando a 600 metros. Era bastante guay».

Tommy Caldwell dirige la marcha en la pared durante su escalada récord en The Nose, El Capitán.
Fotografía de Ted Hesser

En 2002, Florine colaboró con el japonés Yuji Hirayama, uno de los mejores escaladores en solo integral de su tiempo, para reducir el récord de tres horas, dando pie a lo que se conoce como «Race for the Nose» («Carrera por The Nose»). A lo largo de la década siguiente, algunos de los mejores escaladores del mundo, entre ellos Potter, Sean Leary y los hermanos alemanes Alexander y Thomas Huber, batirían el récord de Florine. Varios documentalistas, en particular los fundadores de REEL Rock Peter Mortimer y Josh Lowell, documentaron este drama para la gran pantalla.

En su libro de 2016 On the Nose: A Lifelong Obsession with Yosemite’s Most Iconic Climb, Florine anunció que se retiraba de la carrera por el récord. Lo ostentaba con Alex Honnold con un tiempo de 2:23:46 desde 2012. En octubre de 2017, el destacado escalador de Yosemite Brad Gobright y Jim Reynolds, miembro del equipo de búsqueda y rescate de Yosemite, mejoraron el tiempo con una marca de 2:19:44.

Preparando el récord

El nuevo récord inspiró a Honnold a intentarlo de nuevo con su compañero Tommy Caldwell. «Desde 2012, cuando batí el récord con Hans, siempre había pensado que quizá podía llegar por debajo de las dos horas», cuenta Honnold. «Cuando Brad y Jim finalmente batieron el récord, se había abierto la temporada de nuevo y era el momento de intentarlo».

Honnold y Caldwell empezaron a entrenar juntos en The Nose en mayo de 2018. Fue la primera incursión de Caldwell en la escalada de velocidad, pero sin duda no era su primera vez en Yosemite. En 2005, Caldwell y Beth Rodden se convirtieron en la tercera y cuarta personas en escalar The Nose en modalidad libre (los escaladores libres usan cuerdas y otro equipo solo para protección en caso de caída, no como ayuda para subir). Caldwell ha hecho primeros ascensos en libre de varias grandes paredes de roca de Yosemite, pero es más conocido por los 19 días que pasó colgado de un lado de El Capitán, en la ruta a la derecha de The Nose, conocida como Dawn Wall. Cuando Caldwell y su compañero Kevin Jorgeson alcanzaron la cima del Dawn Wall el 14 de enero de 2015, habían logrado el primer ascenso libre de la que se suele considerar la escalada en roca más difícil del planeta.

Honnold y Caldwell han estado escalando juntos durante años, construyendo una larga lista de ascensos memorables. Uno de los más épicos: un primer ascenso en 2014 al icónico Cruce Fitz, un trayecto de cinco días que atraviesa la cordillera del cerro Fitz Roy, en la Patagonia. Su logro de menos de dos horas en The Nose se produjo tras varias semanas de entrenamiento exhaustivo en Yosemite. En mayo y a principios de junio, escalaron The Nose juntos una docena de veces, entre ellas dos intentos el 30 de mayo y el 4 de junio que recortaron el récord a 2:10:15 y 2:01:50, respectivamente.

«El aspecto principal de la escalada de velocidad, en general, es reducir la ineficiencia de cualquier forma posible», afirma Honnold. «Creo que parte de lo que hace de Tonny tan buen compañero es que cada vez que escalamos la ruta hacíamos un informe hasta la cima y luego pasábamos la mayor parte de la caminata de descenso hablando de ello, y durante el día nos hacíamos preguntas de vez en cuando, intentando averiguar formas de hacerlo mejor. Ambos estábamos evaluando constantemente lo que hacíamos y cómo podíamos mejorar».

Imperfecto, pero suficiente

Cuando la pareja partió la mañana del 6 de junio para un tercer ascenso récord, Honnold confiaba en su capacidad de reducir las dos horas. La única incógnita era si la escalada iría lo bastante como la seda para poder lograrlo. Con 914 metros de roca, hay muchos lugares donde se te puede enganchar la cuerda, obligándote a retroceder para liberarla (como ocurrió en su segundo intento) o donde haya que adelantar a otra partida de escaladores, perdiendo minutos muy preciados. Además, Caldwell acababa de volver de un evento de su gira literaria en Texas y había llegado a Yosemite sobre las 10 de la noche anterior.

Honnold no tenía por qué preocuparse, pese a que hubo momentos que podrían haber descarrilado a la pareja. Tuvieron que adelantar a cuatro partidas de escaladores, entre ellos un grupo de japoneses que no hablaba inglés en el Great Roof, en una de las secciones más complicadas de la ruta. A Tommy se le cayó una pieza fundamental de equipo de la pared. Pese a todo, recortaron más de 3 minutos y medio su marca anterior y sin duda rompieron la barrera de las dos horas. «No fue perfecto, pero de eso se trata», dice Honnold. «Fue lo suficientemente bien».

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    Las sombras se ciernen sobre El Capitán, en el parque nacional de Yosemite, California.
    Fotografía de Paolo Sartori, Aurora

    Pero Honnold dice que han acabado y que no intentarán recortar más su marca en las semanas restantes de la temporada de escalada en Yosemite. «La verdad es que creo que los límites del potencial humano en esta ruta están en una hora y media», afirma. «Pero no creo que tengamos interés en intentar llegar ahora, ¿sabes?».

    Claro que eso podría cambiar si un nuevo competidor los supera. Aunque, a estas alturas, quizá no haya nadie más en la Tierra que pueda competir con la experiencia y las habilidades de Honnold y Caldwell como equipo de escalada de velocidad. «No me sorprendería que este récord se mantenga durante 10 o 15 años», afirma Honnold. «Ya veremos».

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