Colin O’Brady se prepara para una travesía en solitario por la Antártida

El deportista de resistencia Colin O’Brady intenta esquiar solo y sin ayuda en uno de los entornos más amenazantes del planeta.

Por Mark Synnott
Publicado 6 nov 2018, 18:44 CET
Colin O’Brady
Colin O’Brady tira de un trineo durante una expedición de esquí en el polo norte.
Fotografía de Colin O'Brady

Es la temporada de los retos extremos en la parte inferior del planeta y los aventureros se preparan para comenzar diversas travesías antárticas. Aprovechan el tiempo estival más apacible, cuando las temperaturas son de -27° C de media, y no de -60° C. Uno de los integrantes del grupo es el deportista de resistencia de 33 años Colin O’Brady, que intentará esquiar a través del gélido e inclemente paisaje en solitario, cargando con todas sus provisiones en un trineo y sin contar con ayuda externa.

O’Brady ha estado preparándose para esta expedición, a la que ha llamado «Impossible First» durante años. Tras sufrir un terrible accidente que le dejó con quemaduras en el 25 por ciento del cuerpo, ganó la división amateur del triatlón de Chicago en 2009. A continuación, batió un récord de velocidad en el Explorers Grand Slam, una proeza que implica escalar el pico más alto de cada continente y esquiar los últimos grados de ambos polos. En el último año, ha empezado a entrenar para la travesía antártica, su reto más extenuante hasta la fecha.

En el continente también se encuentra Louis Rudd, capitán del ejército británico y amigo íntimo de Henry Worsley, que también hizo un intento de travesía en solitario y sin ayuda por la Antártida entre 2015 y 2016. Worsley contrajo una infección letal durante la expedición y solicitó rescate a 48 kilómetros de la meta. Rudd afirma que su intento es un honor a su amigo.

Ambos hombres esperan reclamar la primera travesía en solitario, sin ayuda ni apoyo de la Antártida, aunque algunos observadores de expediciones afirman que ya se ha conseguido. En 1996-97, Børge Ousland finalizó su viaje en solitario, cargando con todos sus suministros y ganándose el título del primer esquiador transcontinental en solitario de la Antártida, pero usó una cometa que le ayudó a propulsarse. Otros dos, Rune Gjeldnes y Mike Horn, han viajado del mismo modo. O’Brady reconoce sus logros, pero cree que un viaje sin cometa es muy diferente.

Mientras O’Brady se preparaba para emprender su viaje en Chile, nos habló del accidente que le llevó a los deportes de resistencia, su conexión visceral con la Antártida y cómo se ha preparado para la soledad y los peligros de la expedición.

O’Brady sonríe durante una expedición cerca del monte Elbrus, en Rusia.
Fotografía de Colin O'Brady

¿Cómo te sientes ahora que estás a punto de emprender tu viaje?

He pasado un par de años soñándolo y al menos un año planeándolo, y es divertido que un objetivo a largo plazo se haga realidad por fin. Tengo unos pocos nervios previos a la expedición, lo normal, pero esperaba estar peor. Me siento más o menos relajado y en movimiento.

¿Puedes explicarnos qué quieres hacer exactamente?

El objetivo general es ser la primera persona en completar una travesía de la Antártida en solitario, sin apoyo y sin ayuda. Pretendo empezar en la barrera de hielo de Ross y acabar al borde de la barrera de hielo de Ronne, ya en la ensenada de Hércules o en la desembocadura Messner.

(Nota del editor: la desembocadura Messner es el lugar donde el famoso montañero tirolés Reinhold Messner acabó su travesía en 1990. Algunos exploradores polares han argumentado que una travesía correcta del continente debe incluir las barreras de hielo de Ronne y Ross, ya que, aunque técnicamente no forman parte de la masa continental subyacente, tienen más de medio kilómetro de ancho y 100.000 años de edad, de ahí que sean una parte fundamental del continente.)

La mayoría de las travesías han sido de norte a sur. ¿Por qué vas en dirección contraria?

He investigado mucho y hay pros y contras de ir en ambas direcciones. La dirección en la que quiero ir es un poco más empinada al principio. Está a unos 640 kilómetros del polo sur, en lugar de a 1.100 si vinieras desde el otro lado. Los vientos catabáticos predominantes van ladera abajo, así que supongo que iré más lento al principio, ya que mi trineo pesará más, pero espero que tener el viento a la espalda valga la pena a largo plazo cuando haya pasado el polo.

¿Lo que dices es que esperas vientos en contra hacia el polo sur, pero vientos de cola cuando pases del polo? ¿Sopla el viento en direcciones diferentes según dónde te encuentres respecto al polo?

En la Antártida, los vientos son catabáticos, lo que básicamente significa que van en dirección descendente. El polo está muy cerca del punto alto de la meseta polar y desde ahí sopla hacia abajo en todas las direcciones. Espero un viento en contra cuando escale el polo [a 2.800 metros sobre el nivel del mar], pero después debería tener viento de cola en la manga de 1.100 kilómetros desde ahí hasta la barrera de hielo de Ronne.

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    O’Brady cerca de un avión durante su último viaje a la Antártida.
    Fotografía de Colin O'Brady

    Como sabrás, Henry Worsley falleció a solo 48 kilómetros del final de su viaje. Era un explorador polar muy experimentado. ¿Por qué crees que puedes conseguir —con mucha menos experiencia— lo que él fue incapaz de lograr?

    Me preocupa bastante. No llegué a conocer a Henry, pero yo estuve en una expedición a la Antártida mucho más pequeña ese mismo año y estuve a punto de cruzarme con él en el polo sur. La noticia de que no lo había logrado fue muy triste.

    Solo puedo leer lo que se ha escrito sobre Henry y he hablado con muchas personas de la comunidad polar para intentar saber qué fue mal en su caso. En mi opinión, es todo preparación.

    Una de las cosas en las que más me he centrado en este proyecto es tener una nutrición adecuada. En estas largas expediciones a regiones polares, la gente pierde muchísimo peso, se debilita y toma malas decisiones como consecuencia. Mi patrocinador principal es una empresa llamada Standard Process. Excelentes nutricionistas, doctores, científicos de alimentos y médicos han realizado un estudio longitudinal de mis análisis de sangre durante un año. A partir de eso, han creado comida a medida que cumple específicamente mis necesidades calóricas y el equilibrio exacto de fitonutrientes y macronutrientes que necesito para mi fisiología.

    O’Brady esquía por una ruta cerca del polo norte.
    Fotografía de Colin O'Brady

    Seguí el viaje de Henry y me parecía que sufría, pero era tan fuerte que siguió adelante. Obviamente, se presionó demasiado. Está claro que eres una persona muy decidida, así que ¿te preocupa poder acabar en una situación en la que no te des cuenta de lo cerca que estás del límite?

    Si estoy en apuros como en el caso de Henry, tengo un teléfono por satélite. Espero poder llamar a tiempo para que me rescaten. Estar solo supone un desafío, porque no tienes el sabio consejo de un compañero de expedición, y es un poco más difícil darte cuenta de las señales cuando estás tú solo en el vacío.

    Voy a comunicarme con mi mujer Jenna durante el viaje. Llevamos 11 años juntos y ha estado al otro lado de ese teléfono por satélite muchas veces, incluida la vez que me quedé atrapado por una tormenta en la zona mortal del Everest. Ya ha hecho esas llamadas por mí. Le he dado a Jenna la autoridad de llamar al operador logístico y decirle que necesito que me rescaten. Si ve que no me muevo durante días o escucha algo en mi voz que no le guste, puede pulsar ese botón de eyección.

    “Si ve que no me muevo durante días o escucha algo en mi voz que no le guste, puede darle a ese botón de eyección.”

    por COLIN O'BRADY

    El explorador noruego Børge Ousland completó una travesía de 2.845 kilómetros por la Antártida en 1996-97, solo y sin apoyo. Existe desacuerdo en la comunidad polar sobre si su travesía debería clasificarse como «sin ayuda», porque usó una cometa para propulsarse. ¿Qué dirías a quienes insisten en que Ousland fue en realidad el primero en atravesarla sin ayuda?

    Estoy de acuerdo en que se debe mencionar a Børge cuando se debaten las expediciones más épicas y pioneras que han tenido lugar en la Antártida. Pero la verdad es que lo que hizo con cometas es muy diferente a lo que voy a hacer sin ayuda. Es casi como comparar peras con manzanas. No se reabasteció, pero con una cometa puedes recorrer fácilmente 160 o 320 kilómetros en un día. Anoche estaba sentado junto a un tío que decía que había cruzado desde polo a la ensenada de Hércules en nueve días con cometas. Suele tardarse más de 40 días si cargas con un trineo y suministros. Es como la diferencia entre navegar a vela y navegar a remo por el océano. Son dos formas de transporte muy diferentes.

    ¿Has hecho expediciones en solitario antes?

    He pasado bastante tiempo en las montañas solo, pero nada parecido a esto. Lo más parecido que he hecho en solitario, y que no guarda relación directa con la aventura sino con la mentalidad de estar solo, es que cada año hago retiros de meditación vipassana durante 10 días. Sin leer, sin escribir, sin contacto visual, sentado y meditando en completo silencio y aislado durante 10 días. Me resulta muy valioso, tanto para practicar mi atención plena como para mi bienestar mental general.

    Nunca he estado solo en la Antártida durante 60 o 70 días. Aunque creo que la soledad será una de las partes más hermosas y significativas de la experiencia, también será uno de los elementos más desafiantes.

    Describe el accidente que te condujo al sendero de las expediciones extremas.

    Fue al acabar la universidad. Nunca había hecho un viaje internacional, así que me llevé una mochila y una tabla de surf y me dispuse a vagar por el mundo con un presupuesto muy reducido, viviendo en albergues juveniles y haciendo autoestop. Tras tres o cuatro meses de viaje, me encontraba en una playa en la Tailandia rural. Con 22 años y siendo algo precoz, pensé que saltar una comba en llamas sería una buena idea. Por desgracia, salió fatal.

    Una cuerda empapada en queroseno envuelta alrededor de las piernas, extendiendo más queroseno por mi cuerpo y prendiéndome fuego hasta el cuello en un instante. Pude levantarme y correr al mar, lo que extinguió las llamas, pero no antes de que el 25 por ciento de mi cuerpo tuviera quemaduras graves, sobre todo las piernas y los pies.

    “Los médicos me dijeron que era improbable que volviera a caminar con normalidad.”

    por COLIN O'BRADY

    Estaba en medio de la nada, en una isla sin hospitales. En lugar de en ambulancia, me transportaron en moto por un camino de tierra hasta un puesto de enfermería con una sola habitación. Tuve que someterme a ocho operaciones con un gato correteando junto a mi cama. Por los daños a los ligamentos y los tejidos de los tobillos y los pies debido a la profundidad de las quemaduras, los médicos me dijeron que era improbable que volviera a caminar con normalidad.

    Estuve varios meses en el hospital. Cuando volví a Estados Unidos, todavía no había dado un solo paso. Mentalmente, estaba muy deprimido. Físicamente, me dolía todo. Pensé que mi vida se había acabado. Pensé que no volvería a caminar.

    Mi madre es la heroína de esta historia. Me dijo: «¿Qué quieres hacer cuando te recuperes?». Y le dije que quería participar en un triatlón. En lugar de decirme que escogiera un objetivo más realista, me dijo: «Vale, pues centrémonos en eso». Literalmente, durante un año y medio me levanté cada día pensando que debía salir de aquella silla de ruedas, algo que culminó con mi participación en el triatlón de Chicago en 2009. Mi objetivo era simplemente acabar la carrera, pero para mi sorpresa, gané. Al día siguiente, dejé mi empleo y me convertí en deportista profesional.

    Es una historia increíble.

    En los seis años siguientes, participé en triatlones como miembro del equipo nacional de Estados Unidos. Entonces, en 2015, pasé a hacer expediciones más grandes. Desde aquel momento de tragedia y superación, todo ha sido una iteración.

    Creo que, como humanos, tenemos reservas de potencial inexplotado en nuestro interior y que podemos lograr cosas increíbles si nos ponemos metas audaces y nos comprometemos al proceso de perseguirlas. Llamo «Impossible First» a mi proyecto en la Antártida. Mil alumnos de escuelas públicas de todo Estados Unidos podrán hacerme preguntas en directo desde el terreno y les enseñaré ciencia, clima, meteorología y preservación de terrenos públicos.

    Esta entrevista ha sido editada por motivos de longitud y claridad. Puedes seguir el viaje de Colin O'Brady por la Antártida online o en Instagram, donde cada día publicará fotos nuevas..

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