¿Qué secretos se esconden bajo las calles de Lyon?

Un laberinto de pasajes conocidos como «traboules» oculta el complejo pasado de esta ciudad francesa.

Por Carolyn Boyd, Starlight Williams
Publicado 6 feb 2020, 12:35 CET
Viejo Lyon
Cientos de «traboules» conectan los barrios residenciales con las calles más frecuentadas del Viejo Lyon. De los más de 400 que se crearon, 50 siguen abiertos al público.
Fotografía de Christian Kober, John Warburton-Lee Photography Ltd / Getty Images

Bajo las calles del casco histórico de Lyon y el barrio de Croix‑Rousse, los traboules (una vasta red de unos 400 pasajes, pasillos y escaleras ocultas) han sido testigos de momentos históricos como el comercio de seda o las reuniones de la resistencia francesa durante la Segunda Guerra Mundial.

La guía Veronique Destombes lleva más de 30 años viviendo en la ciudad y sabe exactamente qué puertas utilizar y por qué escaleras bajar para explorar los 50 traboules sutilmente señalizados que siguen abiertos al público. Cada ruta tiene su propio tono pastel y un elemento arquitectónico único, como escaleras altísimas, techos abovedados o arcos renacentistas detallados.

Mientras recorremos la Rue du Boeuf, Destombes nos cuenta cómo los canuts, los trabajadores de la seda de Lyon, usaban los traboules para transportar los tejidos por la ciudad protegiéndolos de la tierra y la lluvia. En el siglo XIX, los traboules desempeñaron un papel fundamental durante las revueltas de los canuts, uno de los primeros levantamientos documentados de la Revolución Industrial en Europa. Los trabajadores de la seda explotados usaron estos pasajes para llegar al centro de la ciudad y hacerse cargo de la ciudad. Durante la Segunda Guerra Mundial, la resistencia francesa utilizó esta red para eludir a los nazis. Los miembros de la resistencia se colaban en estos pasajes clandestinos para evitar que los capturaran y podían usar las puertas dobles de los callejones para compartir mensajes importantes sin levantar sospechas.

En la actualidad, muchos de los traboules son propiedad privada y solo los usan los residentes. En los 90, las autoridades municipales de Lyon acordaron financiar el mantenimiento y la restauración de los traboules que mantienen abiertos al público de la mañana a la tarde.

¿Dónde están los traboules?

Investigando un poco, los viajeros expertos podrán encontrar momentos de paz en los traboules de la ciudad. En el Viejo Lyon, las entradas están marcadas con placas de bronce en forma de escudo; en Croix-Rousse, con la cabeza de un león sobre un cartel azul. Estos son cuatro traboules que vale la pena visitar.

Traboule de la Cour des Voraces

El Traboule de la Cour des Voraces, un santuario para los trabajadores de la seda durante las revueltas de los canuts, preserva su historia con su famosa escalera de seis pisos (una de las más antiguas de la ciudad) y un monumento conmemorativo que reza: «En la Cour des Voraces, la colmena de la industria de la seda, los canuts lucharon por sus condiciones de vida y su dignidad». El pasaje histórico comienza en el número 9 de la Place Colbert y el número 14 bis de montée Saint-Sébastien.

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    La Traboule de la Cour des Voraces, ubicada en el barrio de Croix-Rousse, fue uno de los traboules históricos de las revueltas de los canuts del siglo XIX, donde se reunieron y marcharon cientos de trabajadores de la seda airados.
    Fotografía de Martin Schulte-Kellinghaus, ImageBROKER/Alamy Stock Photo

    La Longue Traboule

    En el número 54 de la Rue Saint-Jean, busca una puerta verde y un grabado que dice «La Longue Traboule» y encontrarás el traboule más largo del Viejo Lyon. El pasaje llega hasta el número 27 de la Rue du Boeuf y atraviesa cinco patios y túneles debajo de cuatro edificios. Es uno de los pocos traboules que aún utilizan a diario los habitantes del Viejo Lyon.

    Traboule de la Tour Rose

    Entra por el número 16 de la Rue du Boeuf y descubrirás una torre rosa con una escalera en espiral que atraviesa el Traboule de la Tour Rose. Las escaleras están cerradas al público, pero los delicados colores del patio y las ventanas de estilo renacentista de la torre crean una escena pintoresca.

    Traboule de Maison Brunet

    Este traboule, que conecta el 10 de la Rue Rivet con el 5 de la Place Rouville y el 12 de la Rue Rivet con el 6 de la Place Rouville, conduce a los visitantes hasta la Maison Brunet. Esta es una estructura construida con referencias a los periodos de tiempo: 365 ventas (días del año), 52 pisos (semanas del año), siete pisos (días de la semana) y cuatro entradas (estaciones del año). Durante la revuelta de los canuts, los soldados usaron las ventanas para lanzar bolas de fuego a la guardia nacional.

    Carolyn Boyd es una editora y una escritora especializada en los viajes, la comida y las bebidas de Francia. Síguela en Twitter.
    Starlight Williams es investigadora editorial y escritora en National Geographic. Síguela en Twitter e Instagram.
    Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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