Para muchos viajeros trans, la visibilidad se mezcla con la vulnerabilidad

El sector turístico ha acogido el mes del Orgullo, pero para algunas personas trans y no binarias, abandonar sus casas provoca ansiedad.

Por Kam Burns
Publicado 6 jul 2021, 12:39 CEST
Manifestantes caminan con una bandera arcoíris gigante en Londres

Los manifestantes caminan con una bandera arcoíris gigante en Londres. Viajar puede presentar un conjunto de obstáculos distinto para las personas trans.

Fotografía de Chris J. Ratcliffe, Getty Images

Denne Michele contó a sus seres queridos que era mujer trans durante la pandemia de COVID-19. Pero un reciente viaje a Los Ángeles le ayudó a darse cuenta de que estaba preparada para salir del armario como trans.

Michele voló desde Nueva York a Los Ángeles en mayo para grabar Food 4 Thot —un podcast queer— con sus copresentadores que ya la conocían como mujer con el nombre de Denne. 

«Cuando estábamos en el estudio, sentí que estaba viviendo toda mi vida durante esos días como mujer trans», dice Michele. 

Estar fuera de su entorno cotidiano y vivir la alegría de que la reconocieran por lo que era le hizo darse cuenta de que había llegado el momento de salir del armario. Ahora que el mundo se está abriendo de nuevo, Michele dice que está preparada para ser ella misma allá donde vaya.

No es la única. Sin la presión de «interpretar» el género y con más tiempo para la autorreflexión durante la cuarentena, algunas personas han afrontado sus identidades de género cuando, de otro modo, no lo habrían hecho; muchas salieron del armario como trans. Una encuesta de Gallup de 2020 reveló que el 5,6 por ciento de los estadounidenses se identifican como LGBTQ, frente al 4,5% de 2017. Y aunque en general solo el 0,6 por ciento de los estadounidenses se identifican como transgénero, esa cifra es del 1,2 por ciento entre los millennials y del 1,8 por ciento entre la generación Z. 

Ahora, con la reapertura de muchos lugares, muchas personas trans viven como su verdadero yo por primera vez. Los obstáculos que superan al viajar son solo una parte de la historia.  

Durante mucho tiempo, San Francisco ha sido un refugio para la comunidad LGBTQ. En 2017, la ciudad transformó seis manzanas de su distrito Tenderloin en el Distrito Cultural Transgénero, el primer distrito transgénero reconocido legalmente en el mundo.

Fotografía de RICOWde, Getty Images

Un momento de transición 

Harper Sinclare salió del armario como trans a principios de la pandemia, por segunda vez. La primera vez que salió del armario fue hace cuatro años, pero tuvo problemas para trabajar en un puesto de atención al cliente durante las primeras etapas de su transición. 

«Por aquel entonces, no tenía amigos trans cercanos ni modelos de conducta, así que sentía que era yo contra el mundo, y la presión fue demasiado», cuenta Sinclare. 

La privacidad de la cuarentena le dio la oportunidad de centrarse en sus propios deseos y necesidades, con el apoyo de su pareja y su familia, y sin interferencias del mundo exterior. 

«La cuarentena garantizó que no hubiera un momento en el que me sintiera sola o sin apoyos», dice Sinclare. «Estar encerrada en casa me parecía como una especie de crisálida necesaria y una bendición, pero ahora está empezando a darme un poco de claustrofobia».

En junio voló de Canadá a San Francisco para someterse a una operación de feminización facial, pero estaba nerviosa por viajar a un antiguo foco de COVID-19, y también por viajar como mujer trans por primera vez. 

Hasta ahora, San Francisco le ha parecido la elección correcta. Sinclare dice que nadie ha confundido su género durante el viaje. Pero todavía siente cierta aprensión por los futuros viajes y por conocer a gente nueva a medida que todo reabre.  

«Ya no puedo aceptar que me tomen al pie de la letra y respeten mi identidad [de género], así que mi cerebro está constantemente haciendo cálculos y analizando todo lo que me dicen los desconocidos en busca de alguna razón para tener miedo», dice Sinclare.  «La verdad es que es agotador». 

Karen DeJarnette conoce esa sensación. Como mujer trans que ha salido del armario y es gestora de SEO para una importante agencia de viajes, DeJarnette tiene mucha experiencia viajando como persona trans y todos los retos que ello conlleva. 

Las personas trans, y especialmente las mujeres trans, «nos sentimos vulnerables, nos sentimos extremadamente visibles, y viajar a algún lugar nuevo amplifica eso de forma desmesurada».  

Una investigación de ProPublica de 2019 reveló que el cinco por ciento de las quejas de derechos civiles presentadas ante la Administración de Seguridad del Transporte de Estados Unidos (TSA, por sus siglas en inglés) entre enero de 2016 y abril de 2019 eran de personas trans y de género no conforme, a pesar de que las personas trans representan menos del uno por ciento de la población. El año 2020 fue el más mortal de la historia en cuanto a violencia antitrans, con 44 homicidios documentados, y el 2021 va a superarlo, con 28 homicidios documentados hasta la fecha. La mayor parte de esa violencia está dirigida a las mujeres trans y específicamente a las mujeres trans negras.   

El Washington Post informó recientemente del trauma que supone viajar para las personas trans, señalando que «la discriminación que los viajeros trans han experimentado a manos de la TSA... [se ha] extendido tanto que hay un hashtag —#TravelingWhileTrans— utilizado por los viajeros para compartir malas pasadas con la TSA».

Con todo, DeJarnette señala que es importante recordar que la mayoría de la gente no se dará cuenta o no le importará, porque está preocupada por su propia vida. Pero para las personas trans que tienen que viajar por trabajo u otros motivos que no pueden controlar, recomienda que viajen acompañadas y que sean consciente de las culturas y costumbres, sobre todo en lugares más conservadores

«El objetivo es encajar, es ser una más entre la multitud», dice DeJarnette. «Porque así estás menos expuesta, eres menos vulnerable».

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    Una agente de seguridad aeroportuaria comprueba el carné de un viajero en el Aeropuerto Internacional de Orlando. Los puntos de control de los aeropuertos pueden ser una experiencia estresante para los viajeros trans.

    Fotografía de Paul Hennessy, SOPA Images/LightRocket/Getty Images

    Consejos para turistas trans

    Michele está entusiasmada con la idea de empezar a viajar a lugares de vacaciones queer como Palm Springs, California, o Fire Island, en Nueva York, pero esta vez siendo ella misma. «Estar de nuevo en ese tipo de entorno, pero apoyándome plenamente en toda mi femineidad, es muy emocionante», dice Michele.    

    Antes de la pandemia y de salir del armario, se presentaba como femenina y llevaba ropa de mujer. Como todavía no ha podido empezar el tratamiento de reposición hormonal, la mayor parte de su transición ha sido social. Michele ya ha tenido que enfrentarse a algunos de los retos que conlleva moverse por el mundo como persona trans, como que confundan su género, una experiencia que puede provocar una sensación de disforia. 

    La disforia de género puede adoptar muchas formas —sociales, mentales y físicas, por mencionar algunas— y aunque todas ellas pueden crear una sensación de intenso malestar o angustia, la disforia social era en gran medida evitable mientras el país estuvo confinado. La vuelta al trabajo y a la vida social plantea nuevos retos para las personas que se encuentran en la fase inicial de su transición.

    Elegir barrios que acogen a las personas LGBTQ, como Christopher Street en Greenwich Village, Nueva York, puede quitar algo de riesgo al viaje para las personas de la comunidad LGBTQ.

    Fotografía de Michael Brooks, Alamy Stock Photo

    Cuando se viaja por placer, DeJarnette recomienda investigar los lugares nuevos, ya que hay un montón de países, ciudades y barrios acogedores para el colectivo LGBTQ. De hecho, en 2017 San Francisco nombró el sureste de Tenderloin distrito cultural transgénero.  

    El índice de igualdad estatal de la Campaña de Derechos Humanos ofrece un contexto útil para los turistas en Estados Unidos y la aplicación GeoSure ofrece puntuaciones de seguridad LGBTQ para más de 30 000 barrios en todo el mundo.  

    «Alójate en un lugar que te acoja», dice DeJarnette. «Hay ciudades, lugares y barrios que estarán encantados hacer negocios contigo». 

    Los viajes en avión pueden ser especialmente difíciles. La guía del Centro Nacional para la Igualdad Transgénero de Estados Unidos sobre la seguridad en los aeropuertos incluye consejos sobre cómo hablar con los agentes de la TSA, qué hacer si tu carné de identidad no coincide con tu presentación de género y cómo presentar una queja si hay algún problema, entre otras cosas. DeJarnette también recomienda viajar con un amigo u otra persona de confianza siempre que sea posible para tener un defensor y aliviar parte de la ansiedad que conlleva viajar siendo trans.

    Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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