Fútbol y motos en Rusia, una combinación extrema

Desde la helada Siberia a los pantanos de la Tundra, el clima hostil del país más grande del mundo en superficie ha esculpido el aguerrido carácter de los jugadores de una de las modalidades de fútbol más extremas: el motoball, o fútbol motorizado.

Por Manuel Moncada Lorén
Publicado 29 jun 2018, 12:47 CEST
Motoball
El capitán de la selección rusa de motoball, Vladimir Sosnitsky, sostiene un balón de motoball, que dobla en tamaño al original.
Fotografía de NAtional Geographic

Con un territorio que se extiende a lo largo de once franjas horarias, Rusia es el país más grande del mundo. Este inmenso territorio es el hogar de 140 millones de personas acostumbradas a los rigores del invierno ruso, en el que las temperaturas caen por debajo de los 40 grados bajo cero en algunos puntos del país.

Un clima tan hostil forja el carácter y endurece a sus habitantes, por eso Rusia no es país para espíritus débiles. Precisamente esta es una de las características que reúnen los jugadores de un deporte que levanta pasiones en el país eslavo, el fútbol.

El deporte rey vive este verano en Rusia su gran momento con motivo de la celebración de la Copa Mundial de la FIFA 2018 en el gigante eslavo. Pero además del fútbol clásico, en Rusia existen distintas formas de vivir el deporte más popular del planeta.

Fútbol extremo en Rusia

Los habitantes de Yakutsk, a 450 círculo polar ártico, juegan su propia versión del fútbol sobre las aguas congeladas del río Lena a casi 40 grados bajo cero.
Fotografía de NAtional Geographic
Las mujeres del pueblo lapón que habitan los bosques boreales de Lovozero, en la península de Kola, juegan una modalidad de fútbol en la que usan las faldas de sus trajes tradicionales saami para agarrar el balón.
Fotografía de NAtional Geographic

Adaptado a las peculiaridades culturales y étnicas de algunas de las regiones más recónditas de Rusia, el miembro principal de la antigua URSS acoge algunos de los endemismos futbolísticos más peculiares del planeta.

Fútbol lapón femenino, torneos sobre ríos helados en Yakutsk o incluso partidos en Leningrado durante el asedio alemán en la Segunda Guerra Mundial, son algunas de las peculiares formas de jugar al fútbol en Rusia.

Los rusos son los únicos que han jugado al fútbol en una ciudad bajo asedio

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    Imagen del partido entre el Zenit y el Dinamo de Leningrado que tuvo lugar en mayo de 1942 mientras la ciudad resistía el asedio alemán sobre la antigua Petrogrado.
    Fotografía de NAtional Geographic

    Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial y la posterior invasión de la URSS por parte de Alemania, el fútbol en Rusia no se detuvo: en mayo de 1942, la sitiada ciudad de Leningrado (hoy San Petersburgo) fue el escenario de un choque amistoso -pero esta vez de fútbol clásico- entre el Zenit y el Dinamo, los dos equipos de la ciudad que aguantó casi 900 días de asedio.

    Se trata del único partido de fútbol de la historia que tuvo lugar en una ciudad cercada, lo que demuestra la determinación y el recio carácter del pueblo ruso. Estas cualidades que permitieron vencer al invasor alemán también han servido para encumbrar a los rusos a la cima mundial de una frenética variante del fútbol clásico.

    El auge del motoball en Rusia

    Instante de un partido de motoball en Moscú.
    Fotografía de NAtional Geographic

    Pero si hay una de ellas que destaca por su peligrosidad y rudeza, es el motoball, la excéntrica variante del fútbol tradicional que se juega sobre motocicletas; y en Rusia se han convertido en unos auténticos maestros de esta exclusiva disciplina deportiva.

    Esta poco ortodoxa forma de jugar al fútbol nació en los barrios obreros, ya que en sus orígenes, eran las fábricas y complejos industriales los que patrocinaban a los equipos de motoball, y los trabajadores eran su cantera.

    Moscú y sus alrededores están muy vinculados con la industria, es por eso que la localidad rusa de Vidnoe, a tan sólo tres kilómetros de la capital, se ha convertido en un importante centro industrial, con la apertura de centrales termoeléctricas de carbón y gas natural.

    Esta ciudad de 52.000 habitantes a las afueras de Moscú es el centro neurálgico del motoball en Rusia, deporte que se popularizó en los cinturones industriales de las ciudades de la antigua Unión Soviética.

    Metallurg, un equipo de obreros del metal de la era soviética

    El motoball es un deporte que exige mucho a los "pilotos", es necesaria una gran resistencia física y sentido del equilibrio para no caer al suelo en los fuertes encontronazos que se producen durante los partidos.
    Fotografía de NAtional Geographic

    Hoy, el equipo número uno del mundo de motoball es el Metallurg de Vidnoe, nombrado en honor de la fábrica de acero de la que procedían sus jugadores. El Metallurg es básicamente la cantera del combinado nacional ruso, ya que es el equipo más laureado internacionalmente y del que históricamente proceden las grandes estrellas rusas del fútbol sobre dos ruedas.

    Los hombres del Metallurg han ganado el título nacional todos los años desde el año 2000 y el equipo nacional ha levantado el trofeo continental ocho veces en los últimos diez años.

    Nacido en Francia a principios de la década de 1930, el motoball se extendió rápidamente a través del continente y llegó a la URSS a finales de la década. La fuerte motorización e industrialización de la economía soviética del momento, hizo posible esta simbiosis entre hombre y máquina aplicada al deporte rey.

    Después de la Segunda Guerra Mundial, el motoball soviético prosperó dentro de la vasta red de clubes paramilitares en todo el país. Como resultado, la URSS ganó 14 de las 22 copas europeas celebradas antes de 1985.

    El reglamento del motoball

    El capitán de la selección rusa de motoball, Vladimir Sosnitsky, sostiene un balón de motoball, que dobla en tamaño al original.
    Fotografía de NAtional Geographic

    En este deporte, los jugadores usan motocicletas de motocross de entre 52 y 57 caballos de potencia, pero las monturas no son lo único que diferencia al fútbol del motoball ya que tanto el terreno de juego como el esférico tienen diferencias notables.

    El campo es una superficie plana y rectangular con dimensiones variables (45 - 80 metros de ancho por 90 - 120 de largo), pudiendo ser de césped, tierra o cemento. Las porterías, situadas en cada fondo, tienen unas dimensiones de 7,30 m de ancho por 2,45 m de altura.

    El esférico es totalmente diferente al clásico cuero del balompié, se trata de una pelota que pesa alrededor de un kilogramo y mide 40 cm de diámetro; casi el doble de grande que la original.

    Cada partido consta de cuatro tiempos de 20 minutos. Los jugadores deben conducir el balón con cualquier parte del cuerpo (salvo los brazos) o de la motocicleta con el fin de hacerlo entrar en la puerta contraria.

    Normalmente, cada equipo consta de cuatro jugadores más un portero, que además es el único que no va en moto. Además de los jugadores, el cuerpo técnico está formado por dos mecánicos que se encargan de poner a punto los vehículos.

    Los partidos son dirigidos por dos árbitros situados cada uno en una de las mitades del terreno de juego y son asistidos por dos jueces de línea. Por lo demás, este excéntrico deporte se juega en un campo de fútbol, ​​con la misma normativa.

    Los mecánicos, el componente crucial del cuerpo técnico

    El mecánico de la selección nacional rusa de motoball, Alexander Gralevsky.
    Fotografía de NAtional Geographic

     

    En los descansos de cada encuentro, los mécanicos ponen a punto las motos para afrontar el resto del partido con éxito. El motoball es un deporte en el que las motos sufren mucho debido a los constantes encontronazos, caídas e incluso atropellos que provocan acaloradas discusiones y tanganas sobre el terreno de juego.

    Los mecánicos son los responsables de ajustar cada moto a las particularidades anatómicas de cada jugador, y diseñan los estribos que hacen posible la conducción del balón mientras pilotan, por lo que contar en la plantilla con mecánicos rápidos y habilidosos se vuelve crucial en un deporte como el motoball.

    Dada la peligrosa naturaleza de este deporte, hay que tomar medidas para proteger a los guardametas, los únicos que no van en moto. Estos vehículos pueden alcanzar velocidades de hasta 80 kilómetros por hora, así que para evitar atropellos, los demás jugadores no pueden entrar en el área del portero.

    Rusia, un país de contrastes

    El gigante eslavo es el país que cuenta con más seguidores de esta bizarra versión del deporte rey, seguida de cerca por Francia y los países de la Europa del Este, pero Alemania y los Países Bajos también tienen equipos competitivos. Además las estrellas del Metallurg moscovita, algunos de los clubes más destacados de Europa son los franceses Camaret-sur-Aigues, Troyes y Valréas o el alemán MSC Taifun Mörsch.

    Rusia, una vasta tierra de temperaturas extremas, riquezas naturales, interminables bosques, gente de recio carácter y por supuesto, fútbol extremo.

    Un habilidoso malabarista del balón hace "free style" en las calles de Rusia.
    Fotografía de NAtional Geographic

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