El "perro" al que criaba esta familia china era en realidad un oso tibetano

Ciertos rasgos obvios diferencian a los animales salvajes de los domésticos, pero se producen confusiones con más frecuencia de la que crees.

Por Elaina Zachos
Publicado 24 may 2018, 11:22 CEST
El "perro" al que criaba esta familia china era en realidad un oso tibetano

Hace unos días, circulaba una noticia acerca de una familia de China que pensaba haber adoptado a un mastín tibetano, después de saberse que el «perro» era en realidad un oso tibetano. La familia, que había criado al oso durante dos años alimentándolo con cajas de fruta y cubos de fideos, contó a los medios locales que no sabían por qué el animal seguía creciendo y, supuestamente, se quedaron atónitos al conocer su identidad real.

Al parecer, este tipo de confusiones ocurren con relativa frecuencia. Hay otras historias de personas que han acogido a animales pensando que eran domésticos, dándose cuenta más adelante de que eran criaturas salvajes. A principios de este mes, una mujer entregó un zorro a un zoológico chino tras haberlo criado durante casi un año pensando que era un spitz japonés. En abril, National Geographic informó que un hombre que había acogido a un gato leopardo lo había confundido con un gatito doméstico.

Sin embargo, según los expertos, es difícil confundir animales salvajes con animales domésticos. Lynn Cuny, fundadora y presidenta de Wildlife Rescue & Rehabilitation, en San Antonio, explica que los animales salvajes jóvenes tienen un aspecto y un olor diferentes al de las mascotas. Los animales salvajes están más asustados y muestran más ansiedad en entornos desconocidos con humanos que los domésticos.

«Nunca piensas que estás escuchando a un perro cuando escuchas a un oso», afirma Cuny. «Mi primera reacción a la noticia fue que había sido algo más que un error inocente. Esto jamás debería ocurrir».

Si pillan a una persona en una situación comprometida con animales, decir que lo confundió con un animal doméstico no debería ser una forma de librarse de las consecuencias. Este mismo mes, una mujer de San Antonio recibió una citación penal tras haber admitido que mintió cuando dijo que encontró un par de crías de lince rojo en un callejón. En Texas existe una prohibición sobre la posesión de animales exóticos, como los linces rojos.

Los osos tibetanos están clasificados como especie vulnerable. Existe una gran demanda de estos osos en lugares como Vietnam, donde se venden y compran ilegalmente y se ordeñan por su bilis. El líquido amarillo se vende falsamente como tratamiento para diversas enfermedades y dolencias, desde el cáncer a la resaca.

Cuny añadió que el problema de saquen a los animales de sus hogares en la naturaleza se reduce a cómo tratamos —y en ocasiones maltratamos— a los animales.

«Si esto le hubiera ocurrido a una persona, todo el mundo estaría en pie de guerra», afirma Cuny.

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