Nace en cautividad un oso malayo

Normalmente, los osos malayos rescatados del tráfico de fauna silvestre están demasiado traumatizados para reproducirse, por eso este nacimiento es un motivo de celebración.

Por Annie Roth
Publicado 4 jul 2018, 12:01 CEST
Nace en cautividad un oso malayo

Muchos de los osos malayos que viven en zoos de todo el mundo han sido rescatados de una vida dura en el comercio ilegal de vida silvestre. Por eso el reciente nacimiento de un osezno malayo de dos padres rescatados es una noticia inusual y buena para la especie.

Los furtivos codician estos osos por las partes de sus cuerpos, que se usan para elaborar medicinas tradicionales sin valor científico demostrado. Los osos que no son descuartizados se venden a comerciantes de mascotas exóticos o granjas de bilis, que extraen la bilis de las vesículas biliares de los animales para usarla en medicina tradicional.

Normalmente, cuando estos osos son rescatados, están demasiado traumatizados para dedicarse a comportamientos normales como la reproducción, según explica Mike Jordan, director de colecciones del zoo inglés de Chester. 

El Zoológico de Chester alberga dos osos malayos llamados Milli y Tony a los que rescataron de furtivos en Camboya en 2009. Debido a su historial, no estaba claro si podrían reproducirse. Pero los guardas lo lograron y, la semana pasada, Milli dio a luz a un osezno. Es el primer oso malayo que nace en cautividad en Reino Unido, según el zoo.

Una especie rara

Los osos malayos son la especie de oso más pequeña y menos conocida del mundo, y rápidamente se están convirtiendo en una de las más raras.

Los científicos no están seguros de cuántos osos malayos salvajes quedan, pero la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza considera que la especie es vulnerable a la extinción. La pérdida de hábitat y la caza furtiva por todo el Sureste Asiático ha pasado factura a los osos, cuyas poblaciones han descendido, según se cree, más de un tercio a lo largo de los últimos 30 años.

Los conservacionistas llevan intentando reproducir osos malayos en zoos desde finales de los 60, pero han tenido un éxito limitado.

Jordan dice que el nacimiento de este oso le ha dado esperanza de que los animales, víctimas del tráfico de fauna salvaje, puedan rehabilitarse con éxito. El número de individuos en edad reproductiva se limita a menos de 100, de modo que el nacimiento de un solo osezno se considera una aportación importante. 

El osezno nacido en el zoo de Chester probablemente se quedará con su madre los dos próximos años. Después, le darán la oportunidad de fundar su propia familia, ya sea en el zoo de Chester o en otro zoo.

«Es fundamental que el osezno nos ayude a crear la conciencia tan necesaria acerca del tráfico de fauna salvaje, una de las mayores amenazas al futuro de la fauna salvaje», afirma Jordan.

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