¿Cómo se aparean los animales en el agua?

Velocidad, ángulo y agilidad son factores que contrarrestan las dificultades del apareamiento acuático.

Por Liz Langley
Publicado 9 nov 2017, 4:17 CET

Quizá te resulte gracioso, pero el hecho es que el sexo presenta desafíos especiales para los animales acuáticos. Piensa por ejemplo en lo difícil que es mantenerse sobre una balsa hinchable, y eso que la balsa no intenta alejarse nadando.

Recientemente, la bióloga marina Dara Orbach presentó uno de los primeros trabajos de investigación sobre cómo se conectan los genitales del delfín, lo que ha despertado nuestra curiosidad sobre cómo los grandes animales controlan la física del apareamiento subacuático.

La agilidad de los cetáceos

El primer desafío que supone el apareamiento bajo el agua es alinear los órganos reproductores de los dos individuos. «A diferencia de lo que ocurre en un entorno terrestre, donde hay barreras físicas, el océano no tiene un punto de apoyo», explica Orbach, de la Universidad Dalhousie en Nueva Escocia. Y como los cetáceos —delfines, ballenas y marsopas— «no tienen apéndices para mantener a sus parejas en su lugar, la posición y el ángulo son factores importantes», afirma la bióloga.

El apareamiento vientre contra vientre permitiría a los machos empujar a las hembras hacia arriba, utilizando la superficie del agua como barrera. Si ambos miran en la misma dirección «el macho mueve su pene alrededor del cuerpo de la hembra», explica Patricia Brennan, bióloga evolutiva en la Universidad Mount Holyoke que colabora con Orbach.

«Los machos pueden mover el pene», explica. Necesitan este control tan increíble para navegar por la compleja estructura vaginal de las hembras. Orbach y sus colegas han descubierto que algunas especies de delfín presentan vaginas con numerosos pliegues, característica que podría tener la función de decidir si el esperma del macho llega hasta el óvulo o si se queda en un callejón sin salida.

Se podría decir que la vagina del delfín está llena de maniobras de distracción.

El pene del delfín es fibroelástico, lo que significa que el tejido eréctil está lleno de colágeno y elastina y puede emerger rápidamente. Este diseño podría resistir mejor a la fuerza de arrastre del agua, que probablemente ha influenciado la estructura del pene, según explica Orbach.

El apareamiento en sí solo lleva unos momentos. La selección natural podría favorecer a los machos de delfín «que pueden liberar su esperma rápidamente», debido a la dificultad de mantener estas posiciones y al hecho de que los delfines tienen que salir a la superficie para respirar.

Las ballenas también presentan un apareamiento rápido y un pene con habilidades similares, explica Marah Hardt, autora del libro Sex in the Sea.

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Los «mordiscos del amor»

Los tiburones macho fertilizan a las hembras internamente con uno de sus dos órganos de transferencia de esperma, llamados pterigópodos o clásperos. Aunque primero tienen que agarrar a la hembra.

Y, cómo no, los tiburones emplean sus dientes.

«Los machos muerden las aletas (de las hembras) para asegurarse de que las retienen», afirma Brennan. Las hembras tienen una piel mucho más gruesa que los machos, lo que les permite sobrellevar estos ataques.

Los tiburones también tienen que mantenerse en movimiento todo el tiempo para poder respirar, por ello el apareamiento debe tener lugar en áreas en las que fluya una corriente suficiente por sus branquias para evitar asfixiarse.

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Utiliza las garras

Las tortugas marinas tienen enormes caparazones que añaden una dificultad física adicional al apareamiento.

Para solucionar ese problema, los machos literalmente lo sortean, es decir, dan la vuelta. Estos reptiles de enormes caparazones tienen cloacas, orificios que sirven tanto para la reproducción como para la expulsión de excrementos. El pene del macho emerge de esta cloaca, pasa por debajo del caparazón de la hembra y posteriormente lo mete en la cloaca de ella.

Pero no es una cita privada. «Los machos tienen garras especiales en la parte frontal de sus aletas que utilizan para engancharse a la hembra», explica Hardt, y se agarran a ella mientras otros machos intentan luchar contra él para aparearse con la hembra.

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El peso en el agua

Para los hipopótamos, el sexo en el agua es mucho más fácil. La flotabilidad hace que pesen menos, ya que su peso haría que el apareamiento en tierra fuera más difícil.

Un hipopótamo macho adulto puede llegar a pesar 1.500 kilogramos. Las hembras también dan a luz en el agua, lo que ayuda cuando tu bebé puede pesar hasta 50 kilogramos.

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