Los restos de las presas de los pumas albergan cientos de especies de escarabajo

Según un nuevo estudio, estos grandes felinos desempeñan un papel sorprendente en la configuración de su ecosistema.

Por Jason Bittel
Publicado 12 mar 2019, 11:42 CET
Un cachorro de puma
Un cachorro de puma de cuatro meses llamado Lucky sobre un cadáver de uapití en la región de Yellowstone.
Fotografía de Steve Winter, Nat Geo Image Collection

Cuando un puma mata a un uapití, puede parecer el final de una vida. Pero, en realidad, es un comienzo para cientos de especies.

Aunque estos grandes felinos pueden pesar más de 45 kilos, no son capaces de acabarse toda la carne de un uapití de 315 kilos. Y lo que queda hace las veces de oasis sorprendentemente diverso para un sinnúmero de organismos que dependen de la carne podrida para sobrevivir, según un nuevo estudio.

En 2016, en la zona sur del Gran Ecosistema de Yellowstone, un equipo de científicos empleó trampas para recopilar especímenes de escarabajo de 18 presas de pumas. Una vez determinaron la abundancia de escarabajos y sus especies, el equipo comparó estos ensambles con los recogidos en lugares de control a 20 metros de distancia. Los resultados fueron asombrosos.

En total, el equipo recogió más de 20.000 escarabajos de las presas frente a los 4.000 escarabajos recogidos en zonas sin cadáveres en descomposición. Más de la mitad de estos pertenecían a la especie Necrophila americana, aunque los investigadores contaron un total de 215 especies de escarabajo pertenecientes a ocho familias.

«En realidad, desvela la complejidad de lo que ocurre en estos lugares», afirma Mark Elbroch, coautor del estudio y director de la división de pumas del grupo conservacionista Panthera.

El Necrophila americana pone sus huevos en carne en descomposición.
Fotografía de Darlyne A. Murawski, Nat Geo Image Collection

«Descubrimos un montón especies que ni sabía que existían», afirma Elbroch, que también es explorador de la National Geographic Society.

Un hogar de carne en descomposición

Gran parte de la investigación sobre las presas de los pumas se ha centrado en animales más grandes. Un estudio anterior de Elbroch desveló que 39 especies de aves y mamíferos también visitan los lugares con cadáveres, entre ellas osos negros, ratones ciervo y charas de Steller.

En esta ocasión, los científicos decidieron centrarse en los escarabajos —fáciles de atrapar e identificar— para hacerse una idea de lo que ocurre a menor escala.

Lo interesante es que los científicos descubrieron escarabajos de la familia Curculionidae, considerados principalmente herbívoros. Es posible que estos vegetarianos se alimenten de los contenidos estomacales de los uapitíes o los ciervos.

Los científicos también descubrieron escarabajos que eran cazadores especializados de babosas y caracoles, que suelen encontrarse en gran número bajo los cadáveres. También descubrieron otros insectos: «Si es una estación cálida, puede haber cadáveres sumergidos en varios centímetros de larvas», afirma Elbroch.

Todo esto apunta al hecho de que estos cadáveres no son sencillamente fuentes de alimento, sino ecosistemas enteros para invertebrados.

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    «Estos cadáveres son sus hogares. Son los lugares donde buscan parejas. Son los lugares donde crían a su descendencia y donde se ocultan de los depredadores», afirma Elbroch, cuyo estudio se publicó recientemente en la revista Oecologia.

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    Todo ello apunta algo interesante.

    Si las presas de los pumas crean un hábitat para los escarabajos, entonces es momento de empezar a considerar a los depredadores ingenieros del ecosistema, un término que suele reservarse para animales que modifican físicamente su entorno, como los castores, las termitas o los elefantes.

    Justin Wright, biólogo de la Universidad de Duke que lleva décadas estudiando a los ingenieros del ecosistema, sostiene que las conclusiones del estudio son sólidas, pero ahora mismo le interesa poco ser el responsable de determinar qué es o no es una especie.

    En lugar de eso, afirma que es más importante que desentrañemos las relaciones entre especies que aparentemente no están relacionadas, como ha hecho este estudio.

    Igualmente, Wright se pregunta qué les ocurriría a los escarabajos si los pumas desaparecieran por alguna razón. Al fin y al cabo, al final los uapitíes, los ciervos y otros animales grandes acaban muriendo, ¿no?

    Según Elbroch, la diferencia yace en que, aunque los grandes ungulados pueden morir durante todo el año, la mayoría lo hace en invierno, cuando escasean los insectos. De forma similar, los pumas crean un tipo de cadáver único, porque no consumen al animal entero, como haría un oso, ni desmiembran el cadáver, como hacen los lobos con sus presas.

    Elbroch dice que espera cambiar la forma en que pensamos en los pumas:

    «Podemos decir que son animales terribles porque matan a unos cuantos ciervos, o podemos decir que son animales impresionantes porque sustentan toda esta biodiversidad».

    Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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