Este dispositivo de análisis del ADN puede identificar las aletas de tiburón ilegales

El dispositivo, que se ha empleado para detectar el ébola y en perfiles genéticos tumorales, se ha aplicado para combatir los delitos contra la fauna silvestre.

Por Joshua Rapp Learn
Publicado 16 abr 2019, 17:22 CEST
Aletas de tiburón
Cuando se secciona la aleta del cuerpo del tiburón, las autoridades pueden tener dificultades para determinar si pertenece a una especie protegida. El análisis genético rápido podría cambiar esta situación.
Fotografía de Isaac Lawrence, AFP, Getty

Ocurrió en abril de 2017, en un gran mercado de pescado en el noroeste de Bombay. Las aletas de tiburón destinadas a China estaban apiladas en las mesas, con una buena dosis de sangre a su alrededor. Cada año, se asesinan decenas de millones de tiburones por sus aletas, que se emplean principalmente para preparar sopa de aleta de tiburón. Un cuarto de los tiburones, rayas y quimeras (peces cartilaginosos a los que también se denomina tiburones fantasma) del mundo se consideran especies amenazadas. El comercio internacional de muchas especies está prohibido, pero puede ser casi imposible que las autoridades distingan si las aletas pertenecen a especies protegidas cuando las separan de los cuerpos, incluso para expertas como Shaili Johri, investigadora posdoctoral en biología en la Universidad Estatal de San Diego.

Las muestras pueden enviarse a laboratorios para su análisis genético, pero está a ocho horas en coche y tarda un día entero en procesarse. Pero Johri tenía un truco futurista escondido bajo la manga: un dispositivo manual que puede determinar a qué especie pertenece una parte en una fracción de ese tiempo y empleando solo una pequeña muestra de tejido. La secuenciación genética llevada a cabo por el dispositivo MinION, que probó en el mercado de pescado, es una nueva y prometedora herramienta que ayudará a acabar con el comercio ilegal de aleta de tiburón.

Johri y Elizabeth Dinsdale, profesora de biología en la Universidad Estatal de San Diego, son las coautoras de un estudio publicado hace poco en la revista Scientific Reports en el que detallan el primer uso del nuevo dispositivo en la conservación de la fauna silvestre. La empresa Oxford Nanopore Technologies, en Reino Unido, fabrica este dispositivo del tamaño aproximado de un teléfono móvil, anunciado en 2012 y lanzado en 2015. Se ha empleado en la detección del virus del Ébola en África occidental, en perfiles genéticos tumorales y en la rápida identificación de la fuente de un brote de salmonella, entre otros usos. Está claro que también tiene el potencial de acabar con los delitos contra la fauna silvestre.

Hollie Booth, asesora de tiburones y rayas en la organización neoyorquina sin ánimo de lucro Wildlife Conservation Society, no participó en la investigación de Johri. «La tecnología es genial y tiene mucho potencial», afirma impresionada. «Básicamente tiene la capacidad de aportar una información fiable y específica para cada especie, lo que puede utilizarse en la supervisión comercial general y en los casos en los que se aplica la ley».

El MinION

Solo se necesita una pequeña muestra de tejidos, de la cual se extrae ADN, y un ordenador. No se necesita Internet, siempre y cuando se hayan descargado las bases de datos genéticos. Johri explica que se tardan unas 48 horas en obtener un fragmento considerable de secuencia genómica, pero el dispositivo puede revelar una especie en una media de tres o cuatro horas, y a veces en cuestión de minutos.

Una de las desventajas es que no es barato. El MinION cuesta 885 euros, incluyendo dos cartuchos iniciales. Cada cartucho de secuenciación, que puede tomar 12 muestras a la vez, cuesta unos 442 euros. Sale a unos 37 euros la muestra. El método convencional de análisis de ADN cuesta menos de 4,5 euros la muestra.

El MinION aporta más información que el código de barras tradicional —que identifica especies empleando un fragmento corto y estandarizado del ADN— y puede secuenciar una gran sección de un genoma por menos precio que empresas como Illumina, que actualmente realizan la secuenciación completa en un laboratorio. Además, Oxford Nanopore ha introducido recientemente un cartucho más barato con una capacidad inferior de secuenciación que cuesta unos 93 euros.

Rastrear el contrabando hasta su fuente

Booth sostiene que el MinION tiene un gran potencial, ya sea para controlar el contrabando de animales salvajes en las fronteras o la pesca ilegal en los mercados.

Y las posibilidades de este dispositivo no solo se limitan a los tiburones. Según Johri, estas herramientas podrían utilizarse para identificar y rastrear el marfil de elefante, las escamas de pangolín y otras actividades de contrabando de animales salvajes. El ADN extraído del marfil de elefante interceptado por las autoridades ha contribuido a identificar puntos calientes de caza furtiva, que más adelante pueden ser el blanco de acciones contra la caza furtiva, pero normalmente el análisis de ADN debe hacerse en Estados Unidos.

«El MinION podría ser un punto de inflexión, ya que lo podrían utilizar las autoridades a nivel local», escribe Johri por email. «Esto agilizará la resolución e identificación del marfil pasado de contrabando y permitirá agilizar la aplicación de la ley».

En 2016, los desarrolladores del MinION obtuvieron un premio del Wildlife Crime Tech Challenge, un concurso internacional de innovación que otorga premios a la ciencia y la tecnología que abordan el tráfico de fauna silvestre y que está parcialmente patrociado por National Geographic. En su propuesta para el premio, dijeron que «el rápido análisis genético que podría llevarse a cabo en un mercado, un puesto de aduanas o un área protegida podría permitir la detención de delincuentes y la incautación de las pruebas para utilizarlas en el proceso judicial. Un análisis como este también serviría como potente factor disuasivo y podría reducir la demanda de productos ilegales de fauna silvestre».

Johri afirma que las pruebas aportadas por el MinION aún no se han utilizado en casos legales porque es muy nuevo, pero es solo cuestión de tiempo, ya que la secuenciación aporta un mayor nivel de precisión.

«Debe considerarse una herramienta dentro de las iniciativas para fortalecer las políticas y la capacidad y en la supervisión de muchas de estas especies en general», cuenta Booth.

Nuevas subespecies

Como el MinION puede secuenciar genomas enteros, los investigadores pueden utilizarlo para identificar nuevas especies sobre el terreno. Podría determinar estimaciones demográficas, que pueden extrapolarse comparando secuencias de animales diferentes de la misma especie para investigar la diversidad genética. Incluso podría identificar subespecies regionales genéticamente diferentes, lo que podría otorgarles protección conforme a los convenios internacionales de comercio de fauna silvestre.

Dinsdale afirma que el dispositivo podría llenar un gran vacío en nuestro conocimiento: hasta la fecha, solo se han secuenciado cinco genomas de tiburón. «Solo acabamos de empezar a explorar las maravillas genómicas de los tiburones», afirma.

Lo que hemos aprendido de la secuenciación de los tiburones también puede tener implicaciones en la salud. Johri sostiene que los datos genéticos obtenidos mediante el dispositivo podrían ayudarnos a comprender por qué los tiburones no padecen cáncer, por qué son tan longevos y por qué se curan tan bien.

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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