Una misteriosa enfermedad neurológica afecta a las panteras de Florida, especie en peligro de extinción

Una enfermedad conocida como leucomielopatía felina ha afectado a 48 panteras y linces rojos y se temen las repercusiones que tendrá en el animal estatal de Florida.

Por Douglas Main
fotografías de Carlton Ward JR.
Publicado 12 abr 2021, 13:02 CEST
Un cachorro de pantera de Florida

Un cachorro de pantera de Florida nacido de una madre con leucomielopatía felina (FLM, por sus siglas en inglés), una enfermedad neurológica descubierta recientemente, es examinado en Zoo Tampa por la veterinaria Lauren Smith. Se determinó que este cachorro y su hermano estaban sanos, pero la madre no se recuperó.

Fotografía de Carlton Ward JR.

Las panteras de Florida, que antaño se distribuían por todo Estados Unidos, estuvieron a punto de extinguirse debido a la caza. Para la década de 1970 quedaban menos de 30. Aunque los felinos en peligro de extinción se han recuperado considerablemente en las dos últimas décadas, con una población total de unos 200 ejemplares, su futuro sigue siendo inestable.

Por eso los científicos están preocupados por una enfermedad neurológica descubierta recientemente que causa debilidad en las extremidades y, en casos graves, parálisis parcial en panteras de Florida y linces rojos. Los animales afectados suelen tener problemas para caminar, lo que puede causar hambre y muerte. Es probable que la enfermedad, conocida como leucomielopatía felina (FLM, por sus siglas en inglés), haya afectado a 19 panteras y 18 linces rojos en todo el estado desde la primavera de 2017. Se han confirmado otros 11 casos, en tres panteras y ocho linces.

Un cachorro macho de pantera de Florida tiene dificultades para ponerse de pie tras perder el control de sus patas traseras, un síntoma de FLM.

Fotografía de Carlton Ward JR.

Darrell Land, líder del equipo de panteras de la Comisión de Conservación de Vida Silvestre y Pesca de Florida (FWC, por sus siglas en inglés), dice que se desconoce qué causa la enfermedad. 

«Todavía no hay una prueba irrefutable. Eso resulta un poco perturbador, porque se puede pensar que, si hubiera una respuesta sencilla, ya la tendríamos». 

Los científicos suponen que la causante de la enfermedad es una neurotoxina. Un patógeno como un virus también es posible, aunque se considera menos probable. También podría deberse a una combinación de factores, como una deficiencia nutricional y una neurotoxina. Como la enfermedad afecta a al menos dos especies de felinos, no se trata de una afección genética transmitida de los progenitores a las crías.

Tras realizar una resonancia magnética en el Hospital Veterinario de la Universidad de Florida, la auxiliar Des Muir transporta a un cachorro de pantera de Florida dormido de vuelta a su carrito para llevarlo de vuelta con su hermano. Las resonancias magnéticas se centraron en la médula espinal y el cerebro de las panteras, donde son evidentes los síntomas neurológicos de la FLM.

Fotografía de Carlton Ward JR.

Los investigadores sospechan que la enfermedad, caracterizada por daños en las células nerviosas, se desarrolla en una etapa temprana de la vida de la pantera y, en general, no empeora ni mejora, explica Mark Cunningham, veterinario de fauna salvaje para la Comisión de Conservación de Vida Silvestre y Pesca de Florida. En algunas zonas, la enfermedad está afectando a un porcentaje considerable de cachorros de pantera.

La FWC ha dado prioridad urgente al estudio de la enfermedad, dice Cunningham. Afirma que varias organizaciones, instituciones de investigación y particulares, como fotógrafos con cámaras trampa, están colaborando para determinar la causa.

Las panteras ya afrontan varias amenazas, como las colisiones con vehículos, las luchas mortales por el territorio limitado y la urbanización. Si la nueva enfermedad «persiste a este nivel, es muy posible que veamos repercusiones en la población», afirma Cunningham. 

«Se trata de un fenómeno sin precedentes en animales salvajes, al menos en félidos», añade.  

Un descubrimiento alarmante

A principios de 2018, los fotógrafos Ralph Arwood y Brian Hampton grabaron vídeos de una pantera que acababa de dar a luz a tres cachorros en la zona de Corkscrew Swamp, un bosque de cipreses de edad madura al norte de Naples. Pero a mediados de mayo resultó evidente que algo iba mal. Dos de los cachorros, ambos machos, tenían problemas para caminar debido a una debilidad obvia en las patas traseras. Arwood alertó a la FWC.

Un par de meses después, el fotógrafo y explorador  de National Geographic Carlton Ward, Jr. se topó con la madre mientras conducía hacia una cámara trampa que había colocado en los alrededores. Fue un momento de alegría, hasta que vio a uno de los cachorros arrastrándose por el suelo mientras la madre lo esperaba. «Presenciar aquello fue aplastante», dice. «Una de las cosas más tristes e indefensas que he visto en mi vida».

Esta pantera de Florida hembra llevaba un collar de rastreo en el sudoeste de Florida. Más adelante, la observaron en las cámaras de los senderos con dos cachorros que mostraban síntomas graves de FLM. Temiendo por la supervivencia de los felinos, fueron capturados y retirados del medio natural. Los cachorros sobrevivieron y ahora viven en un hábitat permanente en White Oak Conservation. Su madre, que sufre daños irreparables asociados a la FLM, fue sacrificada y su cerebro y médula espinal fueron estudiados para determinar la causa de la enfermedad.

Fotografía de Carlton Ward JR.

No volvieron a ver a uno de los cachorros y se cree que ha muerto, mientras que al otro le colocaron un collar de rastreo por GPS, que se cayó tras unos meses y ahora se desconoce su paradero, cuenta Cunningham. Desde entonces, han aparecido varios casos más probables de FLM en panteras y linces rojos de la zona de Corkscrew Swamp.

Cunningham añade que un análisis retrospectivo de cámaras trampa reveló un supuesto caso de FLM en la reserva de Babcock Ranch en abril de 2017, que podría ser la primera manifestación documentada. Los casos probables consisten en avistamientos por cámaras trampa de animales que tienen dificultades para caminar que no pueden explicarse con otra causa conocida; es difícil dar un diagnóstico oficial, ya que hay que examinar la médula de animales fallecidos recientemente.

De los tres casos diagnosticados oficialmente en panteras, uno es una hembra que dio a luz a dos cachorros cerca de Immokalee en el verano de 2019. En un vídeo, observaron que tenía debilidad en las patas traseras y, al final, los tres felinos fueron capturados y acogidos por las autoridades estatales, ya que parecía improbable que sobrevivieran. Los investigadores de Zoo Tampa examinaron a los cachorros y la madre fue trasladada a la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Florida.

Realizaron varias pruebas a la hembra, entre ellas una resonancia magnética, un estudio neurológico y análisis de sangre, pero no revelaron nada que pudiera explicar la afección. Llegada a este punto, apenas era capaz de caminar y un grupo de veterinarios tomó la difícil decisión de sacrificarla. «Era una situación triste», cuenta Jim Wellehan, veterinario de la Universidad de Florida que presenció su estado. «Quieres hacer todo lo posible para ayudar».

Por suerte, los cachorros sobrevivieron y ahora son adultos sanos y viven en un amplio recinto en White Oak Conservation, en el nordeste de Florida.

Axones perdidos

Las necropsias de los felinos que sufrían FLM revelan que padecían daños graves en la médula espinal: está plagada de agujeros donde deberían estar los axones, o fibras nerviosas, explica Nicole Nemeth, patóloga veterinaria del Southeastern Cooperative Wildlife Disease Study, un grupo de investigación colaborativo. Nemeth forma parte de un círculo creciente de investigadores que están ayudando a analizar las muestras de animales afectados.

Es probable que una sustancia tóxica esté matando los axones, señala Ian Duncan, neurólogo de la Universidad de Wisconsin que ha colaborado con la FWC. Duncan es experto en trastornos que afectan a la vaina de mielina, la capa grasa que protege las fibras del sistema nervioso central de un mamífero. En un principio, parecía que la FLM podría consistir en el deterioro de la vaina de mielina, pero el análisis de las médulas de las panteras muertas lo desmintió.

Hasta ahora, los investigadores han examinado varias panteras muertas en busca de varias sustancias tóxicas, como raticidas, plaguicidas, herbicidas y metales pesados, pero no han hallado nada definitivo.

Duncan y otros sospechan que un virus es el culpable menos probable, ya que no hay evidencias trascendentes de inflamación, que sería de esperar en una infección, dice. Otras posibles culpables son las neurotoxinas producidas por algas naturales o algún tipo de microbio en su hábitat, que los investigadores están empezando a estudiar.

En general, los felinos —como los gatos domésticos, los guepardos y los leopardos— parecen ser ligeramente más susceptibles a las enfermedades neurológicas que otros mamíferos, indica Nemeth. 

Una amenaza más

«La FLM es una especie de circunstancia imprevisible a estas alturas. No queremos hacer saltar las alarmas demasiado, pero podría repercutir en nuestros avances hacia la recuperación», cuenta Dave Onorato, biólogo principal de panteras en la FWC.

La posibilidad de que la enfermedad interrumpa el precario progreso de las panteras resalta la necesidad de trasladar a los animales a un nuevo territorio para aislarlos de amenazas nuevas y crecientes, dice Onorato.

La veterinaria Lara Cusack y el biólogo Mark Lotz extraen muestras de sangre a un cachorro de pantera de Florida que mostraba síntomas de FLM en el vídeo grabado por una cámara en un sendero de Corkscrew Swamp. El cachorro recibió un examen veterinario completo y fue liberado en el medio natural.

Fotografía de Carlton Ward JR.

En particular, las panteras tienen que expandir su área de distribución hacia el norte, algo que solo es posible si se preservan los pasillos ecológicos. En 2016, por primera vez en 43 años, los investigadores avistaron una hembra al norte del río Caloosahatchee, un curso de agua importante cerca de Fort Myers, lo que supuso un hito para los animales.

Aunque muchos investigadores se sienten optimistas respecto a la situación de la pantera, otros están muy preocupados. «El futuro de la pantera es muy incierto», dice Deborah Jansen, bióloga de panteras del Servicio de Parques Nacionales de Estados Unidos. «La pantera afronta obstáculos gigantescos, sobre todo este trastorno neurológico».

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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