Descubren que las aves también tienen canas durante su vejez

El envejecimiento de los mamíferos es un proceso bien conocido para los humanos. Pero, ¿quién reconoce una cigüeña anciana?

Por Cristina Crespo Garay
Publicado 8 mar 2022, 16:44 CET
Un nuevo estudio del CSIC ha logrado documentar de manera minuciosa los cambios que provoca la ...

Un nuevo estudio del CSIC ha logrado documentar de manera minuciosa los cambios que provoca la edad en la coloración de las plumas de una población de chotacabras cuellirrojo.

Fotografía de Csic

El paso del tiempo es uno de los mayores misterios de la humanidad. Y con él, el envejecimiento que va arrugando nuestros rostros y tiñendo de blanco nuestro cabello. La canicie, como se denomina a la aparición de canas, es una consecuencia directa del envejecimiento, un proceso biológico en el que influyen factores como genes, proteínas y enzimas. Con el paso del tiempo, los efectos del envejecimiento deterioran el funcionamiento del organismo y alteran nuestra apariencia.

El encanecimiento del pelo con la edad es una de las manifestaciones más comunes del envejecimiento en humanos y en mamíferos en general. Sin embargo, los efectos de la edad en otros animales son mucho menos evidentes a los ojos del ser humano. Ahora, un estudio liderado por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) muestra que el proceso de encanecimiento puede afectar también a las plumas de las aves.

El cabello blanco carece de melanina, el pigmento que le da color al pelo, a la piel o al iris del ojo. Cuanta más melanina, más oscuro es el cabello. Además del envejecimiento, también factores genéticos, el estrés, enfermedades o una mala alimentación pueden desencadenar su aparición en humanos, y algunos estudios afirman que, en los hombres, se asocia con mayor riesgo de enfermedad cardíaca.

Leucismo en aves ancianas

“Es interesantísimo estudiar fenómenos relacionados con el envejecimiento en aves puesto que ellas se comportan de forma diferente a los mamíferos. Nuestros perros y gatos envejecen a ojos vista, pero ¿alguien ha podido reconocer a una cigüeña anciana en el campo?”, afirma Juan José Negro, coautor del estudio.

El estudio, publicado este martes en la revista Scientific Reports y llevado a cabo en el Espacio Natural de Doñana, ha logrado documentar de manera minuciosa los cambios en la coloración de las plumas de una población de chotacabras cuellirrojo (Caprimulgus ruficollis), un ave nocturna cuyo plumaje está teñido por pigmentos de color pardo-rojizo y que depende del camuflaje para sobrevivir.

“El objetivo inicial del estudio era esclarecer las causas de la aparición de plumas completamente blancas por ausencia de melaninas”, afirma Carlos Camacho, autor principal del trabajo. Este fenómeno, por el que aparecen zonas sin pigmentación en la piel, el pelaje o el plumaje de los animales, se conoce técnicamente como leucismo y puede estar causado por factores genéticos, traumas físicos o estrés ambiental.

El leucismo en las aves es una mutación genética que reduce de forma total o parcial el color en el plumaje, por una fijación inadecuada de los pigmentos en sus plumas, mientras el resto del cuerpo permanece igual.

Algunas aves muestran plumajes como descoloridos respecto al original, mientras otras muestran manchas blancas, manchas pálidas o bien un plumaje completamente blanco. Sin embargo, el leucismo no es lo mismo que el albinismo y puede darse tanto en aves en situación de cautiverio como en su hábitat natural.

Camuflaje y canicie

Los investigadores han examinado más de 1000 chotacabras, en los que las primeras plumas blancas salen a la luz siempre después de la fase juvenil y son mucho más frecuentes a partir de los cinco años, una edad equivalente a los 35 en humanos.

Como en el caso de las canas, las mismas plumas blancas aparecieron año tras año en aquellos individuos examinados repetidamente a lo largo de su vida. Sin embargo, no todas las aves de mediana edad presentaban canas.
 

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Los investigadores relacionaron esta pequeña diferencia con la aparente ausencia de efecto de las canas sobre el camuflaje y la supervivencia de los chotacabras. “Esto explica que el número de machos ‘canosos’ sea similar al de hembras pese a ser éstas mucho más susceptibles a la depredación debido a la necesidad de incubar”, explica Camacho.

Prevalencia en las aves de ciudad

La aparición de leucismos es relativamente frecuente en aves de ciudad, mientras que en zonas no urbanas su frecuencia rara vez supera el uno por ciento. Esta cifra asciende al tres por ciento en los chotacabras de Doñana, lo que supone una de las tasas más altas del mundo para aves silvestres fuera de espacios urbanos.

“Desconocemos las causas exactas de esta elevada prevalencia, aunque quizás podría relacionarse con la exposición a pesticidas en las inmediaciones de las zonas agrícolas adonde acuden los chotacabras para alimentarse”, explica Juan José Negro.

Las aves son fértiles y se reproducen hasta el final de sus vidas sin mostrar signos evidentes de senescencia aunque, tal como demuestra este estudio, sus plumajes podrían proporcionar algunas pistas. El leucismo se presenta como una ventana al estudio de los procesos de envejecimiento de las aves y podría arrojar luz sobre las causas de variación de la longevidad en las aves y nosotros mismos.

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El motivo de que la mayoría de las aves no presenten estas canas podría deberse a lo que descubrió un equipo de científicos de la Universidad de Sheffield (Reino Unido) en 2015. Para dar color a su plumaje, muchas aves emplean nanoestructuras en lugar de recurrir a pigmentos como la melanina que oscurece la cabellera y la piel humanas. 

Para descubrirlo, los investigadores llevaron plumas de arrendajo (Cyanocitta cristata), de martín pescador (Alcedo atthis) y de otras aves del Museo de Ciencias Naturales de Londres para analizarlas en la Instalación Europea de Radiación Sincrotrón de Grenoble, en Francia. "La vitalidad y la variedad de colores estructurales que se encuentran en la naturaleza se conocen desde hace mucho tiempo; lo que se ha descubierto recientemente es la sofisticación de la física que subyace a estos efectos", afirman los autores. 

Reptiles, anfibios o mamíferos

Esta estrategia de coloración ofrece además otras ventajas para las aves, ya que las nanoestructuras permiten que el color se conserve intacto toda la vida y, a su vez, en una misma pluma un ave puede mostrar todas las tonalidades. La misma estrategia de color, según los autores, existe también en reptiles y anfibios.

El Centro Médico del Suroeste de la Universidad de Texas (Estados Unidos) descubrió en 2017 la célula que provoca la calvicie y que el pelo se vuelva blanco en ratones, un hallazgo que se descubrió por accidente mientras el equipo estudiaba una enfermedad genética que hace que los tumores crezcan en los nervios. 

En los mamíferos, las canas son también comunes entre los primates, pero el propósito de que el pelo se vuelva gris no es el mismo, sino que en algunas especies, el color indica jerarquía. Por ejemplo, los mandriles macho que tienen el trasero y la cara más llamativos son los dominantes, mientras que el color de la melena de los leones indica un mayor nivel de testosterona.

Al gorila de montaña, por ejemplo, sus canas le otorgan una posición en lo más alto de su manada. Los gorilas macho más avanzados en edad, llamados de espalda plateada, toman las decisiones de su grupo. Además de los gorilas, otras especies desarrollan pelo gris a medida que envejecen, como los chimpancés o los perros. Ahora, los pájaros, o al menos algunas aves, se suman a esta lista que marca el paso del tiempo con el color de su exterior.

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