Así es el polémico plan de reintroducción de guepardos en la India

Los guepardos africanos importados serán los primeros en vagar por la India en décadas, pero los críticos del proyecto dicen que los grandes felinos tienen pocas posibilidades de sobrevivir sin una intervención humana continua.

Por Rachel Nuwer
Publicado 14 sept 2022, 10:16 CEST
Un guepardo sentado dentro de una caja de transporte mientras es trasladado en avión desde la ...

Un guepardo sentado dentro de una caja de transporte mientras es trasladado en avión desde la Reserva de Caza Tswalu Kalahari de Sudáfrica hasta el aeropuerto Grand Central en Midrand, Sudáfrica, en junio de 2022. El animal forma parte del primer grupo de guepardos que serán liberados en la India.

Ya de estudiante, Yadvendradev Jhala soñaba con el día en que los guepardos volvieran a recorrer la India. Los grandes felinos compartían antes el paisaje con tigres, leopardos, leones y lobos, pero desaparecieron hace 70 años al aumentar el desarrollo humano y la caza.

"Es el único animal grande que hemos perdido en la India independiente", dice Jhala, decano del Instituto de Vida Silvestre de la India. "Siempre me ha interesado reintroducir los guepardos en la India".

Si todo va según lo previsto, Jhala podría ver pronto esa visión hecha realidad. Está previsto que ocho guepardos lleguen a la India desde Namibia a finales de este mes, para celebrar el cumpleaños del Primer Ministro Narendra Modi el 17 de septiembre, y otros 12 llegarán desde Sudáfrica alrededor del 10 de octubre. Tras pasar un mes de cuarentena, serán liberados en el Parque Nacional de Kuno, una zona protegida de 748 kilómetros cuadrados a unos 321 kilómetros al sur de Delhi.

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Un guepardo y su cachorro deambulan por la Reserva de Caza de Phinda, en KwaZulu-Natal (Sudáfrica). Este tipo de reservas privadas abastecerán a gran parte de la población de guepardos de la India recientemente establecida.

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Un guepardo es liberado en un boma (o recinto) dentro de la Reserva de Caza de Phinda en junio de 2022.

Los defensores del proyecto afirman que la presencia de los guepardos reforzará tanto los esfuerzos de conservación como la economía local. 

"El guepardo es un animal magnífico, es un gran imán para el ecoturismo", dice Jhala. "Si se trae al guepardo, el Gobierno destinará fondos a para rehabilitar y volver a hacer salvajes estos sistemas, y toda la biodiversidad prosperará".

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    El proyecto también puede ser una gran ayuda para la especie en general: en la actualidad sólo quedan unos 7100 guepardos en libertad, y Jhala y otros afirman que la reincorporación de la India como área de distribución ayudará a aumentar el número de ejemplares del gran felino. Los guepardos asiáticos, la subespecie que antes se encontraba en la India, ahora sólo sobreviven en una pequeña población en Irán.

    Sin embargo, algunos expertos sostienen que el plan de reintroducción es prematuro. Los guepardos liberados en el parque se alejarán rápidamente de sus límites, advierten, y es probable que los grandes felinos mueran a manos de personas o perros o sucumban al hambre.

    "No estoy en contra del proyecto, estoy en contra de esta visión empeñada en simplemente traer guepardos y arrojarlos en medio de la India, donde hay 360 personas por kilómetro cuadrado", dice Ullas Karanth, director emérito del Centro de Estudios de la Vida Silvestre sin ánimo de lucro y especialista en grandes carnívoros. "Es poner el carro delante de los bueyes".

    "Ahora no hay ninguna posibilidad de que haya poblaciones de guepardos en libertad", añade Arjun Gopalaswamy, un científico conservacionista independiente que ha realizado investigaciones sobre grandes felinos en África e India. Los guepardos de la India "perecieron por una razón", dice, y esa razón (la presión humana) no ha hecho más que empeorar en los 70 años transcurridos desde la desaparición de la especie. "Así que la primera pregunta es: ¿por qué se hace este intento?".

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      Unas personas capturan guepardos en una ilustración del siglo XVI procedente de Pakistán e India.

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      Muchas especies de la fauna india, entre ellas guepardos, adornan una ilustración que data de entre 1590 y 1620, durante la dinastía Mughai.

      La subespecie de guepardo asiático es más pequeña y delgada que la especie africana, como se ve en esta acuarela de principios del siglo XIX.

      Sin embargo, Jhala replica que este tipo de perspectiva se centra demasiado en los detalles "más básicos" en lugar de en el bien mayor que los guepardos pueden aportar a la India, como el impulso a la inversión y la protección de los ecosistemas que sustentan a los grandes felinos, y el desarrollo de las economías locales.

      "Es un proyecto de restauración y reasilvestración del planeta", dice. "No veo nada que pueda ser una contradicción con un objetivo tan noble".

      Un sueño de décadas

      Como muchos depredadores, los guepardos ocupan hoy sólo una fracción de su área de distribución histórica. Hace poco más de un siglo, merodeaban por las praderas y los bosques abiertos de gran parte de África, Arabia e India. Los guepardos son más dóciles que la mayoría de las especies de grandes felinos, y en la India, la realeza los utilizaba para cazar, el equivalente felino de los halcones o los perros.

      A mediados del siglo XIX, el número de guepardos en la India había disminuido considerablemente, hasta el punto de tener que importarlos de África para su caza. Algunos habían sido capturados o abatidos por deporte, pero parece que la creciente población humana fue la responsable del declive de la especie. La gente tomaba represalias contra los grandes felinos por matar cabras y ovejas, y los perros atacaban a los cachorros y adultos de guepardo. En 1947, el Maharajá de Korawi mató a tres guepardos, probablemente el último avistamiento definitivo de la especie en la India.

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        La guardiana del Parque Nacional de Kuno, Deepti Arora, camina cerca de la puerta del recinto de los guepardos.

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        Un grupo de trabajadores sale de un recinto electrificado construido para guepardos en el Parque Nacional de Kuno. Este recinto tiene 10 compartimentos que varían en tamaño, y el más grande mide alrededor de un kilómetro cuadrado.

        Una vista aérea muestra la valla eléctrica y las puertas de un recinto donde los guepardos africanos estarán en cuarentena durante un mes antes de ser liberados en el Parque Nacional de Kuno, en el estado indio de Madhya Pradesh.

        En 1952, los políticos y científicos indios pedían un "experimento audaz para preservar el guepardo", según las actas de la primera reunión de la junta de fauna salvaje del país. Las autoridades indias estuvieron a punto de reintroducir los guepardos en la década de 1970 negociando el intercambio de algunos leones indios por guepardos iraníes, pero el acuerdo se vino abajo en el periodo previo a la revolución iraní.

        En 2009, la idea se reavivó, y finalmente recibió luz verde, cuando la India organizó una reunión a puerta cerrada de funcionarios y científicos para debatir el regreso de los guepardos. Sus defensores afirmaron que la reintroducción de la especie restauraría un nicho ecológico ahora vacío. Mientras que los leopardos, los tigres y los leones tienden emboscadas a sus presas (atacando al animal más cercano a ellos, independientemente de su estado físico), los guepardos se especializan en abatir a los animales más débiles. Este tipo de depredación, que mantiene sanas a las poblaciones de presas al eliminar a los individuos más enfermos, ha desaparecido en gran medida en la India desde que los guepardos desaparecieron, afirman sus defensores.

        Sin embargo, incluso en 2009, no todo el mundo estaba a favor de seguir adelante. "Algunos señalamos que no es ecológicamente viable", recuerda Karanth, que no fue invitado a la reunión, dice, porque criticó el plan. 

        "Pero hay algunos conservacionistas que han presionado mucho, y convencieron al anterior ministro de Medio Ambiente de que se haría muy famoso si recuperaba el guepardo". 

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          Un guepardo aparece en una valla publicitaria cerca del Parque Nacional de Kuno en agosto de 2022. Las comunidades que rodean el parque esperan ver una afluencia de ingresos por turismo de personas que quieren ver guepardos.

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          Un guepardo de la Reserva de Caza Tswalu Kalahari de Sudáfrica sale de una caja de transporte hacia la Reserva de Caza Phinda, donde vivirá temporalmente antes de ser enviado a la India.

          Unos motociclistas recorren la valla del recinto de guepardos del Parque Nacional de Kuno. Esta zona protegida de 748 kilómetros cuadrados, situada a unos 321 kilómetros al sur de Delhi, no está vallada, por lo que es probable que los guepardos introducidos vaguen fuera de los límites del parque.

          "Es muy difícil entender la motivación de este proyecto desde un punto de vista científico", añade Gopalaswamy. "Pero desde el punto de vista de la búsqueda de atención, le veo mucho sentido".

          Jhala replica que el proyecto está impulsado por algo más que las relaciones públicas, pero "sean cuales sean los motivos, no importa mientras la conservación se produzca sobre el terreno".

          Encargados de identificar lugares para una posible reintroducción, Jhala y sus colegas se centraron en Kuno, y en 2012, las negociaciones estaban en marcha con Namibia para importar un primer lote de guepardos. Pero entonces intervino el Tribunal Supremo de la India, que dictó una sentencia en la que afirmaba que debía darse prioridad a Kuno para reintroducir leones asiáticos en lugar de guepardos, y que los guepardos que se trajeran a la India debían proceder de Irán, no de África.

          La sentencia resultó imposible de llevar a cabo. En la India sólo quedan unos 600 leones asiáticos, todos los cuales viven en un solo estado, Gujarat. Los expertos coinciden en que tener todos los leones en un solo lugar deja a la especie en peligro de extinción y que sería prudente ampliar su área de distribución a otras partes del país. 

          Pero "al típico estilo indio", dice Karanth, los políticos de Gujarat no estaban dispuestos a renunciar a su monopolio sobre la especie y compartir los leones con otro estado. El Departamento Forestal de Gujarat no respondió a una solicitud de comentarios.  

          Los leones estaban descartados para Kuno, y la reintroducción de guepardos iraníes en el parque también era un callejón sin salida. Es probable que la treintena de guepardos asiáticos salvajes que hay en Irán se extinga pronto, entre otras cosas porque los seis principales científicos iraníes especializados en guepardos fueron encarcelados en 2016 acusados de espionaje.

          Para el plan de reintroducción, pues, serían guepardos africanos o nada. En 2020, la Autoridad Nacional de Conservación del Tigre, el grupo gubernamental encargado de la gestión de los tigres de la India, solicitó al Tribunal Supremo permiso para seguir adelante con el plan, estimado en 28 millones de euros, de traer guepardos africanos a la India. El tribunal accedió. Tras décadas de esfuerzos, parecía que la India volvería a ver guepardos.

          Cuando Jhala se puso en contacto con Vincent van der Merwe, un conservacionista sudafricano de guepardos, sobre la posibilidad de abastecerse de guepardos de Sudáfrica, van der Merwe aceptó con entusiasmo colaborar. 

          "Era un proyecto prestigioso", dice. "Los guepardos solían estar en la India, y deberían volver a estarlo".

          Los guepardos (en la foto, un animal en la Reserva de Caza de Phinda, en Sudáfrica) se vieron por última vez en la India en la década de 1940.

          Por aquel entonces, van der Merwe trabajaba para Endangered Wildlife Trust, una organización sudafricana sin ánimo de lucro, donde dirigía el Proyecto de Metapoblación de Guepardos. El proyecto surgió como una forma de mantener a los guepardos en un paisaje dominado por el hombre que, de otro modo, no permitiría su supervivencia. En las grandes zonas protegidas sin vallar, como el Serengeti de Tanzania y la Reserva Nacional Masai Mara de Kenia, los guepardos mantienen áreas de distribución de hasta 1000 kilómetros cuadrados y se dan en densidades bajas de sólo uno o dos animales por cada 103 kilómetros cuadrados. 

          En la mayoría de los lugares de Sudáfrica, sin embargo, el desarrollo se interpone en el camino de la dispersión natural de la especie, y las reservas fuertemente gestionadas y valladas, pagadas por el turismo (lo que van der Merwe llama "el enfoque de fortaleza" para la conservación) ha sido el "secreto del éxito", dice. "Si no está vallada, no se reproducen y se van".

          El trabajo de Van der Merwe consiste en trasladar a los guepardos de un lugar a otro para sustituir a los individuos que mueren y garantizar un flujo genético saludable. "Soy como una torre de control", dice. De 2011 a 2022, ayudó a que el Proyecto de Metapoblación de Guepardos pasara de 217 guepardos en 40 reservas a 504 guepardos en 69 reservas.

          Una vista desde la cima de una colina en la Reserva de Caza Hluhluwe-iMfolozi, que es el hogar de los guepardos.

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            Funcionarios de fauna silvestre sedan a un guepardo destinado a la India en la Reserva de Caza del Kalahari de Tswalu, en el Cabo Norte, Sudáfrica.

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            Veterinarios sudafricanos examinan un guepardo sedado, que posteriormente será liberado en la Reserva de Caza de Phinda.

            Para van der Merwe, que también es explorador de National Geographic, la ampliación del proyecto a la India era una oportunidad de aprovechar esos éxitos. También era una solución al interminable desafío de qué hacer con el exceso de guepardos nacidos en reservas con capacidad de carga limitada, o con los que deambulan por las granjas y deben ser reubicados. "La gente me llama todo el tiempo: 'Hay demasiados guepardos aquí", dice. "Me presionan constantemente para que traslade a los animales". 

            Sin embargo, como van der Merwe aprendió rápidamente, incluso en África, "la comunidad conservacionista está muy dividida por esta reintroducción."

            Van der Merwe había esperado originalmente abastecerse de algunos guepardos para el proyecto de la India en el Parque Nacional de Liwonde, en Malaui, donde él y sus colegas reintrodujeron la especie en 2017. "Malaui es bastante exuberante, con un parecido a la India", dice.

            Un guepardo observa desde la distancia tras ser liberado en un boma en la Reserva de Caza de Phinda, en Sudáfrica.

            Pero pronto se encontró con la oposición de otros conservacionistas y, en julio, decidió dimitir del Endangered Wildlife Trust. 

            Van der Merwe fundó entonces su propia organización sin ánimo de lucro, la Metapopulation Initiative, para continuar tanto su trabajo con los guepardos como la colaboración con Jhala y sus colegas. "Quería tener la libertad de dirigir mi propio proyecto y ampliarlo como fuera necesario", dice. 

            "Merece la pena el riesgo"

            Van der Merwe fue muy exigente con los 12 guepardos sudafricanos que seleccionó como población fundadora para la India, eligiendo animales que habían nacido en la naturaleza, crecido junto a otros depredadores y estaban acostumbrados a que los humanos los vigilaran a pie o en vehículo. Esos guepardos, junto con, muy probablemente, ocho de Namibia (el número aún está por confirmarse), tenían previsto inicialmente hacer el viaje a la India en agosto. Pero la fecha se ha pospuesto varias veces.

            Ahora, el traslado está previsto provisionalmente para mediados de septiembre en el caso de los guepardos de Namibia y para octubre en el de los sudafricanos (el Gobierno sudafricano aún debe aprobar el proyecto). Si todo va según lo previsto, los 20 guepardos permanecerán en una zona vallada en Kuno durante aproximadamente un mes antes de ser liberados en el parque. "Cuando abramos las puertas, cada guepardo estará solo", dice van der Merwe.

            Sin embargo, una vez liberados, es casi seguro que los grandes felinos saldrán del parque sin vallar, "y entonces tendrán un problema tremendo", dice Karanth. "Los guepardos serán destrozados y asesinados muy rápidamente porque no hay nada fuera de Kuno: son pueblos, perros y granjas".

            S.P. Yadav, director general adicional de la Autoridad del Tigre de la India, señala que todos los guepardos irán equipados con collares de seguimiento y serán vigilados las 24 horas del día. "Así que si se alejan, los traeremos de vuelta", dice.

            Las comunidades que rodean el parque están de acuerdo con el plan de reintroducción, añade, porque se espera que los guepardos traigan una afluencia de dólares de los turistas. "Esperan un cambio en la economía", dice Yadav.

            Sin embargo, van der Merwe no discute la predicción de Karanth. "Perderemos una cantidad tremenda de animales, lo sabemos", afirma.

            Dada esta probabilidad, prosigue, la atención en la India debería centrarse en el plan a largo plazo para suministrar regularmente guepardos desde África hasta que la especie se afiance, un objetivo que requerirá un mínimo de 500 a mil individuos. Si se establece con éxito una población de guepardos en la India, dada la densidad de seres humanos que hay allí, los guepardos del país tendrán que estar muy gestionados, con animales intercambiados entre reservas e incluso continentes.

            Sin embargo, Gopalaswamy critica que este enfoque es insostenible. "Este tipo de acuerdo provisional implica un proceso muy caro y complejo de translocar continuamente animales individuales, tratando esencialmente de imitar a la naturaleza", dice. "En mi opinión, se aleja bastante de lo que es la conservación del guepardo".

            Pero para van der Merwe, es simplemente la realidad de la conservación de la fauna salvaje hoy en día. En la mayoría de los lugares, señala, "hace tiempo que desaparecieron los espacios amplios para que la fauna salvaje vagara libremente", y la gestión intensiva es la única solución para mantener a los grandes depredadores allí. "Creo que estas primeras reintroducciones en la India pueden abrir las puertas a los esfuerzos de conservación del guepardo, para crear un espacio considerablemente más seguro para la especie", afirma. "Por supuesto, existe un riesgo muy real de fracaso, pero creo que merece la pena el riesgo".

            En cuanto a Jhala, no ha oído ninguna oposición al proyecto por parte de los políticos indios o del público, sólo de sus compañeros conservacionistas. "Los peores enemigos de la conservación son los conservacionistas", dice. "Una vez que se haga y la gente vea su éxito, creo que todos entrarán en razón".

            Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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