Los guepardos han vuelto a India pero, ¿por qué se siguen muriendo?

Algunos científicos dicen que reintroducir guepardos africanos en la India es un "desastre absoluto". Sus defensores afirman que las recientes pérdidas eran de esperar y que el proyecto aún podría ser un éxito.

Por Rachel Nuwer
Publicado 21 jul 2023, 11:52 CEST
Un guepardo aparece en una valla publicitaria cerca del Parque Nacional de Kuno, en la India

Un guepardo aparece en una valla publicitaria cerca del Parque Nacional de Kuno, en la India, en agosto de 2022. Las comunidades que rodean el parque esperan una afluencia de turistas que quieran ver guepardos, extinguidos hace 70 años, pero reintroducidos en el parque en 2022.

Fotografía de Ronny Sen

Los guepardos han vuelto a la India tras 70 años de extinción, gracias a un plan de reintroducción dirigido por el Gobierno y denominado Proyecto Guepardo. Sin embargo, los expertos en grandes felinos siguen divididos sobre esta iniciativa, que ha tenido resultados desiguales desde la llegada de los primeros guepardos el pasado septiembre.

De los 20 animales originales traídos de Namibia y Sudáfrica al Parque Nacional de Kuno, en el estado de Madhya Pradesh, cinco han muerto, dos de ellos la semana pasada. Una hembra llamada Siyaya que dio a luz en marzo también perdió a la mayoría de sus cachorros por desnutrición, deshidratación e insolación dos meses después.

Además, Yadvendradev Jhala, el científico principal del Proyecto Guepardo de 2011 a 2023, dice que se vio obligado a retirarse a principios de este año, sin que se le diera ninguna razón. "Era mi proyecto, yo lo diseñé, así que me siento excluido", afirma.

Los críticos afirman que estos acontecimientos no auguran nada bueno para el futuro del Proyecto Guepardo ni para los 15 animales africanos restantes que viven en el parque nacional. En la actualidad sólo quedan unos 7100 guepardos en libertad, por lo que la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza clasifica la especie como vulnerable a la extinción (los guepardos asiáticos, la subespecie que antes vivía en la India, sólo sobreviven en una minúscula población en Irán).

Reintroducir una especie en la naturaleza siempre es arriesgado, pero "es mucho peor de lo que pensaba que podía ocurrir. Es un desastre absoluto", afirma Ullas Karanth, director emérito del Centro de Estudios de la Vida Salvaje de Bengaluru, organización sin ánimo de lucro, que se opuso desde el principio a trasladar animales africanos a la India en las circunstancias actuales. "La idea de que esto conducirá a una población autosuficiente es completamente absurda".

Sin embargo, los responsables del Proyecto Guepardo afirman que las cosas van según lo previsto.

"Los guepardos se han adaptado muy bien al hábitat indio", afirma S.P. Yadav, director de la Autoridad Nacional para la Conservación del Tigre, que supervisa el Proyecto Guepardo. Los animales liberados en el parque "exploran el hábitat" y "sobreviven en la naturaleza con otros depredadores", afirma.

Un guepardo y su cachorro deambulan por la Reserva de Caza de Phinda, en KwaZulu-Natal (Sudáfrica). Estas reservas privadas han proporcionado gran parte de la población de guepardos indios recientemente establecida.

Fotografía de Ronny Sen

Pérdidas previsibles

La muerte y las lesiones son riesgos inherentes a cualquier animal salvaje capturado y trasladado por el hombre. "La reintroducción de una especie que se ha extinguido no va a ser, desde luego, un proceso fácil", afirma Laurie Marker, fundadora y directora ejecutiva del Fondo para la Conservación del Guepardo en Namibia, y parte del equipo de translocación de guepardos de Namibia.

Incluso en Sudáfrica, donde los expertos llevan décadas trasladando guepardos, mueren entre el seis y el siete por ciento de los grandes felinos reubicados en reservas cercadas, afirma Vincent Van der Merwe, conservacionista sudafricano de guepardos y Explorador de National Geographic. Van der Merwe, que dirige la organización sin ánimo de lucro Metapopulation Initiative, ayudó a conseguir los animales sudafricanos y sigue participando en el proyecto.

El 27 de marzo, Sasha, una hembra namibia con problemas de salud preexistentes, sucumbió a una insuficiencia renal, lo que supuso la primera muerte del proyecto. Un mes después, Uday, un macho sudafricano, murió por causas desconocidas un día después de ser trasladado fuera de cuarentena a su recinto temporal de 120 acres.

En mayo, otro guepardo murió cuando los funcionarios permitieron que dos machos sudafricanos entraran en el recinto de una hembra sudafricana llamada Daksha. Dos días más tarde, los machos mutilaron mortalmente a Daksha.

La semana pasada, otros dos guepardos, Tejas y Suraj, ambos machos sudafricanos, también aparecieron muertos. Los veterinarios descubrieron que les habían salido llagas infestadas de gusanos bajo los collares de radioseguimiento, lo que les había provocado una septicemia. Otros dos guepardos, Pawan y Guarav, han aparecido con heridas similares en el cuello, probablemente causadas por el clima cálido y húmedo.

A Pawan ya le han quitado el collar y ha recibido atención médica, explica Adrian Tordiffe, veterinario especializado en fauna salvaje de la Universidad de Pretoria, que asesora al equipo desde Sudáfrica. Los guardas siguen intentando capturar a la coalición de machos de Namibia para ver si padecen el mismo problema y necesitan tratamiento. "Si se capturan y se tratan pronto, el pronóstico de una rápida recuperación debería ser bueno", afirma Tordiffe.  

El cuarto y único cachorro superviviente de Siyaya fue retirado de su cuidado y está siendo criado a mano en cautividad.

Desde el principio, van der Merwe y sus colegas esperaban que la mitad de la población fundadora de guepardos pereciera en el primer año de reintroducción, por lo que "hay que prever más angustia y dolor en el futuro", afirma.

No obstante, subraya que "todo sigue por buen camino, con una mortalidad observada dentro de los parámetros normales para la reintroducción de guepardos salvajes."

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      El primer ministro indio, Narendra Modi, observa un guepardo tras ser liberado en un recinto del Parque Nacional de Kuno, en el estado central indio de Madhya Pradesh, el 17 de septiembre de 2022.

      Fotografía de Press Information Bureau via AP

      Problemas de crecimiento

      Las autoridades indias han calculado que el Parque Nacional de Kuno puede albergar un máximo de 21 guepardos, pero algunos expertos opinan que no es una cifra realista para estos felinos territoriales y de gran dispersión.

      "Hemos traído demasiados guepardos demasiado pronto, y no tenemos espacio para ellos", afirma Arjun Gopalaswamy, científico conservacionista independiente experto en grandes felinos de África y la India. "Cada día vemos más pruebas de ello".

      Por ejemplo, desde que los guepardos fueron liberados en Kuno, los guardas han tenido que disolver una pelea entre una coalición de machos namibios y machos sudafricanos. "Lo que hay en Kuno es un torneo de artes marciales mixtas con guepardos hacinados en altas densidades y guardas forestales como árbitros", afirma Karanth.

      Los guardabosques también han tenido que perseguir o sedar a felinos errantes para devolverlos a los límites del parque, incluidos un macho y una hembra namibios que viajaron a más de 150 kilómetros de distancia.

      Según Karanth, ésta no es una vía realista para reintroducir la especie. Si la India quiere recuperar de verdad a los guepardos, hay que dejar que el animal se disperse de forma natural por el paisaje. "El objetivo real del proyecto no es ser un hospicio para guepardos, sino establecer una población", afirma.

      Van der Merwe, sin embargo, afirma que "éste no es un argumento racional", porque los animales a los que se permitiera alejarse no tendrían ningún valor de conservación. "¿Cómo van a encontrar pareja los guepardos si se alejan [más de 150 km] de todos los demás guepardos?

      "En el futuro, una vez que la población esté establecida y haya un excedente de guepardos, entonces este comportamiento de desplazamiento podrá tolerarse e incluso fomentarse".

      Para Karanth, sin embargo, "esto demuestra una total ignorancia ecológica. Lo que dicen es que los guepardos deberían transformarse ecológicamente en leopardos y, una vez alcanzados los objetivos oficiales, volver a convertirse en guepardos".

      Una vista aérea muestra la valla eléctrica y las puertas de un recinto donde los guepardos africanos permanecen en cuarentena durante un mes antes de ser liberados en el Parque Nacional de Kuno.

      Fotografía de Ronny Sen

      La próxima frontera

      El siguiente paso, según van der Merwe, es ampliar el Proyecto Guepardo a una segunda ubicación en la India. La opción más obvia es el Parque Nacional de Mukundara Hills, en el estado de Rajastán, un hábitat con características favorables a los guepardos, como una valla y condiciones más secas.

      Pero Rajastán está actualmente controlado por un partido político diferente al del primer ministro Narendra Modi, así que, por ahora, es demasiado complicado considerar Mukundara Hills, dice Karanth. "La política se está colando en todo el asunto".

      Karanth añade que los millones de dólares gastados en el proyecto podrían haberse destinado en su lugar a la conservación de la vida salvaje en India. "He pagado mi parte de impuestos por este plan absurdo".

      El próximo lugar de reintroducción será probablemente el santuario de Ghandi Sagar, en el estado de Madhya Pradesh, una zona protegida más pequeña que sólo puede albergar cuatro guepardos adultos.

      Jhala, uno de los visionarios originales y líder del proyecto, afirma que él habría tomado decisiones diferentes.

      "Parte de la mortalidad podría haberse evitado si se hubiera contado con los conocimientos adecuados", afirma.

      Pero, en general, sigue siendo optimista. "No veo ninguna razón por la que no pueda tener éxito si se siguen los planes a largo plazo elaborados y publicados por el Gobierno y escritos por mí", afirma. "Es necesario que lleguen más guepardos a la India y que se establezcan más sitios".

      Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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