Estos pelícanos se están muriendo de hambre a pesar de tener comida

Aunque la especie ha salido de la lista de especies en peligro, se enfrenta al segundo episodio de inanición en dos años.

Por Tatyana Woodall
Publicado 27 may 2024, 14:51 CEST
Varios pelícanos acicalan sus plumas en el International Bird Rescue de Fairfield, California

Varios pelícanos acicalan sus plumas en el International Bird Rescue de Fairfield, California. Cientos de pelícanos aparecen muertos o agonizantes, el segundo suceso causado por inanición en dos años.

Fotografía de Carlos Avila Gonzalez, San Francisco Chronicle via Getty Images

Algo extraño está pasando con ciertos pelícanos de Estados Unidos. Por segunda vez en dos años, un gran número de pelícanos pardos han aparecido enfermos y heridos en la costa de California y la comunidad científica se ha apresurado en investigar las causas.

Ya han muerto cientos de aves. Las pruebas actuales apuntan a la inanición como causa, a pesar de la abundancia de alimento (normalmente peces que viven en la superficie, como arenques o anchoas). Aunque la especie también se encuentra en la costa este de EE. UU., las aves atlánticas no están sufriendo una tendencia similar.

"No sabemos por qué, pero [los pelícanos de la costa oeste] no encuentran el alimento que necesitan", afirma Jeni Smith, conservadora zoológica de programas de rescate de animales en SeaWorld San Diego; "y si ese es el caso, entonces lo están buscando en otros lugares, y eso podría explicar por qué están tierra adentro o en lugares inusuales".

Un voluntario da de comer a pelícanos pardos enfermos que se recuperan en el Wetlands and Wildlife Care Center del condado de Orange, en California (EE. UU.). El centro atiende actualmente a más de 100 pelícanos pardos que han sido descubiertos hambrientos, anémicos y con hipotermia en las últimas semanas.

Fotografía de Mario Tama, Getty Images

A finales de abril, los centros de rehabilitación de animales salvajes empezaron a recibir informes de pelícanos avistados en lugares anómalos, como patios traseros y aparcamientos, muchos de los cuales presentaban un comportamiento y aspecto extraños: parecían perezosos, insensibles o muy demacrados.

Una vez recogidos estos animales, los expertos en fauna salvaje se ven obligados a hacer un triaje. "Están deshidratados, letárgicos, tienen frío, pueden estar heridos", dice Smith; "hacemos todo lo que podemos, pero a veces llegan demasiado tarde".

Los pelícanos pardos enfermos son una mezcla de jóvenes y adultos, con grandes picos, alas anchas y cuerpos que hacen que zambullirse para cenar parezca fácil. Son conocidos por descender en picado desde alturas de más de 18 metros para atrapar a sus presas y pueden vivir hasta 40 años.

Los expertos están investigando qué otros factores pueden estar detrás de la razón por la que los pelícanos pardos, que habían conseguido salido de la lista federal de especies en peligro de extinción, vuelven a aparecer muertos.

(Relacionado: 50 000 pelícanos descienden en Israel para disfrutar de un festín de peces)

¿Por qué enferman los pelícanos pardos?

Durante un episodio de inanición similar en 2022, casi 800 pelícanos pardos fueron ingresados en centros de rehabilitación de animales salvajes, y 394 acabaron siendo devueltos a la naturaleza, según el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de EE. UU. (U.S. Fish and Wildlife Service, por su nombre en inglés). Por desgracia, las necropsias realizadas a los pelícanos fallecidos no revelaron ninguna respuesta sobre el motivo de aquel suceso, afirma Smith.

En lo que va de año, la Santa Barbara Wildlife Care Network (SBWCN, por sus siglas en inglés) ha acogido a 116 pelícanos, una cifra todavía pequeña en comparación con los 270 de hace unos años.

"No será la última vez que tengamos una afluencia de una especie concreta relacionada con algo que ocurre en su entorno", dice Ariana Katovich, directora ejecutiva de la SBWCN; "así que para nosotros, se trata realmente de aprender las lecciones de cada evento y ponerlas en práctica".

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      Izquierda: Arriba:

      Teal Helms, a la izquierda, técnico de vida salvaje, se prepara para inyectar una comida líquida de pescado en la boca de un pelícano pardo enfermo mientras Courtney Lauderdale lo sujeta. Después, el ave regresó a una tienda con lámparas de calor, alimentación, hidratación y medicinas en el Centro de Cuidado de Humedales y Fauna Salvaje de Huntington Beach.

      Fotografía de Allen J. Schaben, Los Angeles Times via Getty Images
      Derecha: Abajo:

      Un miembro del equipo de rescate se acerca a un pelícano enfermo en Newport Beach para llevarlo a un centro para su tratamiento.

      Fotografía de Mario Tama, Getty Images

      La causa de la crisis de este año también sigue siendo en gran parte desconocida, pero sobrevuelan algunas especulaciones interesantes. Una teoría es que el clima puede ser el culpable, ya que los fuertes vientos o la baja visibilidad podrían estar impidiendo que los pelícanos se zambullan lo suficientemente bien como para atrapar su comida. Esto también podría explicar mejor la afluencia de pelícanos con heridas causadas por artes de pesca, ya que las aves hambrientas a menudo quedan atrapadas por anzuelos o enredadas en sedales.

      Según Rebecca Duerr, directora de investigación y veterinaria de International Bird Rescue, en un momento dado se comprobó si las aves tenían la gripe aviar que ha infectado a tantos mamíferos este año. Por suerte, ninguno de los pelícanos enfermos dio positivo.

      La muerte de tantos pelícanos tampoco parece estar causando secuelas en otros tipos de vida marina, al menos ninguna que los expertos puedan ver por el momento.

      Lo que puede ser más difícil de discernir es en qué medida el cambio ambiental inducido por el hombre debe considerarse responsable, si no directamente causante, de las continuas luchas de estos animales.

      En el caso de una especie que históricamente ha sido un éxito de conservación, la población de pelícanos pardos está pasando hambre como hace dos años, y eso es lo único que los expertos saben con certeza, según Laird Henkel, científico medioambiental senior del Departamento de Pesca y Vida Silvestre de California.

      "No tenemos ningún indicio de que esté causado directamente por el hombre", dice Henkel; "no es una acción humana de ningún tipo que conozcamos". 

      Un miembro del equipo de rescate se acerca a un pelícano enfermo en Newport Beach para llevarlo a un centro para su tratamiento.

      Fotografía de Jae C. Hong, AP Photo

      Qué hacer si ves un pelícano pardo enfermo

      Quienes trabajan en la recuperación de pelícanos pardos señalan que, aunque hay que mantener las distancias con ellos, los humanos pueden ayudar informando rápidamente del avistamiento de un animal a un centro de rescate de la zona y vigilándolo hasta que llegue la ayuda.

      Esta respuesta urgente, dice Katovich, a menudo puede significar la diferencia entre la vida y la muerte para un pelícano que necesita cuidados vitales.

      "Obviamente, cuanto antes podamos conseguirlo, mejor", afirma; "las primeras 24 a 48 horas que el animal está a nuestro cuidado es el momento más crítico".

      El tratamiento de los pelícanos afectados, animales normalmente asustadizos y dóciles, puede consistir en evaluar su temperatura corporal y calentarlos lo antes posible, ofrecerles mucha nutrición y líquidos para evitar la deshidratación, o suturarles las heridas y darles la medicación pertinente.

      Una vez recuperados, los pelícanos rehabilitados se devuelven a su hábitat natural. Para quienes quieran ayudar a supervisar sus esfuerzos y la supervivencia de las aves salvadas, International Bird Rescue ha puesto a disposición un formulario en línea para ayudar a avistar y notificar los pelícanos anillados.

      "Hemos tenido una excelente supervivencia de animales previamente tratados durante eventos como este", dice Duerr; "así que sabemos que tratar a los animales no es un ejercicio inútil". 

      Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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