La picadura de esta garrapata podría provocarte alergia a la carne: aquí te explicamos cómo

A medida que la gente empieza a encontrar cada vez más garrapatas en los meses de verano, las posibilidades de que les pique el Amblyomma americanum aumentan.

Por Sarah Gibbens
Publicado 9 nov 2017, 4:18 CET, Actualizado 4 ago 2023, 16:28 CEST
Garrapata Dermacentor variabilis
La garrapata Dermacentor variabilis, aunque no es capaz de transmitir alergia a la carne, puede ser huésped de varias enfermedades.
Fotografía de Joël Sartore, National Geographic Photo Ark

La alfa-gal puede sonar como algo fuerte, pero este apodo sirve para abreviar la galactosa-alfa-1,3-galactosa, un carbohidrato que podría provocarte alergia a la carne.

Esta molécula se extiende mediante la picadura de la garrapata Amblyomma americanum, que en Estados Unidos se conoce como garrapata Lone Star (Estrella Solitaria), por la mancha con forma de estrella que tiene en su espalda.

Un nuevo estudio del Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) encontró que el número de casos sospechosos en ese país ha crecido sustancialmente desde 2010, y algunos fueron diagnosticados en estados que no son conocidos por ser sitios donde podamos habitualmente encontrar estos parásitos chupasangre.

Una vez que esta garrapata pica, el sistema inmune de nuestro cuerpo se reconfigura.

«Imagina que estás paseando por un bosque, y que esta garrapata se ha alimentado de sangre de vaca o de mamífero», explica Cosby Stone, profesor de alergología e inmunología en la Universidad de Vanderbilt. «La garrapata, que transporta alfa-gal, te pica y activa tu sistema inmune».

Entonces, tu cuerpo crea anticuerpos de alfa-gal y, desde ese momento, el cuerpo está programado para luchar contra el carbohidrato alfa-gal. La mayoría de gente que desarrolla esta alergia se da cuenta de esta enfermedad tras consumir carne, que es abundante en alfa-gal. Esta molécula de azúcar también está presente en ciertos medicamentos que emplean gelatinas como estabilizadores.

«Existe un retraso temporal en la reacción», explica Stone, que habla de que algunas personas no siempre se dan cuenta de inmediato de que están sufriendo una reacción. «El alfa-gal tiene que viajar en primer lugar a través de tu tracto gastrointestinal para ser liberada. Horas después, los pacientes se despiertan con sarpullidos, dificultad respiratoria, vómitos y diarrea».

Hay casos poco usuales en los que los pacientes han tenido que ser ingresados en la UCI.

«Algunos pacientes han tenido que recibir soporte vital debido a que tienen la tensión tan baja que están en peligro inminente de muerte», afirma Stone, que ha tratado a algunos pacientes que han sufrido una reacción.

«La mayoría de pacientes desconoce lo que tienen», explica. Normalmente tienen que existir reacciones alérgicas repetidas para que la gente vincule su dieta al brote. La exposición repetida a las picaduras de garrapata también puede hacer que la reacción sea más grave. Las personas que han desarrollado más anticuerpos de alfa-gal debido a una mayor exposición a las garrapatas experimentan los síntomas más graves.

La alergia por ahora tiene tratamiento para los efectos secundarios, pero no existe cura ni vacuna.

Esta alergia, que se da originalmente en el sureste de Estados Unidos, podría volverse más común en regiones del norte y del oeste a medida que experimentan temperaturas más cálidas. Los casos de la enfermedad provocada por la garrapata han ido apareciendo en lugares tan al norte como Long Island, en Nueva York, y tan al oeste como Minnesota.

Los Centros de Control de Enfermedades no tienen registros de la alergia al alfa-gal, así que la mayoría de informes sobre el aumento de su prevalencia son meramente anecdóticos. Pero el nuevo estudio, que revisó las pruebas de anticuerpos remitidos al laboratorio en el que se hacen la mayoría de las pruebas de Estados Unidos, encontró que el número de personas que dieron positivo en alfa-gal se disparó en un periodo de cinco años: de 13 371 en 2017 a 18 885 en 2021.

Hasta que se identificaron por primera vez casos en la década pasada, apenas se sabía nada sobre el origen de esta alergia a la carne.

«El conocimiento sobre el alfa-gal es mayor», señala Stone. «También es posible que, debido a que las alergias están aumentando en general, también se incrementen las reacciones al alfa-gal».

Varios estudios han documentado que las temperaturas cada vez más cálidas han provocado un incremento de las alergias a las plantas con alérgenos como el polen.

Stone cree que los avances en higiene han llevado al debilitamiento de parte de la inmunidad natural que desarrollamos para luchar contra las alergias.

En una entrevista con USA Today, Purvi Parikh de la Allergy and Asthma Network advirtió de que a medida que el clima se vuelve más cálido, las garrapatas han empezado a extender su territorio hacia el norte.

En cualquier caso, los humanos entran en contacto con garrapatas con mayor frecuencia durante los meses más calurosos, y Stone recomienda prevenir la alfa-gal del mismo modo que se previenen otras enfermedades transmitidas por garrapatas: con repelente de insectos, pretratando la ropa y evitando las hierbas altas y los matorrales.

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