Por qué las contagiosas nuevas variantes BA.4 y BA.5 de Ómicron están causando un repunte de brotes de COVID

Más infecciosas que las cepas anteriores, estas subvariantes de COVID-19 también pueden escapar más fácilmente de los anticuerpos de las vacunas y de las infecciones anteriores.

Por Sanjay Mishra
Publicado 5 jul 2022, 12:14 CEST
Un trabajador médico administra un hisopo nasal a un paciente en un centro de pruebas de ...

Un trabajador médico administra un hisopo nasal a un paciente en un centro de pruebas de COVID-19 en Les Sorinieres, cerca de Nantes, Francia, en junio.

Fotografía de Stephane Mahe, Reuters

Dos subvariantes de Ómicron, BA.4 y BA.5 están provocando un importante aumento en el número de infecciones por coronavirus en países como España, Portugal, Reino Unido, Sudáfrica y Estados Unidos. Caracterizadas por una mayor capacidad de contagio, ambas son muy buenas a la hora de esquivar los anticuerpos de las personas vacunadas y reforzadas, así como de las personas que han tenido una infección previa por COVID-19. Como puede observarse en la gráfica de la actualización sanitaria del Ministerio de Sanidad, la curva total de casos está volviendo a acercarse a la de las mayores oleadas desde que comenzó la pandemia.

En España, las variantes BA.4 y BA.5 son, desde mediados de junio, las dominantes, según ha informado el Ministerio de Sanidad. Aunque en una nota de prensa de finales de junio el Ministerio de Sanidad aseguró que "el riesgo asociado a estos linajes se considera bajo", desde el 10 de junio la incidencia en mayores de 60 años ha escalado de los 589 casos por cada 100 000 habitantes a los actuales 996. En total en España se han notificado 64 122 nuevos casos en ciudadanos mayores de 60 años en los últimos 14 días, mientras que el número total de pacientes ingresados de todas las edades asciende a las 100 000 personas.

Detectadas por primera vez por los científicos de Sudáfrica en enero y febrero de este año, las subvariantes BA.4 y BA.5 se convirtieron en dominantes en los Estados Unidos (como ha sucedido en España) en menos de dos meses, según las estimaciones de esta semana de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos. 

"La BA.4/BA.5 es ciertamente más infecciosa en comparación con las variantes anteriores de Ómicron", afirma Yunlong Richard Cao, inmunólogo del Centro de Innovación Pionera Biomédica de la Universidad de Pekín (China). La investigación de Cao muestra que uno de los rasgos más preocupantes de estas variantes es su capacidad para evadir el sistema inmunitario y romper la inmunidad de grupo.

Esto es especialmente preocupante en países como Estados Unidos, donde casi una cuarta parte de la población estadounidense elegible no ha recibido ningún tipo de vacuna. Y para los que sí lo han hecho, incluso una dosis completa no parece bloquear suficientemente las nuevas variantes. En España, la cifra de vacunados asciende al 85,7% con 40,6 millones de ciudadanos a los que se les ha administrado al menos dos dosis de la vacuna de la COVID-19.

"Dos dosis no ofrecen mucha protección contra la BA.4 y la BA.5", afirma Shan-Lu Liu, viróloga de la Universidad Estatal de Ohio en Columbus (Estados Unidos). Algo más de la mitad de los adultos estadounidenses han recibido su primera dosis de refuerzo, pero más del 30% de los mayores de 65 años no lo han hecho, y corren un alto riesgo de infectarse o reinfectarse con COVID-19.

A pesar de esta preocupación, los expertos subrayan que las vacunas y los refuerzos no son completamente ineficaces: "Se espera que la inmunidad de las vacunas actuales siga proporcionando una sólida protección contra la enfermedad grave, la hospitalización y la muerte", afirma Dan Barouch, inmunólogo de la Facultad de Medicina de Harvard en Boston (Estados Unidos).

(Relacionado: La COVID larga sigue siendo un misterio: seguimos la lucha de una paciente por conseguir un tratamiento)

¿En qué medida estas subvariantes esquivan la inmunidad?

Además del trabajo de Cao, varios estudios demuestran que las subvariantes BA.4 y BA.5 son excelentes para esquivar los anticuerpos.

"Tras [incluso una] tercera dosis de la vacuna de Pfizer, BA.4 y BA.5 escaparon de los anticuerpos inducidos por la vacuna y la infección con mayor eficacia que las variantes anteriores de Ómicron", afirma Barouch. Su investigación también muestra que BA.4 y BA.5 pueden esquivar eficazmente los anticuerpos creados tras las infecciones de Ómicron en personas vacunadas.

La investigación de Liu muestra que las personas que recibieron sólo dos dosis de cualquiera de las dos vacunas de ARNm no produjeron suficientes anticuerpos para bloquear cualquier subvariante de Ómicron, incluidas las BA.4 y BA.5. Aunque una dosis de refuerzo mejoró significativamente la protección, siguió siendo menos eficaz contra BA.4 y BA.5.

Y en un estudio que aún no ha sido revisado por los expertos, Alex Sigal, virólogo del Instituto de Investigación Sanitaria de África y de la Universidad de KwaZulu-Natal en Durban (Sudáfrica), descubrió que los anticuerpos de una infección previa con la cepa BA.1 original de Ómicron no protegen contra la infección por BA.4 y BA.5 ni en personas parcialmente vacunadas ni en las no vacunadas.

¿En qué se diferencian la BA.4 y la BA.5?

Mientras que la BA.4 y la BA.5 son casi idénticas entre sí, la BA.5 se propaga aún más rápido que su "gemela" y que todas las demás variantes de Ómicron, según los datos del Reino Unido.

Las dos variantes se diferencian de la subvariante Ómicron BA.2 por sólo seis mutaciones dentro de la proteína de pico, la parte del virus SARS-CoV-2 que se ancla a los receptores de las células respiratorias humanas y permite la entrada del virus.

Kei Sato, virólogo de la Universidad de Tokio, ha demostrado que una de estas mutaciones ayuda al virus a anclarse a las células humanas y a replicarse mejor.

"Es un tipo de mutación bastante útil para el virus", afirma Ravindra Gupta, inmunólogo y especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de Cambridge (Reino Unido). El trabajo de Sato y Gupta ha demostrado que esta mutación debilita la potencia de los anticuerpos existentes.

La investigación inédita de Sato también indica que, en hámsters, los BA.4 y BA.5 se dirigen a los tejidos pulmonares con más eficacia que las anteriores variantes de Ómicron. Pero es demasiado pronto para decir si BA.4 y BA.5 pueden causar enfermedades más graves en los seres humanos, dice Olivier Schwartz, virólogo e inmunólogo del Instituto Pasteur en Francia.

En Sudáfrica, el aumento de la infección causado por BA.4 y BA.5 no provocó tantas hospitalizaciones como la oleada original de Ómicron, afirma Tulio de Oliveira, bioinformático de la Universidad de Stellenbosch (Sudáfrica) que descubrió las variantes de Ómicron.

"Sabemos que en realidad no provocó una ola de gravedad en Sudáfrica, lo cual es algo tranquilizador", dice Gupta, "aunque se trata de una población mucho más joven".

En Portugal, en cambio, donde la BA.5 representa ahora casi el 90% de las infecciones, las hospitalizaciones y los ingresos en cuidados intensivos han aumentado durante las últimas seis semanas, principalmente entre las personas de 60 años o más.

¿Qué esperar ahora de las vacunas?

Tanto Moderna como Pfizer han desarrollado nuevos tipos de refuerzos "bivalentes" que se basan tanto en la subvariante BA.1 de Ómicron como en la versión original de SARS-CoV-2 utilizada en las vacunas aprobadas.

No está claro cómo se comportará el refuerzo bivalente actualizado contra la BA.4 y la BA.5, ya que tanto el refuerzo de Moderna como el de Pfizer generaron una respuesta de anticuerpos más débil a estas subvariantes que a la BA.1. La Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA) ha admitido que el refuerzo bivalente "ya está algo anticuado".

A pesar de ello, un panel consultivo de la FDA recomendó a principios de julio que se empiecen a utilizar las vacunas de refuerzo actualizadas de COVID-19 en otoño.

Además de las mejoras en las vacunas, las estrategias preventivas, como el distanciamiento social, la evitación de lugares cerrados con mucha gente y el enmascaramiento, siguen siendo muy eficaces para reducir el riesgo de infección y disminuir la probabilidad de que evolucionen nuevas variantes que evitan la inmunidad.

"La disminución de la inmunidad de las vacunas y la reducción del enmascaramiento también contribuyen en gran medida a que el virus siga circulando", afirma Barouch.

"Tenemos que ser un poco cuidadosos en nuestra vida diaria", dice Sigal. "La COVID-19 no está acabada".

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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