Las claves sobre la fertilidad femenina pasados los 35 años

"La fertilidad es un continuo", dicen los expertos. Aunque la edad es el factor que más merma las probabilidades de concebir de una mujer, también influyen muchos otros.

Por Stacey Colino
Publicado 6 feb 2023, 11:57 CET, Actualizado 10 mar 2023, 14:37 CET
Imágenes de un feto tomadas con ultrasonidos

Imágenes de un feto tomadas con ultrasonidos.

Fotografía de Giovanni Gagliardi, Alamy

Es una cruel ironía que justo cuando es biológicamente más fácil para una mujer quedarse embarazada y tener un bebé, muchas no estén ni remotamente interesadas en hacerlo. Y, sin embargo, muchas mujeres no se dan cuenta de hasta qué punto el tiempo juega en su contra: una encuesta realizada en Estados Unidos a 1000 mujeres de entre 18 y 40 años reveló que el 20% desconocía los efectos de la edad en su fertilidad.

"La edad media a la que las mujeres desean quedarse embarazadas no ha dejado de aumentar", afirma Tarun Jain, endocrinólogo reproductivo y director médico del Centro de Fertilidad y Medicina Reproductiva de Northwestern Medicine, en Chicago. Esto suele deberse a que, cuando su fertilidad está en su punto álgido, las mujeres están centradas en sus carreras profesionales y/o no están preparadas para sentar la cabeza con la pareja adecuada.

"Muchas mujeres se sorprenden al saber que la fertilidad disminuye con la edad", dice Jain. A medida que la mujer envejece, añade, "disminuye la fertilidad, aumentan los abortos espontáneos y los defectos congénitos. Es un viaje más doloroso cuanto mayor se hace una mujer".

La realidad es que según el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG), la fertilidad de la mujer (es decir, su capacidad para quedarse embarazada) alcanza su punto álgido entre el final de la adolescencia y los 20 años. A partir de los 30, la fertilidad de la mujer empieza a disminuir, y después de los 35 el ritmo se acelera. En concreto, antes de los 30, las mujeres tienen un 85% de probabilidades de concebir en el plazo de un año; a los 30, esas probabilidades descienden al 75%; y a los 35, al 66%, según las investigaciones. A los 40, la mujer sólo tiene un 44% de posibilidades de concebir en un plazo de 12 meses. "La probabilidad de tener un bebe sano cuando ya hay un problema de fertilidad aún utilizando FIV (fecundación in vitro) es del 10 por ciento a los 40 años, menor de 5 por ciento a los 42 años", señala en un folleto informativo la Sociedad Española de Fertilidad (SEF).

Según Sandra Ann Carson, endocrinóloga reproductiva y ginecóloga-obstetra de la Universidad de Yale, "la fertilidad se encuentra en un continuo", y explica que se trata de una pendiente descendente gradual.

(Relacionado: ¿Por qué los mamíferos tenemos embarazos tan diversos?)

Cuáles son las causas del descenso de la fertilidad

A diferencia del hombre, que puede fabricar un nuevo lote de espermatozoides cada 72 días, la mujer nace con todos los óvulos que va a tener: aproximadamente entre uno y dos millones en los ovarios. Esta cantidad disminuye a entre 300 000 y 500 000 en la pubertad y continúa su trayectoria descendente a partir de ahí. Durante los años de menstruación, la mujer pierde óvulos todos los meses. "Muchas mujeres creen que pierden un óvulo cada vez, pero se trata de una cohorte de 10 a 20 al mes", dice Jain.

Cuando un óvulo maduro sale del ovario durante la ovulación, hay un intervalo de 12 a 24 horas en el que puede ser fecundado por un espermatozoide. "Los demás óvulos mueren por un proceso llamado apoptosis", explica Jain. En resumen, la apoptosis es una muerte celular biológicamente programada que forma parte inherente de la función ovárica humana. A los 37 años, el recuento de óvulos se reduce a 25 000 y a los 52, que es la edad media de la menopausia en EE.UU., quedan como mucho 1000 óvulos en los ovarios.

En la mediana edad, a medida que los óvulos son menos numerosos y menos viables, disminuye la producción de estrógenos. Esto, combinado con una menor frecuencia de liberación de óvulos, da lugar a ciclos menstruales irregulares. 

"Es parte del envejecimiento: a medida que envejecemos, nos salen arrugas y nuestro metabolismo se ralentiza, y seguimos perdiendo óvulos", dice R. Kate Byron, ginecóloga y obstetra de la Universidad Estatal de Ohio, en Columbus.

Pero no es sólo una cuestión de números. "Con la edad los óvulos contienen cada vez más alteraciones cromosómicas que dificultan el embarazo", asegura la SEF.

A los 45 o 50 años, la mayoría de los óvulos que permanecen en los ovarios son cromosómicamente anormales, dice Joseph Hill, endocrinólogo reproductivo y especialista en fertilidad de Fertility Centers of New England, con sedes en Massachusetts, New Hampshire y Maine. "La mayoría de los óvulos cromosómicamente anormales no permiten la fecundación. De los que lo hacen, la mayoría no se convierten en embriones que puedan implantarse [en el útero]. De los que sí se implantan, el 70% se pierden en las primeras 11 semanas por aborto espontáneo". 

De hecho, el número de óvulos cromosómicamente normales que tiene una mujer disminuye con la edad, señala Carson. A medida que envejece, tiene un mayor número de óvulos genéticamente anormales, y cada mes después de la ovulación queda en reserva un mayor porcentaje de óvulos anormales.

En cambio, los hombres no experimentan un golpe relacionado con la edad en su fertilidad: es cierto que la calidad del esperma se deteriora un poco a medida que el hombre envejece, pero cada dos meses y medio hace borrón y cuenta nueva en la producción de esperma. Como dice la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva (ASRM), "no hay una edad máxima a la que un hombre no pueda engendrar un hijo".

"Es muy injusto: a medida que los hombres envejecen, suelen tener problemas de erección, pero su fertilidad no cambia mucho, mientras que la libido de las mujeres tiende a aumentar, pero son menos fértiles", dice Carson, ex presidente de la ASRM.

Además de la edad cronológica, los factores genéticos pueden influir en la rapidez con que mueren los óvulos de una mujer. "La reserva de óvulos de algunas mujeres disminuye a un ritmo más rápido que la de otras", señala Jain. "Probablemente haya algún tipo de programación biológica ligada a eso". Por otro lado, añade, "el útero no envejece, sino los ovarios, y por eso puede producirse un embarazo en mujeres mayores que utilizan un óvulo donado."

Además, algunos factores relacionados con el estilo de vida, la exposición a toxinas ambientales, como los pesticidas y las sustancias químicas de los plásticos (como el bisfenol A), y ciertas afecciones médicas pueden influir en la calidad de los óvulos. "A medida que la mujer envejece, hay más tiempo para que los factores del estilo de vida y las toxinas reproductivas dañen los óvulos que están en reserva", dice Carson.

En cuanto al estilo de vida, fumar es tóxico para los óvulos y los daña prematuramente, razón por la cual las fumadoras suelen tener la menopausia antes que las no fumadoras, señala Hill. Un estudio publicado en un número de 2022 de la revista PLoS One descubrió que las mujeres que fuman mucho (más de 10 cigarrillos al día) o que fuman durante mucho tiempo tienen un mayor riesgo de tener una reserva ovárica disminuida, una afección en la que la cantidad y la calidad de los óvulos de una mujer son inferiores a las esperadas para su edad. Y un estudio publicado en 2016 en la revista BMJ descubrió que las mujeres de entre 21 y 45 años cuyo consumo de alcohol era elevado (del orden de 14 o más bebidas a la semana) tenían un 18% menos de probabilidades de quedarse embarazadas en el transcurso de un año.

Mientras tanto, la obesidad puede afectar negativamente a la fertilidad de la mujer. Un estudio en el que participaron más de 2000 mujeres en edad reproductiva de EE.UU. y Canadá reveló que las que tenían un índice de masa corporal (IMC) de entre 35 y 39 tenían un 22% menos de probabilidades de quedarse embarazadas en un ciclo menstrual determinado que las mujeres con un IMC sano (entre 18,5 y 24); las que tenían un IMC de entre 40 y 44 tenían peores probabilidades, un 39%; y las que tenían un IMC de 45 o más eran las que tenían menos probabilidades de concebir, un 58% menos que las que tenían un IMC sano. "Con el exceso de peso se produce una reacción inflamatoria que puede afectar a la calidad de los óvulos y a la implantación", explica Hill.

Otros factores no relacionados con la calidad de los óvulos también pueden comprometer la fertilidad de la mujer. Los antecedentes de ciertas infecciones de transmisión sexual, como la clamidia o la gonorrea, pueden causar la obstrucción de las trompas de Falopio o cicatrices tubáricas que pueden frustrar la fertilidad de la mujer, señala Byron. Por eso es importante utilizar preservativos o limitar el número de parejas sexuales, dicen los expertos.

Los trastornos hormonales que interfieren en la ovulación pueden comprometer la fertilidad. El síndrome de ovario poliquístico (SOP) (un trastorno caracterizado por niveles de hormonas masculinas llamadas andrógenos superiores a los habituales, y a menudo exceso de peso corporal y resistencia a la insulina) puede causar problemas de fertilidad. Lo mismo ocurre con la endometriosis, en la que un tejido similar al revestimiento del útero crece fuera de él. Los fibromas (crecimientos benignos de músculo y tejido fibroso que se desarrollan en el útero) a veces pueden causar problemas que aumentan el riesgo de aborto, dice Byron. Y si una mujer ha recibido quimioterapia o radioterapia en la pelvis como parte de un tratamiento contra el cáncer, esas intervenciones pueden afectar a los ovarios, haciendo que dejen de liberar óvulos, señala Jain.

(Relacionado: COVID-19 y menstruación: ¿cómo afecta y por qué?)

Anticiparse como vía de atajar la pérdida de fertilidad en las mujeres

"Muchas mujeres no entienden que la fertilidad es multifactorial", dice Byron. Cuando se trata de la salud de los óvulos, la edad avanzada asesta el golpe más duro a la fertilidad de la mujer, por eso es importante pensar en un plan o calendario de embarazo antes de los 35 años", dice Byron; "el tiempo es esencial".

Carson aconseja: "Si puedes, intenta quedarte embarazada antes de los 35, y si no puedes, piensa en congelar tus óvulos". De ese modo, la salud de tus óvulos quedará literalmente congelada en el tiempo para que puedas servir esencialmente como tu propia donante de óvulos a una edad más avanzada. 

Recientemente, la congelación de óvulos se ha convertido incluso en parte de la conversación cultural, ya que ciertos famosos han documentado sus experiencias de congelación de óvulos en las redes sociales. Cuando las mujeres congelan sus óvulos, "los mantienen congelados a esa edad y preservan su fertilidad a esa edad hasta que quieran utilizarlos", explica Sandra Ann Carson, endocrinóloga reproductiva y ginecóloga-obstetra de la Universidad de Yale (Estados Unidos). En otras palabras, el proceso básicamente pausa la fertilidad de la mujer en el tiempo, evitando el descenso de la cantidad y calidad de los óvulos que se produce de forma natural a medida que la mujer envejece.

Para ello será necesaria la fecundación in vitro (FIV), en la que un óvulo es fecundado por un espermatozoide en un laboratorio y luego se transfiere al útero. Alternativamente, si tienes problemas para quedarte embarazada cuando seas mayor, la FIV puede ayudarte sin utilizar un óvulo congelado y descongelado. El objetivo de la congelación de óvulos es que el reloj deje de correr en tus perspectivas de fertilidad.

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Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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