Estas huellas fósiles son las pruebas más antiguas de lagartos que corrían sobre dos patas

Correr podría haber ayudado a estos lagartos a evitar a los depredadores, como los reptiles alados conocidos como pterosaurios.

Por Michael Greshko
Publicado 16 feb 2018, 13:25 CET
Lagartos
Hace unos 110 millones de años, en el sur de Corea del Sur había exuberantes lagunas habitadas por lagartos y pterosaurios. Algunos de estos lagartos corrían sobre sus patas traseras, dejando huellas que han sido descubiertas recientemente por los científicos.
Fotografía de Chuang Zhao

Esta semana todas las miradas están puestas sobre Pyeongchang, Corea del Sur, donde algunos de los atletas con más talento del mundo se reúnen para hacer historia en las Olimpiadas de Invierno. Pero hace 110 millones de años, en una laguna fangosa a unos 270 kilómetros al sur de los Juegos de 2018, unas criaturas también «hacían deporte», aunque en su caso corrían por sus vidas. Dichas criaturas, una especie de lagarto, dejaron huellas que prueban que corrían sobre dos patas.

Su trayectoria fosilizada, desvelada el jueves en la revista Scientific Reports, supone la prueba directa más antigua de bipedismo, o desplazamiento sobre dos patas, en lagartos. Más de 50 especies de lagartos modernos corren sobre dos patas, y el nuevo hallazgo revela que dicha habilidad apareció en las primeras etapas de la evolución de los lagartos.

«Las huellas fósiles proporcionan pruebas directas de la conducta de un animal, [algo que] los esqueletos fósiles no pueden hacer», afirma el coautor del estudio Yuong-Nam Lee, paleontólogo de la Universidad Nacional de Seúl.

La losa de arcilla esquistosa contiene 29 huellas pertenecientes a un lagarto. Aunque no se sabe el tipo de lagarto que las dejó, los investigadores nombraron a esta muestra de huellas fósiles Sauripes hadongensis —«los pies de lagarto de Hadong»— por el condado de Hadong, en Corea del Sur, donde se descubrió la losa.

Como muchos lagartos modernos, el lagarto que dejó estas huellas tenía patas traseras asimétricas y un cuarto dedo de cada pie bastante largo. Los autores del estudio sugieren que el lagarto podría estar emparentado con las iguanas actuales.
Fotografía de Yuong-Nam Lee

Veinticinco de las huellas son de las patas traseras del lagarto. Los amplios espacios entre cada pisada de unos 2,5 centímetros y la estrechez del paso sugieren que el animal echaba andar sobre cuatro patas pero después aceleraba y empezaba a correr sobre las patas traseras, algo parecido al comportamiento de algunos lagartos modernos.

«Es la primera prueba directa de locomoción bípeda en lagartos en todo el Mesozoico», una época conocida como la era de los dinosaurios, según Tiago Simões, paleontólogo de la Universidad de Alberta que revisó el estudio. «Demuestra que algunos de los aspectos más interesantes de la conducta de los lagartos ya estaban presentes a principios del Cretáceo».

Dando pasos importantes

Los lagartos actuales se desplazan usando cuatro modos de andar diferentes: caminando lentamente a cuatro patas, caminando rápidamente a cuatro patas, corriendo en diagonal o corriendo sobre las patas traseras. Algunos, como el lagarto Jesús (Basilicus basilicus), pueden correr sobre dos patas sobre el agua en tramos cortos.

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Pero saber cómo evolucionó el bipedismo en lagartos es difícil. Algunos estudios han descubierto indicios de bipedismo basados en las longitudes relativas de las extremidades de los lagartos fósiles, con patas traseras más largas, lo que sugiere una habilidad para correr sobre dos patas. Para observar cómo se desplazaban los animales antiguos, no hay nada mejor que las huellas fósiles.

En agosto de 2004, Lee y el coautor Hang-Jae Lee descubrieron fragmentos de arcilla esquistosa en una cantera abandonada en el condado de Hadong que estaban cubiertos de huellas antiguas. Al principio, los investigadores no prestaron mucha atención a las huellas de los lagartos, ya que también habían encontrado huellas de pterosaurios, los reptiles alados que vivieron junto a los dinosaurios.

«Pensé que las huellas de los lagartos eran solo pequeñas huellas animales de poca importancia», afirmó Lee. Las huellas permanecieron almacenadas hasta 2016, cuando Lee se dio cuenta de su importancia.

«Examiné estas huellas de nuevo con nuevos ojos y descubrí que tenían morfologías pedales [o formas de los pies] típicas de los lagartos modernos», añadió Lee. «Me quedé muy emocionado porque son las huellas de lagarto más antiguas del mundo».

¿Por qué corría el lagarto? Los autores del estudio sugieren que el S. hadongensis podría haber estado huyendo de algún depredador, e incluso tienen un sospechoso: el Pteraichnus koreanensis, ya que hay un juego de pisadas de pterosaurio en la misma capa de roca en las que se encontraron las del lagarto.

El P. koreanensis pertenece a un grupo de pterosaurios conocido por incluir a depredadores pequeños y ágiles de dientes afilados y ojos grandes, afirma Lee. «Podrían haber atacado a sus presas [como los lagartos] desde el aire, como hacen algunas aves».

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