¿Cuándo entró la URSS en la Segunda Guerra Mundial?

Antes de Hitler invadiera la URSS, Stalin se mantuvo “neutral” mientras Alemania destruía Europa, pero la diplomacia soviética de los años 1939-1941 dista mucho de la actitud de un país neutral.

Por Manuel Moncada Lorén
Publicado 22 jun 2018, 13:39 CEST
Hitler y Stalin se saludan sarcásticamente sobre el cadaver de Polonia en esta viñeta del historietista ...
Hitler y Stalin se saludan sarcásticamente sobre el cadaver de Polonia en esta viñeta del historietista neozelandés, David Low.
Fotografía de David Low

Hoy se cumplen 77 años de la mayor invasión terrestre que ha visto la humanidad, la Operación Barbarroja. 

Alemania invadió la URSS EL 22 de junio de 1941, agresión que motivó la entrada de Stalin en la Segunda Guerra Mundial como aliado de occidente contra el fascismo, pero ¿A qué se había dedicado el dictador soviético antes de todo eso?

La historiografía soviética sitúa el ingreso de la URSS en la Segunda Guerra Mundial en el mismo instante en el que los más de tres millones de soldados del Eje cruzaron la frontera común con el gigante ruso en una operación nunca antes vista que penetraría en el territorio ruso desde el mar Báltico al mar Negro.

Sin embargo, Stalin había ido tomando una serie de decisiones que expusieron a su país a un ataque como el que Hitler desencadenó por sorpresa.

El cinturón de seguridad

Antes de que Alemania estuviera en disposición de amenazar a la URSS, entre los dos dictadores existía un “cinturón de seguridad” de países neutrales que impedían que ambos países se enzarzaran en una contienda. Para atacar desde cualquiera de los dos lados había que eliminar previamente a Polonia, Lituania, Estonia, Letonia, Finlandia y Rumanía.

Stalin solo tenía que asegurarse de que ese colchón de países neutrales permaneciera intacto, si no quería desagradables sorpresas como la Operación Barbarroja.

Dicho de otra manera, si en la habitación de al lado hay un conocido criminal que ha anunciado su intención de agredirte, lo más sensato es asegurase de que el muro que os separa se mantenga en pie.

El periodo prebélico

Esquiadores fineses defendiendo su posición a las afueras de un bosque en el norte de Finlandia, el 12 de enero de 1940.
Fotografía de Finnish official photographer

Los historiadores soviéticos acuñaron un término para hacer referencia a los acontecimientos que se desarrollaron entre la firma del Tratado de no Agresión y la operación Barbarroja: el periodo prebélico.

Diez días antes de la invasión de Polonia, la URSS acordó dividir el país con Alemania. En virtud del acuerdo, Polonia oriental, un territorio en el que vivían millones de personas, pasaba a formar parte de la URSS ante la mirada de los países democráticos.

Alemania y la Unión Soviética habían acordado atacar simultáneamente el 1 de septiembre, pero el único ejército que cruzó ese día la frontera polaca fue el alemán. De esta manera, Stalin obtenía los beneficios de los instigadores de la Segunda Guerra Mundial y ningún reproche.

Muertos de una guerra en la que la URSS no participa oficialmente

Carros del Ejército Rojo en Kaunas, Lituania.
Fotografía de United States Holocaust Memorial Museum

Durante la invasión soviética del este de Polonia se dio una circunstancia curiosa. Si un soldado polaco que muere defendiendo Polonia de la invasión alemana se considera una baja de la Segunda Guerra Mundial, ¿Entonces un polaco que muere defendiéndose del ataque soviético dos semanas después, en qué guerra luchó?

El Reino Unido y Francia declararon la guerra a Alemania por la agresión sobre Polonia, pero la Unión Soviética hizo exactamente lo mismo, pero siempre se ha considerado al régimen estalinista un país neutral hasta el 22 de junio de 1941.

Los aliados fueron a la guerra por defender Polonia, pero no sólo fallaron en salvar a los polacos de la destrucción de su país; el gobierno de Varsovia se convirtió en un satélite de la URSS tras la Segunda Guerra Mundial y que además fue limpiado de oficiales, profesores, médicos e intelectuales durante la contienda, en lo que se conoce como la masacre de Katyn.

10.000 miembros de la élite intelectual polaca fueron asesinados para preparar la sovietización del nuevo territorio que el NKVD había limpiado previamente de elementos que no se correspondían con los valores de la Unión Soviética.

El casus belli esgrimido por Francia y Gran Bretaña para declarar la guerra a Alemania y empezar la Segunda Guerra Mundial, hubiera valido también para hacer lo propio con el dictador soviético, ya que entre los dos desmembraron un estado soberano.

Después de la fulminante campaña polaca, Alemania se dedicó a conquistar Dinamarca y Noruega sin demasiado esfuerzo y pérdidas humanas, en lo que fueron más campañas de conquista y de agresión contra países democráticos.

Las campañas liberadoras de Stalin durante el “periodo prebélico”

Ocupación soviética de Besarabia
Fotografía de ARN Fototeca

Mientras tanto, Stalin vertía ríos de sangre en Finlandia, país que se libró de la anexión soviética gracias a la poderosa línea Mannerheim que contuvo al Ejército Rojo en la Guerra de Invierno (Iniciada el 30 de noviembre de 1939), pero la comunidad internacional tampoco consideró esta “campaña liberadora” un acto de agresión.

Durante el periodo prebélico, la URSS atacó más países neutrales en campañas como la finesa donde perdió a cientos de miles soldados. Atendiendo a estos parámetros, las cifras de muertos, heridos y desaparecidos de la URSS de su "periodo prebélico" no son las más apropiadas para definir a un estado neutral.

Después de la fallida conquista de Finlandia, Stalin decidió terminar de derribar la barrera de países neutrales. En junio de 1940, cuando el mundo contenía el aliento mientras contemplaba cómo la Wehrmacht pasaba como un rodillo por Europa Occidental, las tres repúblicas bálticas, Lituania, Estonia y Letonia, fueron anexionadas y convertidas en repúblicas soviéticas en lo que se denominó “la liberación de los pueblos bálticos soviéticos”.

Stalin da un paso hacia el petróleo rumano

Una semana más tarde, Stalin hizo lo mismo con Besarabia y el norte de Bucovina, que hoy corresponderían con la actual Moldavia, entonces perteneciente a Rumanía. Este hecho puso en alerta a Adolf Hitler. Stalin había dado un paso hacia el petróleo rumano de las refinerías de Ploiesti, desde donde se bombeaba el combustible que hacía posible la blitzkrieg.

Si en vez de haber dado sólo un paso hacia los campos petrolíferos de Ploiesti, Stalin hubiera ocupado toda Rumanía, los tanques, aviones y submarinos germanos se hubieran detenido en 1941.

Pero en vez de engullir todo el país, Stalin se quedó expectante a orillas del río Prut, hecho que hizo caer en la cuenta a Hitler de quién era el verdadero beneficiado de su artificial alianza con la URSS y empezó a trazar los planes que contemplaban la invasión relámpago de la Unión Soviética en cuanto cesaran las lluvias de la primavera siguiente.

Guerra falsa en el oeste y paz artificial en el este

Los soviéticos se defendían escudándose en que la ocupación de estos países obedecía exclusivamente al refuerzo de la seguridad en las fronteras occidentales de la Unión Soviética, pero lo que en realidad hizo fue fagocitar la mencionada barrera de estados neutrales. La nueva frontera común entre las dos potencias abrió la puerta al enfrentamiento directo entre los dos regímenes.

Incluso si aceptáramos como válida que la agresión contra seis estados neutrales en tiempos de paz es “reforzar la seguridad de las fronteras”, esta estrategia es muy similar a la que siguió Hitler para hacerse merecedor del título de instigador de la Segunda Guerra Mundial.

Septiembre de 1939 trajo el inicio de una “guerra falsa” o “de broma” en el oeste que se rompió cuando Alemania invadió Francia a través de las Ardenas, pero en el este comenzó una paz no menos falsa entre Hitler, Stalin y los países menores.

Aunque occidente no conociera las auténticas intenciones de Stalin, sus actos ilustran con claridad su determinación para participar en la Segunda Guerra Mundial antes de entrar oficialmente en ella, ya que Stalin decidiría cuándo actuar.

El Tratado de no agresión germano-soviético, el mayor logro de Stalin

El ministro de Asuntos Exteriores del III Reich, Joachim von Ribbentrop, firma el Tratado de no Agresión en presencia de Stalin.
Fotografía de Bundesarchiv

El 23 de agosto de 1939, se produce la firma del Tratado de no Agresión entre Alemania y la Unión Soviética. El documento no fue firmado en Berlín, sino en Moscú, un dato muy elocuente sobre la autoría intelectual del reparto de Polonia. 

También hay que fijarse en la foto: tenemos por un lado al ministro de Asuntos Exteriores del III Reich, Joaquim Von Ribbentrop, hombre con el cargo adecuado para la firma de un documento importante entre dos países. Pero la firma del representante soviético en el documento secreto que aprueba la división de Polonia no lo firma Molotov, ministro de exteriores soviético, sino el camarada Stalin.

Aunque parezca sorpendente, Stalin en esos momentos solo era Secretario general del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética, no era ni jefe de gobierno, ni primer ministro ni ocupaba ningún cargo de responsabilidad por el que se le pudieran imputar los crímenes que cometió contra su pueblo.

En resumen, la firma de Stalin en un documento así no tiene ninguna validez legal. Otro dato cuanto menos curioso, es el tamaño de la firma que Stalin dejó impresa en aquel documento, que puede indicar a los expertos en psicología muchas cosas y una de ellas puede ser que Stalin estaba de muy buen humor. 58 centímetros de firma pueden constituir un récord mundial.

Este fue el logro más destacado en la historia de la diplomacia soviética ya que según se desarrollaron los acontecimientos diez días después, la guerra la había empezado Hitler, ya que Stalin “no estaba preparado”. Este hecho favorecía a la URSS desde el punto de vista militar, político y moral.

Con este pacto, Stalin desató las manos de Hitler, le dio libertad de actuación y, básicamente, hizo posible que la Segunda Guerra Mundial estallara.

El Tratado fronterizo germano-soviético fue un segundo protocolo suplementario en el marco del Pacto Molotov-Ribbentrop del 23 de agosto. Era una cláusula secreta publicada el 28 de septiembre de 1939. Esta foto del documento fue tomada por la defensa de von Ribbentrop y Hermann Göring en los Juicios de Nuremberg en 1946.

Agresores y agredidos

Por sus acciones sobre Polonia, Reino Unido, Francia y sus aliados declararon a la guerra a Alemania, lo que internacionalizó definitivamente el conflicto. Mientras tanto y ante la indiferencia del mundo, Stalin permanecía “neutral” limpiando de terratenientes y enemigos del proletariado los países que el dictador iba agregando a la familia de los pueblos soviéticos.

Diez días después de la firma del acuerdo germano-soviético, Alemania ya estaba librando una guerra en dos frentes, una situación en la que solo podía perder. Por su parte, la URSS había ganado la guerra diez días antes de que Alemania invadiera Polonia.

Mientras Hitler arrasaba Europa, Stalin fue acumulando las mayores unidades militares de la historia en las fronteras occidentales de la Unión Soviética, que apuntaban a la espalda de Hitler mientras éste miraba al canal de la Mancha.

Stalin supo dividir a sus enemigos y enfrentarlos entre sí mientras él fingía ser neutral. A pesar de todo, la Unión Soviética contó con el apoyo incondicional del Reino Unido y los EEUU en la forma de material bélico y suministros de todo tipo. Ahí está la astucia de Stalin, líder de un país que logró utilizar a Occidente para la defensa y el fortalecimiento de su dictadura.

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