Un mapa de 500 años que usó Colón desvela sus secretos

El descubrimiento de textos nuevos abre la cápsula del tiempo de uno de los mapas más influyentes de la historia.

Por Greg Miller
Publicado 9 oct 2018, 12:24 CEST

Este mapa de 1491 es el mapa mejor conservado del mundo tal y como lo conocía Cristóbal Colón cuando emprendió su viaje a través del Atlántico. De hecho, es probable que Colón usara una copia del mapa para planificar su travesía.

El mapa original, creado por el cartógrafo alemán Enrique Martelo, estaba cubierto de decenas de leyendas y fragmentos de texto descriptivo, todo en latín. La mayor parte se ha borrado con el paso de los siglos.

Pero ahora, un equipo de investigadores ha empleado tecnología moderna para desvelar gran parte de su texto ilegible. En el proceso, han descubierto nuevas pistas sobre las fuentes a las que recurrió Martelo para elaborar su mapa y han confirmado la gran influencia que ejerció sobre mapas posteriores, entre ellos un famoso mapa de 1507 de Martin Waldseemüller, el primero en usar el nombre de «América».

Martelo y Colón

Chet Van Duzer, el especialista en mapas que dirigió el estudio, cuenta que, pese a la creencia popular, los europeos del siglo XV no pensaban que Colón navegaría más allá del borde de una Tierra plana. Pero su comprensión del mundo era bastante diferente de la nuestra, algo que refleja el mapa de Martelo.

Su representación de Europa y el mar Mediterráneo es más o menos precisa, o al menos reconocible. Pero el sur de África tiene una forma inusual de bota, con el dedo apuntando al este, y Asia también está torcida y ha perdido su forma. Según Van Duzer, la gran isla del Pacífico sur en la ubicación aproximada de Australia debió haber sido un golpe de suerte, ya que los europeos no descubrirían el continente hasta un siglo después. Martelo llenó el Pacífico sur con islas imaginarias, compartiendo aparentemente la aversión por los espacios vacíos tan habitual entre los cartógrafos de la época.

Otra peculiaridad de la geografía de Martelo ayuda a vincular este mapa al viaje de Colón: la orientación de Japón. En la época en la que se elaboró el mapa, los europeos sabían que Japón existía, pero no sabían mucho sobre su geografía. Los diarios de Marco Polo, la mejor fuente de información de la que disponemos sobre Asia oriental, no dicen nada respecto a la orientación de la isla.

El mapa de Martelo lo muestra de norte a sur. Correcto, pero sin duda otro golpe de suerte, según Van Duzer, ya que ningún otro mapa de la época muestra Japón orientado claramente en esta dirección. El hijo de Colón, Hernando, escribió más adelante que su padre creía que Japón estaba orientado de norte a sur, lo que indica que es probable que utilizara el mapa de Martelo como referencia.

Cuando Colón tocó tierra en las Indias Occidentales el 12 de octubre de 1492, empezó a buscar Japón, creyendo que había logrado su meta de encontrar una ruta a Asia. Es probable que estuviera convencido de que Japón se encontraba cerca porque había viajado casi la misma distancia que el mapa de Martelo sugiere que existe entre Europa y Japón, según argumenta Van Duzer en un nuevo libro que detalla sus hallazgos.

Van Duzer explica que es razonable especular que, mientras Colón navegaba hacia la costa de Sudamérica y Centroamérica en viajes posteriores, imaginaba estar navegando por la costa de Asia tal y como estaba representada en el mapa de Martelo.

Restaurar una cápsula del tiempo

Este mapa mide aproximadamente un metro por 1,8 metros. Un mapa tan grande habría sido un lujo, probablemente encargado por un miembro de la nobleza, pero no figura ningún escudo o dedicatoria que indique la identidad de dicha persona. Una persona anónima lo donó a la Universidad de Yale en 1962 y permanece en la Biblioteca Beinecke de libros raros y manuscritos de la universidad.

Con el paso del tiempo, gran parte del texto se había borrado y casi no se distinguía del fondo, lo que imposibilitaba su lectura. Pero en 2014, Van Duzer obtuvo una beca del National Endowment for the Humanities de los Estados Unidos que le permitió a él y a un equipo de colaboradores emplear una técnica llamada imagen multiespectral para tratar de desvelar el texto oculto.

El método implicaba sacar cientos de fotografías del mapa con diferentes longitudes de onda de luz y procesar las imágenes para hallar la combinación de longitudes de onda que mejorase la legibilidad de cada parte del mapa (puedes ver el mapa interactivo creado por uno de los colegas de Van Duzer aquí).

Muchas de las leyendas del mapa describen las regiones del mundo y a sus habitantes. «Aquí se encuentran los Hipópodos: tienen forma humana, pero poseen patas de caballo», reza uno de los textos antes ilegibles sobre Asia central. Otro describe «monstruos similares a humanos cuyas orejas son tan grandes que pueden cubrir todo su cuerpo». Muchas de estas criaturas fantásticas pueden atribuirse a textos escritos por los antiguos griegos.

Sin embargo, según Van Duzer, la revelación más sorprendente se produjo en el interior de África. Martelo incluyó numerosos detalles y colocó nombres que podrían atribuirse a la delegación etíope que visitó Florencia en 1441. Van Duzer explica que no conoce ningún otro mapa europeo del siglo XV que tenga tanta información sobre la geografía de África, por no hablar de la información derivada de los nativos africanos en lugar de los exploradores europeos. «Me dejó impresionado», afirma.

La imagen también respalda la hipótesis de que el mapa de Martelo fue una fuente importante para dos objetos cartográficos aún más famosos: el globo terráqueo más antiguo preservado, creado por Martin Behaim en 1492, y el mapamundi de 1507 de Martin Waldseemüller, el primero que empleó la denominación «América» para los continentes del hemisferio occidental. (En 2003, la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos compró el mapa de Waldseemüller por una cantidad récord de 10 millones de dólares.)

Tras comparar ambos mapas, Van Duzer descubrió que Waldseemüller había copiado libremente textos de Martelo. La práctica era habitual por aquel entonces; de hecho, el propio Martelo parece haber copiado los monstruos marinos de este mapa de una enciclopedia publicada en 1491, una observación que contribuye a la datación del mapa.

Pese a sus rasgos comunes, los mapas de Martelo y Waldseemüller tienen una diferencia clara. Martelo representa Europa y África casi en la esquina izquierda de su mapa, con agua bajo ambos continentes. El mapa de Waldseemüller se extiende más al oeste y representa nuevas tierras al otro lado del Atlántico. Solo habían transcurrido 16 años entre la elaboración de ambos mapas, pero el mundo había cambiado para siempre.

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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