Estos monstruos imaginarios han provocado pesadillas por todo el mundo

Los monstruos pueden parecer cosa del pasado, pero durante eones los humanos los han usado para comprender lo inexplicable.

Por Sydney Combs
Publicado 31 oct 2019, 16:10 CET

Quizá pienses que no crees en monstruos —y que, claro está, no te dan miedo—, pero los monstruos son fundamentales para la comprensión del mundo por parte de los humanos. Durante eones, cuando la gente se topaba con fenómenos naturales o científicos que no comprendían, se han inventado un monstruo para explicarlos.

Un ejemplo son los fósiles. Hace unos 2000 años, los mineros de oro escitas del desierto de Gobi se encontraron con esqueletos con picos, garras y omóplatos anchos que sobresalían de la arena. No podían imaginarse a qué criatura pertenecían aquellos huesos, así que se inventaron una: el grifo, medio águila, medio león y un defensor feroz del oro oculto. (Es probable que lo que encontraron fuera un Protoceratops.)

En otros casos, los monstruos eran los culpables de los terremotos. Las tribus del Pacífico Noroeste hablaban de grandes batallas que abrían y sacudían la tierra y señalaban a A‘yahos, un cambiaformas que adoptaba la forma de una serpiente gigante. Los lugares mencionados en los cuentos siguen estrechamente la falla de Seattle, lo que ha permitido a los científicos datar fenómenos geológicos y descubrir seísmos antiguos.

En Japón, el terror de los temblores era un siluro o pez gato gigante llamado Namazu, que sacudía el suelo cada vez que se movía. De hecho, muchas personas aún creen que estos peces pueden predecir los terremotos, un saber popular que está respaldado por investigaciones. En al actualidad, el logo del sistema de alerta temprana de terremotos japonés es un siluro.

Aunque la mayoría de las criaturas del mundo antiguo ya no nos aterrorizan, aún inventamos monstruos que representan inquietudes modernas. A principios de año, un híbrido de gallina y mujer llamado Momo aterrorizó Internet y provocó el miedo de que indujera a los niños al suicidio como parte de un desafío, al igual que en el caso del «Tide Pod challenge», el desafío de consumir detergente para la ropa tóxico. Los troles que antes acechaban bajo los puentes husmean en las redes sociales modernas.

Los monstruos que creamos seguirán atormentándonos si los humanos seguimos empujando los límites del mundo conocido.

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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