La nominación al Óscar de The Cave pone de manifiesto la difícil situación de los sirios y la valentía de una médica

La médica que dirigió el hospital subterráneo espera que el premio contribuya a exponer las atrocidades que presenció durante la guerra civil siria.

Por Sydney Combs
Publicado 4 feb 2020, 11:26 CET
Dra. Amani Ballour
Tras dirigir un hospital subterráneo durante la guerra civil siria, la Dra. Amani Ballour espera que el documental nominado al Óscar «The Cave» ayude a otros a dar testimonio de la devastación que ha sufrido su país. «[El documental] es nuestro testimonio de los crímenes contra la humanidad», declaró Ballour.
Fotografía de Eslah Attar, National Geographic

Este domingo, la Dra. Amani Ballour asistirá a la mayor fiesta de Hollywood, pero la médica siria se encogió de hombros cuando admitió que aún no tiene un conjunto para la alfombra roja de los Óscar. Aunque Ballour es la protagonista del documental The Cave, nominado al Óscar, le interesa más llamar la atención sobre la crisis en Siria.

El documental de National Geographic «es nuestro testimonio de los crímenes contra la humanidad. Es nuestra verdad de lo que ocurrió y lo que sigue ocurriendo. Todo el mundo conoce los Óscar. Verán este documental y sabrán la verdad», declaró Ballour el domingo, poco después de llegar a Estados Unidos.

En The Cave, el director Feras Fayyad y las productoras Kirstine Barfod y Sigrid Dyekjær siguieron a la joven médica y a su plantilla durante más de dos años mientras trataban a hasta 5000 pacientes al mes en un hospital improvisado excavado en las profundidades de la tierra durante la guerra civil siria. Cuando su localidad natal, Guta Oriental, fue asediada y bombardeada, quedó en manos de Ballour —primera mujer directora de un hospital sirio— decidir cómo racionar los escasos víveres, suministros y medicinas.

Durante más de ocho años, Siria ha quedado devastada bajo el régimen del presidente Bashar al Asad. Se estima que la guerra se ha cobrado más de 380 000 víctimas y herido a hasta dos millones de personas.

«Vi a niños hambrientos, malnutridos, con muchas infecciones y sin medicinas. Yo sufría. Los veía continuamente y no podía ayudarlos», contó Ballour. El documental narra algunas de las atrocidades más desgarradoras de la guerra, como el ataque químico de 2013, que mató a 1400 personas. Muchas de las víctimas eran niños.

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    The Cave se estrenará el domingo 9 de febrero, a las 20:00 horas en National Geographic, en versión original subtitulada al español. Dirigido por Feras Fayyad, nominado anteriormente por Last Men in Aleppo, este documental ofrece una conmovedora estampa de coraje, resistencia y solidaridad femenina en la guerra de Siria.

    Como miles de personas afectadas por la guerra de Siria, Ballour huyó a Turquía en 2018. En los dos años siguientes a verse obligada a huir de Guta Oriental, Ballour se ha casado, ha protagonizado un documental de renombre internacional, ha creado una fundación y ahora está viajando por el mundo.

    El domingo, en su primera visita a los Estados Unidos y tras el vuelo más largo de su vida, Ballour, de 32 años, comenzó un tour de una semana de Nueva York a Los Ángeles en el que creará conciencia sobre The Cave y el ambiente que la inspiró. Más adelante, se reunirá con sus colegas en la conferencia de la Sociedad Médica Sirio-Estadounidense en Florida para trabajar en su último proyecto —que combina su pasado y el éxito del documental— para poder seguir ayudando a quienes lo necesiten. Ballour ha fundado Al Amal, o Esperanza en árabe, una organización que ayudará a las mujeres en zonas de conflicto.

    «Quería apoyar a los niños porque los niños me gustan. Pero no puedes apoyar a los niños sin apoyar a las mujeres». Para muchos, la crisis continúa.

    En Idlib, el último bastión de la oposición en Siria, los combates se han intensificado y han dejado a 520 000 personas desplazadas desde diciembre de 2019. Según Naciones Unidas, desde Año Nuevo han cerrado al menos 53 centros sanitarios.

    Ballour se identifica con las mujeres que viven en estas condiciones. Con Al Amal, espera poder ayudarlas a obtener una educación, buscar trabajo y finalmente conseguir independizarse. Es el tipo de apoyo del que Ballour se hubiera beneficiado cuando dirigía el hospital.

    Inspirada en su trabajo como médica durante el asedio de Guta Oriental, Ballour ha creado una fundación para ayudar a las mujeres en zonas de conflicto. La organización Al Amal, o «Esperanza» en árabe, ayudará a las mujeres a encontrar trabajo, mantener a sus familias y lograr su independencia.
    Fotografía de National Geographic Documentary Films

    «Cuando estaba allí, necesitaba apoyo», explicó Ballour. «Era la primera mujer que dirigía el hospital y todo el mundo me criticaba y hablaba sobre mí. Estaba frustrada y enfadada constantemente e intenté demostrarles que podía hacerlo y que podía estar allí. Pero ahora puedo apoyar a otras mujeres. Ahora soy fuerte. Me siento fuerte porque mucha gente ve este documental y me conoce y cree en mí».

    Aunque Ballour espera que la gente se informe sobre las atrocidades cometidas en Siria cuando vea el documental, ella solo ha podido ver The Cave una vez. Volver a ver el frente le recuerda lo lejos que está del trabajo de salvar vidas.

    «Cuando lo vi, lloré, porque cuando estábamos allí éramos felices pese a los bombardeos y el hambre. Ayudábamos a la gente. Hacíamos cosas importantes y al hacerlo me sentía feliz y satisfecha. Pero me resulta muy duro estar fuera de Siria y saber lo que sigue pasando», contó Ballour.

    El documental de 90 minutos ha recibido galardones durante su recorrido por varios festivales de cine. The Cave ganó el premio del público en el Festival Internacional de Cine de Camden y el premio al mejor guion en los premios de la Asociación Internacional de Documentales. Este fin de semana, el equipo sabrá si obtiene el premio más prestigioso: un Óscar al mejor documental en la 92ª edición de los premios de la Academia. Los miembros de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas —9000, según algunas estimaciones— podrán votar hasta hoy, 4 de febrero. Los miembros, todos ellos profesionales de la industria cinematográfica, votarán su película favorita de cada categoría.

    Contra todo pronóstico, muchos miembros del equipo médico y del equipo del documental estarán en Los Ángeles para asistir a los premios. La embajada estadounidense en Dinamarca denegó un segundo visado a Fayyad, al que habían concedido un visado de tres meses en septiembre, cuando lo solicitó en diciembre. El agente de la embajada explicó que se la denegaron por la prohibición de viajar instituida por una orden ejecutiva, según informa Deadline. La prohibición impide la entrada de ciudadanos sirios y de otros 12 países a los Estados Unidos. La negativa impidió que Fayyad recibiera el premio al mejor guion y que ejerciera de juez en el Festival de Cine de Sundance. También amenazó con impedir que asistiera a los Óscar este fin de semana.

    Al director de «The Cave», Feras Fayyad, al que vemos grabando en Idlib, Siria, le denegaron un visado para entrar a Estados Unidos en diciembre. Con la ayuda de la comunidad cinematográfica, Fayyad llegó a Estados Unidos a tiempo para asistir a la 92ª edición de los Óscar.
    Fotografía de National Geographic Documentary Films

    Como respuesta, la comunidad de creadores de documentales envió una carta con más de 800 firmas al Secretario de Estado estadounidense Mike Pompeo exigiendo un visado para Fayyad. «Feras es un superviviente de la tortura a manos del régimen sirio. Se le ha denegado la entrada a los Estados Unidos solo por el lugar donde nació. Se le ha denegado alzar la voz para hablarnos por miedo», reza la carta.

    Gracias a este torrente de apoyo, a Fayyad le concedieron un visado y llegó a Estados Unidos el 26 de enero, a tiempo para la comida de nominados a los Óscar del día siguiente.

    Para Ballour, decidir asistir a los Óscar fue fácil, pero conseguir su visado, no tanto. «La embajada [estadounidense] dijo: “Como usted es de Siria, deberíamos denegarle el visado. Pero como tiene invitaciones ya veremos”». Dos días después, la llamaron. La embajada le había concedido un visado por la firmeza de las recomendaciones de National Geographic, que presentó el documental, y de los médicos de la Sociedad Medica Sirio-Estadounidense.

    Para Ballour, el visado es agridulce porque no pudo conseguir uno para su marido. Si lo hubieran solicitado juntos, Ballour cree que se lo habrían denegado. Sin embargo, para su sorpresa, varios excolegas suyos consiguieron visados y se reunirán con ella en Los Ángeles. El grupo no se ha visto desde que el documental se encontraba en fase de producción.

    Fayyad, que en 2018 fue nominado a un Óscar por Los últimos hombres en Alepo, explicó que sacó la inspiración para The Cave de su madre y las dificultades a las que se enfrentó como mujer en Siria. El proyecto comenzó con rodajes en siete hospitales. No tardó mucho en descubrir que el trabajo de la Dra. Ballour sería la mejor forma de mostrar los crímenes contra la humanidad que se perpetran en Siria, así como la fortaleza y la resiliencia del pueblo.

    «Cuando la conocí, era inspiradora, era una luchadora, era muy fuerte», cuenta Fayyad. «Crecí en una familia numerosa, siete hermanas, 14 tías. Mi madre es kurda. Ya había visto la historia de las mujeres y la injusticia en mi sociedad. Sentí que era mi responsabilidad hacer algo. Sentí pena por la historia que me había contado mi madre».

    Mientras Ballour recorre el mundo, lamenta las atrocidades que siguen ocurriendo. «Los campamentos están llenos, la gente no sabe a dónde ir», contó Ballour. «No tienen nada, ni comida, ni sanidad, ni educación para los niños».
    Fotografía de Eslah Attar, National Geographic

    Fayyad envió a dos cámaras para que siguieran a Ballour durante dos años que capturaron los retos cotidianos de la médica. Sin embargo, el propio documental también planteó retos para Ballour.

    «Cuando la gente veía que me seguían las cámaras, hablaba mucho. Tenemos una cultura en contra de las mujeres; las mujeres deben quedarse en casa, casarse y tener hijos», explicó Ballour. «Así que no fue fácil que me viera toda Siria».

    Su papel en el documental le ha dado mucha visibilidad, lo que la pone en peligro. «Era muy peligroso estar en Siria y que me conocieran», afirmó.

    Hoy, el miedo y la ansiedad persisten. «Estoy en lugares seguros, pero no me siento segura», declaró Ballour desde un hotel de Nueva York. «No tengo miedo, pero la seguridad es una sensación especial que llevas dentro. No depende del todo del lugar. No me siento segura, estoy estresada constantemente».

    «Pienso mucho en lo que pasó y lo que sigue pasando. Me sentiré segura cuando dejen de bombardear y la gente regrese a sus casas y cuando todos estén libres».

    Entretanto, su marido y ella han solicitado asilo en Canadá, donde esperan seguir formándose y buscar nuevas oportunidades.

    Ballour dijo que, pase lo que pase, ni el régimen ni Rusia podrán parar la verdad. Con el estreno del documental, sabe que ha sacado a la luz la realidad de la situación. Aunque la silencien, «no pueden matar la verdad». Espera que el Óscar traiga consigo algún tipo de cambio a su amada patria. Para ella, eso sí sería ganar.

    Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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