Hanuman buscando hierbas raras para curar a Lakshmana, el hermano menor de Rama

¿Quién es Hanumân, el dios hindú con cara de mono que inspiró 'Monkey Man'?

Las hazañas épicas de Hanumân, un ser con cuerpo de hombre y cara de mono, se han contado durante siglos, y su leyenda sigue viva en una nueva película de Dev Patel.

Un mural de un templo tailandés muestra a Hanuman buscando hierbas raras para curar a Lakshmana, el hermano menor de Rama.

Fotografía de David Henley, Pictures From History, Bridgeman Images
Por Aarohi Sheth
Publicado 10 abr 2024, 11:59 CEST

Hanumân tiene cara de mono y cuerpo de hombre, una corona dorada y una larga cola que le sigue en todos sus movimientos. A menudo se representa al dios hindú con el pecho abierto para revelar una imagen de Rama, la encarnación del dharma y la séptima encarnación del dios Vishnu, el dios de la conservación y el tiempo.

Después de miles de años, Hanumân sigue siendo venerado en la cultura hindú actual. La nueva película Monkey Man se inspira en la leyenda de Hanumân, con el personaje de Dev Patel encarnando la lealtad y devoción del dios mientras venga la muerte de su madre.

También conocido como Maruti, Bajrangabali y Ajaney, Hanumân es mucho más que un dios mono: es el dios del valor, la fuerza y la autodisciplina. Hanumân desempeña un papel central en el Ramayana, una de las mayores epopeyas antiguas jamás escritas.

El Ramayana, atribuido al sabio Valmiki, es el texto más antiguo que hace referencia al dios mono. Los eruditos estiman que se escribió hacia el siglo III a.C. La epopeya sigue al príncipe exiliado Rama en su viaje a través del océano para rescatar a su esposa Sita del malvado rey Ravana.

Hanumân protagoniza muchas historias en el texto, pero quizá su hazaña más conocida sea liderar un ejército de monos para ayudar a Rama a rescatar a Sita. Hanumân también se menciona en la epopeya Mahabharata y en los puranas, un género literario hindú que abarca leyendas y otras tradiciones.

El Hanumân Purana, la historia del nacimiento de Hanumân, nombra a Vayu, el dios del viento, como padre del dios mono. La madre de Hanumân, Anjana, era una apsara (una especie de ninfa o hada) que fue transformada en mono por un sabio enfadado. El sabio dijo que Anjana podría volver a su forma original si daba a luz a un hijo poderoso. Tuvo éxito con Hanumân, cuya fuerza aparecía desde la infancia.

En una de las historias más conocidas de Hanumân, éste salta al cielo al amanecer, pensando que el sol es una bola amarilla o una fruta madura.

En el Ramayana de Valmiki, el rey de los dioses Indra golpeó al dios mono con su rayo para derribar a Hanumân del cielo. El rayo le golpeó en la mandíbula y cayó muerto a la Tierra. Vayu, enfadado por lo que Indra hizo a su hijo, se llevó todo el aire de la Tierra, dejando que todos los seres vivos sufrieran. Sólo cuando Shiva, el dios del tiempo y la destrucción y una de las principales deidades del hinduismo, resucitó a Hanumân, Vayu devolvió el aire al planeta. Indra, al darse cuenta de su error, concedió a Hanumân el deseo de que su cuerpo fuera tan fuerte como su vajra (rayo), y también le concedió inmunidad a los rayos.

Otros dioses también han concedido deseos a Hanumân, incluyendo inmunidad adicional al daño del fuego, el viento y el agua. También le concedieron la inmortalidad, lo que le permitió convertirse en un guerrero fuerte y hábil que desempeñó un papel crucial en el Ramayana. La versión de Valmiki del Ramayana cuenta cómo, durante una batalla, Hanumân cargó con una montaña entera desde el Himalaya sólo para entregar unas hierbas con las que curar a los soldados en el campo de batalla.

A pesar de sus éxitos y su condición de inmortal, Hanumân se caracteriza por su humildad y desinterés, completamente entregado a Rama a lo largo del Ramayana, el Mahabharata y los puranas.

Una hembra de langur Hanuman (Semnopithecus entellus) y su cría sentadas en los bosques subtropicales de hoja ancha del Himalaya, en el centro de Bután.

Fotografía de Marcus Westberg

La importancia de los animales en el panteón hindú

En las representaciones populares, Hanumân suele aparecer como un mono con la cara roja, color que representa su devoción por Rama. Los langures Hanuman (o comunes) son nativos del subcontinente y se consideran sagrados. La coloración oscura de sus caras y manos recuerda las quemaduras que Hanumân sufrió en sus aventuras.

Los animales ocupan un lugar venerado en el panteón hindú. Ganesh, el dios de la prosperidad y la sabiduría tiene una cabeza de elefante, y Narasimha y Hayagriva, los respectivos avatares de Visnú con cabeza de león y caballo, son ejemplos aún más destacados de identidades dios-animal.

"Los límites entre dioses, animales y humanos son maleables y fluidos", afirma Ankur Barua, profesor titular de Estudios Hindúes en la Universidad de Cambridge (Reino Unido); "puede haber sacralidad no sólo en la forma humana, sino en las formas animales y vegetales, en todas las formas de seres vivos".

(Relacionado: Así es la ciudad perdida del Dios Mono en Honduras)

Hanumân en las comunidades indocaribeñas

Para las comunidades indocaribeñas, los relatos de Hanumân y Rama tienen eco en la historia.

A pesar de que Rama se vio obligado a vivir en el exilio, Hanumân siguió siendo un fiel devoto. "Como somos un pueblo que fue desplazado de su tierra natal y enviado al Caribe, conectamos con la historia de forma diferente y vemos a Hanumân como la personificación de un devoto", afirma Vinay Harrichan, fundador de Cutlass Magazine, una publicación dedicada a la comunidad indocaribeña.

Las dualidades de Hanumân, paz y ferocidad, alegría y protección, también reflejan la historia indocaribeña. "Cuando [el hinduismo] llegó al Caribe, se convirtió de repente en una religión minoritaria con el colonialismo y el impacto de los misioneros", dice Harrichan; "una cosa que siempre fue central en el hinduismo indocaribeño es que somos un pueblo pacífico, cariñoso y que acepta, pero también somos feroces a la hora de proteger nuestras creencias y las cosas que consideramos sagradas".

Todos los años, la mayoría de los hogares hindúes indocaribeños celebran una puja de Hanumân, rezando por la prosperidad y la salud. Como parte del ritual, erigen una bandera roja en su propiedad, mostrando que Hanumân ha bendecido a la familia y la tierra.

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    Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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