La nueva madurez; anatomía de lo que supone ser un milenial de mediana edad

Esta generación no cumple los criterios de "edad adulta" de sus padres, pero eso no es necesariamente malo.

Por Alissa Greenberg
Publicado 22 abr 2024, 14:56 CEST, Actualizado 30 abr 2024, 10:56 CEST
MIllenials, preocupados pero libres

Los llamados millenials empiezan a formar una familia más tarde y tiene más deudas que le impiden comprar una casa. Sin embargo, al perder estos marcadores tradicionales de la edad adulta, los millennials han ganado una nueva libertad, afirma un experto.

Fotografía de KNSY, Picture Press, Redux

Para hacerse una idea de cómo ha cambiado la mediana edad en el mundo occidental, basta con echar un vistazo a la comedia de 1991 El padre de la novia, en la que los actores Steve Martin y Diane Keaton interpretan a padres de unos 40 años. La conversación en torno a un tuit viral de 2022 en el que se denunciaban esas representaciones coincide en gran medida: sea cual sea el ideal de mediana edad de la película, no se parece al de los 40 años de hoy en día.

Sí, la mediana edad es diferente ahora: en la moda, en la actitud juvenil y en los fríos y duros números. La mayoría de los días, sin hijos, sin marido, sin hipoteca, no me considero una "verdadera" adulta a los 37 años, al menos no del calibre de Keaton-Martin. Claro, algunas personas de mi generación pronto tendrán hijos con edad suficiente para casarse. Pero muchos acaban de tener sus primeros hijos (la edad media de las madres que dan a luz aumentó a los 30 años entre 1990 y 2019) o, como una quinta parte de los adultos, no planean tener hijos en absoluto.

A medida que los milenials llegan a la mediana edad, las difíciles realidades financieras y culturales nos dejan a muchos de nosotros con una sensación similar de que no estamos viviendo a la altura de los estándares de la edad adulta moderna. Pero las ideas cambiantes sobre el envejecimiento también están dando forma a nuestro comportamiento en la mediana edad de nuevas maneras, creando más espacio para los logros y la aventura.

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La presión económica retrasa la formación de una familia y la adquisición de una vivienda

Reescribir las reglas del desarrollo no es nada nuevo para los millennials. Ya a principios de la década de 2000, los científicos sociales observaron que los milenials más mayores (los nacidos en torno a 1981, aunque el año exacto de corte sigue siendo objeto de debate) no alcanzaban los hitos típicos de terminar los estudios, conseguir trabajo, casarse y tener hijos, dice Karen Fingerman, profesora de desarrollo humano en la Universidad de Texas en Estados Unidos y directora del Consorcio de Envejecimiento y Longevidad de Texas.

Casi cuarto de siglo después, seguimos retrasando tanto el matrimonio como la maternidad, afirma Carolina Aragão, que estudia las tendencias sociales y demográficas en el Pew Research Center. Su investigación muestra que el porcentaje de adultos de 30 a 34 años casados ha descendido más de un 10% en las dos últimas décadas. La edad media de la primera maternidad en 2021 fue también de 27,3 años, la más alta de la historia, y otra encuesta reciente de Pew reveló que el 44% de los adultos no padres de entre 18 y 49 años planeaban seguir siéndolo.

Las presiones económicas están afectando al calendario de estos hitos. Sobre todo si tenemos en cuenta el sistema universitario estadounidense. Un informe de 2024 de la Asociación Nacional de Agentes Inmobili arios descubrió que un tercio de los milenials de más edad debe más de 40 000 dólares (unos 37 000 euros) en préstamos estudiantiles, y que retrasamos la compra de viviendas "principalmente" debido tanto a esa deuda como a los altos costes de alquiler, que nos impiden ahorrar para un pago inicial.

Entre hipotecas, asistencia sanitaria, cuidado de ancianos y niños, la mediana edad siempre ha sido cara, pero para los millennials está resultando especialmente aplastante. Según un artículo de investigadores del Center for Household Financial Stability, el ahorro de los milenials estadounidenses en 2016 fue de 23 200 dólares (poco más de 20 000 euros), un 34% menos que los ingresos esperados según las tendencias históricas.

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Los millennials se enfrentan a expectativas de una época pasada

La teoría de un fenómeno universal de "crisis de la mediana edad" ha sido desacreditada desde hace mucho tiempo, dice Margie Lachman, profesora de psicología en la Universidad de Brandeis (EE. UU.) que se centra en la mediana edad. En realidad, sólo un pequeño porcentaje de personas dicen haberla experimentado, y la crisis puede producirse a edades muy diferentes. En cambio, la mediana edad ha sido históricamente un momento para dejar de centrarse en uno mismo y centrarse en los demás, para encontrar sentido a través de convertirse en mentor de alguien o involucrándose en el activismo.

Un cambio de enfoque hacia los demás también implica hacer malabarismos con las prioridades y un aumento del estrés, dice Lachman. Durante este periodo, es probable que una persona desempeñe la constelación más amplia de papeles: padre, cónyuge o pareja, hermano, compañero de trabajo o jefe, líder de la comunidad, amigo y, a veces, incluso abuelo, dice: "La gente realmente depende de ti, tirando quizás en diferentes direcciones".

Pero la doble tendencia de los milenials a tener hijos más tarde y de los padres a vivir más tiempo intensifica este fenómeno de la "generación sándwich". Aunque la sensación de control sobre la propia vida suele alcanzar su punto álgido en la mediana edad, dice Lachman, las generaciones nacidas más recientemente se sienten progresivamente menos en control que las generaciones anteriores.

Y añade que los millennials no sólo tienen que equilibrar estos papeles, sino que también se enfrentan a la inestabilidad laboral, la agitación geopolítica, el coste de la vida y la inflación, y el auge de las redes sociales.

Entonces, ¿cómo es posible que los millennials sigamos midiendo nuestro crecimiento con parámetros de otro siglo? Fingerman y otros científicos sociales lo llaman "retraso cultural". "No es que uno 'fracasara' o no aprovechara la oportunidad", dice Fingerman; "lo que ocurrió fue que esos marcadores desaparecieron y el mundo se volvió menos estructurado".

Sin una estructura que nos apoye, pero con estas normas rezagadas, muchos millennials se quedan con una sensación de adolescencia prolongada. Por ejemplo, Anna Schumann, que a sus 38 años se siente frustrada porque su vida no parece lo bastante estable como para tener hijos. No ser capaz de alcanzar los objetivos financieros, "hace que mi crecimiento personal también se sienta atrofiado. En muchos sentidos, todavía me siento como una niña; me pregunto si eso cambiará algún día", dice.

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Cambiar los estándares de la mediana edad puede ser algo bueno

Pero, con la falta de estructura también viene una floreciente flexibilidad, y algunos millennials se sienten entusiasmados con la idea de permanecer "jóvenes" más tiempo. Los avances biotecnológicos ayudaron a aumentar la tasa de fertilidad de las madres de entre 40 y 45 años en un 132% entre 1990 y 2019, dando a las mujeres más tiempo antes de la maternidad que nunca. Datos nacionales recientes sobre tendencias sanitarias muestran que la independencia en la última etapa de la vida va en aumento, con un menor número de adultos mayores de 72 años que declaran tener necesidades de autocuidado y movilidad insatisfechas y un salto del 10 por ciento en las personas con "alta capacidad física" en ese grupo de edad (alcanzando casi un tercio) entre 2011 y 2019. El resultado es un amplio lienzo que los millennials están llenando de multitud de nuevas formas.

Una de esas formas es viajar. Radha Vyas, consejera delegada y cofundadora de la empresa de viajes para grupos de mediana edad Flash Pack, considera que la popularidad de su negocio se debe en parte a que los millennials destinan el dinero ahorrado a nuevas prioridades. Los Flash Packers suelen ser solteros y sin hijos; muchos viajan tras un despido. "La sociedad ha cambiado", dice; "ya no existe el trabajo seguro; quizá nunca quieran sentar la cabeza y quizá nunca quieran tener hijos". Entonces, se preguntan, ¿y ahora qué?

Al perder las estructuras tradicionales de la edad adulta, los millennials también han ganado una nueva libertad, dice Fingerman, dejando espacio para una versión de la edad adulta en la que "no tienes que dejar el hogar paterno para ser adulto; no tienes que casarte para ser adulto". Tomemos como ejemplo el aumento de la popularidad de la convivencia, las tendencias en desarrollo o el auge del nomadismo digital. "Si tu identidad está menos limitada por la necesidad de alcanzar un objetivo social específico, eres más libre para obtener significado de otras experiencias", afirma.

¿Y si ahora la madurez significa algo nuevo? se pregunta Fingerman. En lugar de perseguir lo que pueden parecer objetivos imposibles, tal vez signifique "ver las limitaciones de tu vida pero adaptarte a ellas", utilizar esas limitaciones para desencadenar un proceso de autodefinición y exploración.

"Si el guión no está tan claro como antes, más vale aprovecharlo, ¿no?". dice Lachman; "puede ser emocionante. Tienes la oportunidad de determinar cómo es tu propia mediana edad".

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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