Enemigos hasta los huesos: así fue la rivalidad más legendaria de la historia de la paleontología

Othniel Marsh y Edward Cope descubrieron sendos tesoros de fósiles de dinosaurios en el siglo XIX, pero se obsesionaron con destruirse mutuamente en lo que muchos llaman la Guerra de los Huesos.

Por Parissa DJangi
Publicado 22 may 2024, 10:35 CEST
Unos hombres desentierran los huesos gigantes de un mamut en Bone Cabin Quarry

Unos hombres desentierran los huesos gigantes de un mamut en Bone Cabin Quarry, una cantera de dinosaurios en Como Bluff, Wyoming (Estados Unidos). En el siglo XIX, los paleontólogos rivales Othniel Charles Marsh y Edward Drinker Cope excavaron en esta cresta rica en fósiles de dinosaurios. También fue el escenario de muchas de sus batallas en la Guerra de los Huesos.

Fotografía de Universal History Archive, Getty Images

Eran eruditos de primera, pero su épica disputa pública amenazó con destruir sus carreras.

Los estadounidenses Othniel Charles Marsh y Edward Drinker Cope fueron dos de los cazadores de huesos más prolíficos del siglo XIX. Entre los dos descubrieron más de 100 dinosaurios (entre ellos Stegosaurus, Triceratops o Lystrosaurus) en los albores de la paleontología.

Aunque ambos alcanzaron la fama y el éxito, se odiaban por ello. Su animadversión se convirtió en una guerra sin cuartel y utilizaron un arsenal de tácticas turbias para sabotearse mutuamente, como el soborno, el engaño y la difamación.

Puede que sus tácticas fueran despiadadas, pero la llamada "Guerra de los Huesos" produjo descubrimientos científicos que ayudaron a dar forma a la paleontología tal y como la conocemos.

Othniel Charles Marsh (fila de atrás, centro), posa para un retrato con el grupo de su expedición de 1872. Marsh, que descubrió 80 nuevas especies de dinosaurios, compitió con su colega paleontólogo Edward Drinker Cope en un periodo de frenéticas expediciones de búsqueda de fósiles en el oeste de Estados Unidos conocido como la "Guerra de los Huesos".

Fotografía de Alpha Historica, Alamy

La paz antes de la Guerra de los Huesos

A pesar del odio mutuo que llegaría a definir su relación, Marsh y Cope empezaron siendo amigos.

Othniel Marsh nació en Nueva York en 1831 en el seno de una familia modesta. Sin embargo, tenía un vínculo familiar importante: su tío era George Peabody, un empresario fabulosamente rico que financió la educación de su sobrino. El joven y brillante científico se graduó en Yale y ocuparía la primera cátedra de paleontología de la institución a partir de 1866.

Si Marsh nació en una posición de incertidumbre, Edward Cope llegó al mundo en 1840 plenamente seguro de su lugar en él. La familia de Cope gozaba de riqueza, prestigio y contactos en Filadelfia, y la única duda que se le planteaba sobre su futuro era si podría escapar del camino que su familia tenía pensado para él. Su padre quería que se convirtiera en terrateniente; Edward quería ser científico.

En 1863, el padre de Cope le envió a Europa. En Berlín, se hizo amigo de una estrella en ascenso en el campo de las ciencias naturales: Othniel Marsh. Como jóvenes eruditos estadounidenses en el extranjero, probablemente estrecharon lazos por su interés común en la paleontología, un campo académico relativamente joven centrado en el estudio de fósiles antiguos.

A su regreso a Estados Unidos, los dos hombres intercambiaron cartas e incluso bautizaron especies recién descubiertas con el nombre del otro. Cope bautizó una especie con el nombre de Ptyonius marshii; Marsh bautizó su propio descubrimiento con el nombre de Mosasaurus copeanus.

Sin embargo, había un problema de fondo. La paleontología era aún incipiente, y la novedad del campo alimentó una competencia entre Marsh y Cope, que intentaban autoproclamarse el líder del nuevo campo de estudio. Las prisas por hacerse un hueco en la ciencia los separaron.

Los expertos tienen diferentes teorías sobre el incidente concreto que desencadenó su enemistad. Algunos dicen que empezó en 1868, cuando Marsh visitó a Cope en una expedición de búsqueda de fósiles en una cantera de Nueva Jersey. Marsh hizo un trato a espaldas de Cope con los propietarios de la cantera para que le entregaran nuevos fósiles a él, no a Cope.

La biógrafa de Cope, Jane Davidson, fechó la disputa ese mismo año, cuando Cope publicó una descripción del Elasmosaurus platyurus, una especie recién identificada. Al reconstruir la criatura, Cope cometió un grave error: volteó la cola y el cuello del animal.

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    Tras su descubrimiento en 1867, los huesos de un Elasmosaurus fueron enviados al paleontólogo Edward Drinker Cope. Éste lo bautizó como Elasmosaurus platyurus y reconstruyó por error su esqueleto con el cráneo al final de la cola, un error que su rival Othniel Charles Marsh no le permitió olvidar.

    Fotografía de De Luan, Alamy

    Marsh llamó la atención de Cope y le restregó el error a su colega. Humillado, Cope se apresuró a comprar ejemplares de la revista que había publicado su error. Pero ya era demasiado tarde: Marsh nunca permitiría que Cope, ni la comunidad científica, olvidaran la equivocación.

    La disputa se recrudece

    El Oeste americano era tierra fértil para descubrir fósiles prehistóricos, pero no era lo bastante grande para los dos hombres. Cada uno se apresuró en rastrillar fósiles y a hacer descubrimientos mayores que los que hacía el otro.

    En 1871, Cope llegó a un yacimiento de Kansas que el equipo de Marsh había abandonado hacía poco. La excavación de Cope dio con el esqueleto de un antiguo reptil volador, y era más grande que el que había encontrado Marsh. Cope se alegró del hallazgo y Marsh se enfureció.

    A medida que su guerra se recrudecía, Marsh y Cope recurrían a diferentes métodos para socavarse mutuamente, incluyendo acusaciones de plagio, espionaje y apresurarse a publicar más que el otro. Por si fuera poco, Cope compró la revista American Naturalist y la utilizó como foro para criticar a Marsh y su obra.

    La rivalidad se intensificó cuando ambos mantuvieron equipos de excavación en Como Bluff, Wyoming, entre 1877 y 1879. Marsh incluso ordenó a su equipo que destruyera cualquier resto óseo que quedara en el yacimiento antes de partir para que Cope no pudiera hacerse con ellos.

    (Relacionado: 17 yacimientos paleontológicos que pintan el pasado de la península ibérica)

    Sabotaje político y un enfrentamiento público

    Marsh aceptó un puesto en el Servicio Geológico de Estados Unidos como paleontólogo jefe en 1882. El puesto dio a Marsh el respaldo del Gobierno para legitimar y apoyar su trabajo. También significaba que recibiría muchos fondos, mientras que Cope, al carecer de las conexiones políticas adecuadas, no los obtendría. El golpe no hizo sino empeorar la ya frágil salud financiera de Cope.

    Las peores noticias llegaron el 16 de diciembre de 1889, cuando John W. Noble, secretario del Interior de Estados Unidos, escribió una carta a Cope exigiéndole que renunciara a su colección de fósiles y la cediera a la Smithsonian Institution. Como Cope había estado trabajando con una agencia gubernamental en el momento de su recolección, alegaba Noble, esos fósiles no eran suyos.

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      Izquierda: Arriba:

      A lo largo de su ilustre carrera, Cope fue autor de 1400 artículos científicos, algunos de los cuales pueden verse aquí en su despacho. Sin embargo, su rivalidad con Othniel Marsh provocó en parte su caída: Tras años de sabotaje y acusaciones públicas, Cope tuvo que vender su colección de fósiles con pérdidas.

      Fotografía de Alpha Historica, Alamy
      Derecha: Abajo:

      Edward Drinker Cope nació en 1840 en el seno de una familia acomodada. En lugar de convertirse en terrateniente, como deseaban sus padres, se dedicó a la paleontología, campo en ciernes al que aportó muchos descubrimientos significativos.

      Fotografía de Heritage Images, Getty Images

      Cope señaló que se había gastado más de 80 000 dólares de su propio dinero para financiar las expediciones. También protestó por lo que creía que era una conspiración contra él. El nombre de Noble puede haber estado en la carta, pero Cope creía que tenía otro autor: Marsh.

      Si Marsh iba a sabotearle, Cope iba a hundir a su rival con él. Tenía un arma secreta: un alijo de notas y papeles que relataban las numerosas faltas de Marsh a lo largo de los años.

      Cope compartió el archivo con el periodista William H. Ballou, alegando que Marsh plagiaba regularmente a colegas y ayudantes y también conspiraba para canalizar fondos federales hacia sí mismo. El 12 de enero de 1890, The New York Herald publicó la historia.

      Marsh respondió con una serie de artículos en los que se defendía y lanzaba pullas contra Cope. Habían convertido un importante periódico en su ring de boxeo personal.

      El duelo en el Herald fue el punto culminante de una guerra científica de décadas. Marsh y Cope, dos mentes brillantes que hicieron una gran esfuerzo por dar forma a nuestra comprensión del mundo pasado, pero trabajaron con igual ahínco para sabotearse mutuamente. Esta disputa alimentó su trabajo. Cope fue autor de 1400 artículos científicos, y sus esfuerzos combinados con los de Marsh definieron más de 130 especies extinguidas.

      Pero les costó caro. En 1892, el superior de Marsh en el Servicio Geológico de Estados Unidos le pidió que dimitiera. Cope tuvo que vender su colección de fósiles con pérdidas pocos años antes de su muerte en 1897. La Guerra de los Huesos, y su batalla final, arruinaron a ambos hombres.

      Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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