Reliquia con la imagen de Carlo Acutis en la capilla del Liceo Notre-Dame de la Galaure, ...

¿Qué hace falta para ser santo en la era moderna?

La Iglesia católica canonizará pronto a su primer santo 'milenial', apodado "el 'influencer' de Dios". ¿Es una señal de cambio para una práctica centenaria?

La Iglesia católica ha aprobado la canonización de su primer santo milenial, Carlo Acutis, un joven adolescente italiano fallecido en 2006. Se espera que esta decisión anime a los jóvenes católicos, como los que aparecen en la foto, a asistir a la instalación de una reliquia con la imagen de Acutis en la capilla del Liceo Notre-Dame de la Galaure, en Francia.

Fotografía de Nicolas Guyonnet, Hans Lucas, Redux
Por Amy McKeever
Publicado 10 jul 2024, 11:08 CEST

Se le ha llamado el influencer de Dios. El patrón de Internet. Y ahora Carlo Acutis será el primer milennial en ser nombrado santo por la Iglesia católica romana.

El 1 de julio, el Vaticano aprobó la canonización del adolescente genio de la tecnología que murió de leucemia en 2006.

Se ha hablado mucho del anuncio, que da la vuelta a la imagen tradicional de un santo. Acutis no es una antigua figura bíblica ni un mártir religioso de las Cruzadas. Pero diseñó una página web para catalogar milagros. En otras palabras, es un santo moderno.

"La canonización tiene que ver fundamentalmente con la santidad, pero también con la relevancia", afirma Kathleen Sprows Cummings, profesora de Historia de la Universidad de Notre Dame (Estados Unidos) y autora del libro A Saint of Our Own [Un santo nuestro].

Como los jóvenes abandonan en masa la Iglesia católica, quizá no haya nadie más relevante que el primer santo milenial. "Es un santo en el que pueden verse reflejados", afirma Cummings; "ese es realmente el sentido de los santos".

Pero, ¿qué requisitos hacen falta para ser santo en la era moderna? He aquí cómo esta práctica centenaria mantiene su vigencia.

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¿Quién puede ser santo?

En la Iglesia católica, la santidad es la confirmación oficial de que una persona ha entrado en la presencia eterna de Dios; básicamente, que ha llegado al cielo por llevar una "vida heroicamente virtuosa".

Los santos no son diferentes de los demás en el cielo. El título sólo cambia la forma de venerarlos en la Tierra: la Iglesia puede erigirles santuarios o designar días en su honor, por ejemplo.

Pero no todos los que han vivido una vida heroicamente virtuosa serán declarados formalmente santos. Esto se debe a que el proceso es arduo y estratégico.

Cualquiera puede presentar una petición de santo, pero antes debe convencer a su obispo de que la causa lo merece. Además, un candidato a la santidad debe llevar muerto al menos cinco años, aunque el Papa puede hacer excepciones.

Una vez abierta una causa, los investigadores locales rastrean sus escritos y entrevistan a todos los que les conocieron para probar sus virtudes, entre ellas la fe, la esperanza, la caridad, la justicia y el valor. Si se demuestran estas virtudes (y el Papa lo ratifica), la persona es declarada "venerable".  

Es entonces cuando entran en juego los milagros. La Iglesia católica exige la prueba de un milagro para beatificar a un posible santo, lo que permite a la iglesia local venerar a una persona, una práctica que consiste en concederle honores especiales. Cuando se produce un segundo milagro en esta etapa, la Iglesia puede canonizarlo oficialmente.

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¿Qué se considera un milagro en la era de la ciencia?

En el siglo XX, el 99% de los milagros han sido médicos, escribe la médica e historiadora Jacalyn Duffin. Esto se debe a que son más fáciles de argumentar que, por ejemplo, la multiplicación espontánea de los panes y los peces.

Para probar una curación milagrosa, el Vaticano convoca a un comité de médicos para que evalúen el historial médico de un paciente y testifiquen que no había una explicación científica para la curación.

Lo más difícil de probar es que la curación sólo pudo producirse por intervención divina. Cummings dice que es más probable que la Iglesia declare un milagro si una lesión estaba más allá de toda esperanza y se curó rápidamente. Para que el posible santo se lleve el mérito, los devotos deben jurar que sólo le han rezado a él y a nadie más.

Pero incluso estos milagros son cada vez más complicados con la medicina moderna, afirma Cumming. De hecho, el requisito para la santidad solía ser cuatro milagros antes de que las reformas del Papa Juan Pablo II redujeran ese número a la mitad en 1983.

¿Qué hace relevante a un santo?

La santidad es un honor poco frecuente, en parte porque puede ser muy difícil que un caso se abra camino a través de la burocracia vaticana (por ejemplo, el Vaticano ha rechazado milagros por detalles burocráticos). Pero también tiene que ver con a quién conoces y cómo puedes ayudar a la Iglesia a seguir siendo relevante.

La santidad desempeña un papel importante en la dinamización de la feligresía católica. Los investigadores de la Universidad de Harvard (en Estados Unidos) Robert Barro y Rachel McCleary lo demostraron en su análisis de 2016 de todas las beatificaciones y canonizaciones desde 1590 hasta 2009. A medida que crecía la población protestante de una región, también aumentaba el número de santos católicos.

"Desde 1900 aproximadamente, el nombramiento de beatos parece reflejar una respuesta de la Iglesia católica a la competencia del protestantismo o el evangelicalismo", escribieron.

Entonces, ¿es la canonización de Acutis también una jugada estratégica para atraer a los milenials de vuelta a la Iglesia católica?

"Por supuesto que sí", afirma Cummings. Argumenta que esto no disminuye su santidad, sino que sólo tiene sentido ahora, cuando la brecha de edad en la religión crece en todo el mundo. Aún más revelador, añade, es que el Vaticano parece dispuesto a formalizar la decisión durante el Jubileo de 2025, un importante momento de peregrinación.

"Imagina todos los jóvenes que van a venir a esta canonización", dice Cummings; "será un mensaje poderoso".

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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