
La beluga, o ballena blanca, es una de las especies más pequeñas de ballena. Son fácilmente identificables, gracias a su peculiar color y frente prominente.
Fotografía de Brian J. SkerryLos frailecillos atlánticos pasan la mayor parte de su vida en el mar, pero vuelven a tierra para formar colonias de cría durante la primavera y el verano.
Fotografía de Roy ToftUn osezno polar de tres meses se acurruca cómodamente al calor de su madre.
Fotografía de Norbert Rosing Las escúas árticas, también llamadas cazadoras parásito, se han ganado una merecida reputación como aves pirata, ya que roban buena parte de su comida a otras aves.
Fotografía de Paul Nicklen Las osas polares, madres abnegadas, suelen parir oseznos gemelos, que permanecen con ella durante más de dos años hasta que son capaces de cazar y sobrevivir por sí mismos.
Fotografía de Norbert Rosing Una cría de foca arpa descansa en el hielo del Ártico. Su madre la distingue entre centenares de crías solo por el olor.
Fotografía de Norbert RosingEn inglés, la liebre americana se llama «snowshoe hare», que significa «liebre de zapato de nieve». Un nombre muy apropiado, ya que tiene unos pies particularmente grandes y luce un pelaje blanco en invierno. Sin embargo, en verano la piel se vuelve marrón, adaptación que tarda hasta diez semanas en completarse.
Fotografía de Michael S QuintonEl exuberante pelaje blanco del zorro ártico le proporciona calor y camuflaje en invierno.
Fotografía de Norbert Rosing Un narval recién nacido mide alrededor de metro y medio de longitud, y puede pesar entre 80 y 100 kilogramos. Los narvales suelen formar bancos de entre dos y diez individuos.
Fotografía de Flip NicklinEl hermoso plumaje blanco del búho nival le ayuda a ocultarse en el hábitat del Ártico. Solo los machos son completamente blancos. Los polluelos son oscuros y moteados, mientras que las hembras son blancas, con manchas en las alas.
Fotografía de Norbert RosingTanto la hembra como el macho de la morsa tienen colmillos, y se les ha visto ayudarse de estos dientes desproporcionados para salir del agua.
Fotografía de Bill Curtsinger