Monstruos mitológicos
Según la leyenda japonesa, el siluro o pez gato gigante Namazu vive bajo el santuario a Kashima en la provincia de Hitachi y provoca terremotos cada vez que se mueve.
Con la cara de un león, la cola de una serpiente y una espina afilada, la Tarasca aterrorizó a los habitantes de una región del sur de Francia hasta que, según la leyenda, santa Marta la domó. Cuando descubrió al dragón en el bosque devorando a un hombre, le echó agua bendita y esgrimió una cruz de madera. Tras dominar a la bestia, los lugareños la mataron.
En la leyenda árabe del marino Simbad, un ave llamada Roc levanta un elefante del suelo con las garras. La inspiración de la criatura alada gigante podría haber sido un ave prehistórica de Madagascar que medía más de tres metros.
La criatura azul con el cuchillo en la boca que adorna este escudo de plumas ceremonial podría ser el Ahuítzotl, una criatura acuática legendaria con gusto por las uñas, los ojos y los dientes humanos. Se cree que el escudo perteneció al gobernante azteca que tenía el mismo nombre que el monstruo.
En La Ilíada, Homero describe la Quimera como un monstruo que expulsaba fuego con la cabeza de un león, una cabra y una serpiente. Para matarla, el héroe Belerofonte arrojó a sus fauces una lanza con una punta de plomo. El plomo se derritió en la garganta ardiente y asfixió a la bestia.
En la mitología mesopotámica, la figura heroica de Ninurta debe enfrentarse a varios adversarios, entre ellos la cabra salvaje de seis cabezas, el rey de las palmeras y la serpiente de siete cabezas, a la que vemos en esta imagen. Se cree que Ninurta sirvió de inspiración para la leyenda griega de Hércules y las 12 pruebas que debe superar, entre ellas matar a la Hidra.