¿Por qué a los animales también les salen canas?

Los zorros plateados de Hollywood no son la única especie con canas: al menos una especie más utiliza este pelo gris como símbolo de su posición social.

Por Liz Langley
Publicado 9 nov 2017, 4:19 CET
Gorila de espalda plateada
Un gorila de montaña de espalda plateada permanece vigilante en Ruanda. Todos los gorilas de montañas que viven lo suficiente desarrollan pelo gris, pero no todos son dominantes.
Fotografía de Michael Nichols, National Geographic Creative

Las canas pueden ser una cruz o una ventaja, dependiendo de a quién preguntes.

También son comunes entre los primates, por eso nos preguntamos cuál es el propósito de que el pelo se vuelva gris entre humanos y primates. ¿Significa una falta de posición social o señala una posición social específica? Al fin y al cabo, si llegamos a los años dorados, ¿cómo es que solo tenemos una cabeza llena de pelo plateado?

En ciertas especies, el color denota una jerarquía: los mandriles macho con las caras y los traseros más coloridos son los dominantes, mientras que a las leonas les atraen más los leones con melenas oscuras, lo que también señala un nivel más alto de testosterona.

Pero solo se conoce un mamífero al que las canas le confieran una posición social: el gorila de montaña.

Los gorilas de espalda plateada

Los gorilas macho más viejos, llamados gorilas de espalda plateada, son quienes toman las decisiones en su familia.

«Los gorilas macho son de espalda negra hasta que llegan a los 12 años, cuando desarrollan el color plateado en sus espaldas», explica Don Moore, director del zoo de Oregón.

Todos los machos se convierten en gorilas de espalda plateada, pero no todos son dominantes.

La progresión hasta un papel de líder «depende de la genética, de qué hembra haya criado al joven gorila y de si ese macho sobrevive hasta convertirse en un macho dominante en el grupo», afirma Moore.

Además, a diferencia del gris con diversas tonalidades que desarrollamos los humanos, el plateado del gorila es un color fuerte y uniforme, según Moore.

Para saber más: Los gorilas se comunican con sus bebés mediante gestos

El desgaste de una larga vida

Y hablando de los humanos, nuestras canas no son una adaptación, según señala Steven Austad, experto en biología del envejecimiento en la Universidad de Alabama, en Birmingham.

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    Un chimpancé macho anciano descansa en el Parque Nacional de las montañas Mahale en Tanzania.
    Fotografía de Image Broker, Alamy

    «Es una falta de células madre en los folículos de nuestro cabello, llamadas melanocitos, que ocurre con la edad».

    Las canas no son ni una ventaja ni una desventaja para nosotros, «ya que para cuando nuestro pelo se vuelve gris, solemos haber abandonado la edad reproductiva», explica por email Lu Le, dermatólogo en el Centro Médico del Suroeste de la Universidad de Texas.

    Le fue parte del equipo que descubrió recientemente la célula que provoca la calvicie y que el pelo se vuelva blanco en ratones, un hallazgo realizado de forma accidental mientras el equipo estudiaba una enfermedad genética que hace que los tumores crezcan en los nervios.

    «No todo lo que ocurre en el cuerpo o en las células es productivo desde el punto de vista evolutivo», explica Le, añadiendo que el pelo gris representa el «desgaste» de una larga vida.

    Entre otras especies que desarrollan pelo gris a medida que envejecen se encuentran los chimpancés y los perros domésticos.

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    Las jefas de la manada

    Dejando a un lado las canas, la edad sí confiere una posición social a algunos animales hembra, incluyendo aquellos que viven en sociedades matriarcales como los bonobós o los elefantes africanos.

    Los elefantes africanos (en la imagen un ejemplar en Botsuana) son grises, pero es la edad lo que les confiere una posición social: las hembras más ancianas son quienes toman las decisiones.
    Fotografía de Beverly Joubert, National Geographic Creative

    La elefanta más anciana está siempre a cargo de la manada, y un estudio de 2011 señalaba que las matriarcas de más de 60 años tienen mejor memoria y capacidad para evaluar las amenazas que las hembras más jóvenes.

    Así que los 60 son los nuevos 40, al menos para las elefantas.

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