¿Cuántas aves hay en el mundo?

Una nueva investigación estima que hay entre 50 000 y 430 000 millones de aves en la Tierra.

Por Douglas Main
Publicado 18 may 2021, 10:34 CEST
Una bandada de palomas vuela sobre Bushwick

Una bandada de palomas vuela sobre Bushwick, Brooklyn. Pero ¿cuántas palomas hay? ¿Y cuántas aves hay? Un nuevo estudio intenta responder esa pregunta.

Fotografía de George McKenzie Jr

En 2015, en una marisma en el norte de los Everglades, el biólogo Corey Callaghan contempló una enorme bandada de golondrinas bicolores dando vueltas bajo el sol matutino. Mientras la masa de aves pasaba sobre su cabeza, Callaghan y su compañero se quedaron embelesados. ¿Cuántas golondrinas bicolores hay en esa bandada?, se preguntó. Y, ya que estamos, ¿cuántas aves hay en el mundo?

«Fue una experiencia increíble», afirma Callaghan. Sintiéndose inspirado, empezó a contar las aves de la bandada que acababa de ver: más de medio millón. Llegó hasta esa cifra fotografiándolas, contando aves en diferentes segmentos de la imagen y aumentando la escala.

Contar todas las aves del mundo sería mucho más complicado, por razones obvias, pero años después Callaghan se dispuso a convertirse en la primera persona que calculara un número concreto o, al menos, un intervalo plausible. En un nuevo estudio, él y otros dos investigadores de la Universidad de Nueva Gales del Sur, en Sídney, Australia, estiman que es probable que existan entre 50 000 millones de 428 000 millones de aves en la Tierra.

Este intervalo es amplio debido a varias incertidumbres, como la dificultad de contar miles de millones de animales pequeños que pueden volar, las áreas de distribución vastas y a menudo poco claras por las que se desplazan las aves, y la falta de datos científicos en muchas zonas del mundo.

El estudio, publicado el 17 de mayo en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, utiliza una metodología única que combina datos recabados tanto por organizaciones científicas profesionales como por científicos ciudadanos, y se refiere a un 92 por ciento de las especies de aves del mundo.

El estudio es el primer intento de estimar la población mundial de aves, especie a especie. Para Callaghan, ya era hora de llevar a cabo este recuento: «Invertimos mucho tiempo y esfuerzo en contar a los humanos, pero debemos asegurarnos de que llevamos un control de la biodiversidad con la que compartimos el planeta».

Muchos gorriones, pocas especies raras 

Según el artículo, el ave más abundante del mundo es el gorrión común, con una población de 1600 millones de aves. En segundo puesto se sitúa la golondrina común (1300 millones), seguida por la gaviota de Delaware (1200 millones), el estornino pinto (1100 millones), la gaviota hiperbórea (949 millones) y el mosquero alisero (896 millones).

Los científicos solo descubrieron unas cuantas especies superabundantes —algo que no les sorprendió— y muchas más que son raras, un patrón habitual en ecología. En total, los científicos estiman que 1180 especies de aves —un 12 por ciento del total mundial— con una población total de menos de 5000 ejemplares cada una.

Si una especie tiene una población total de menos de 2500 ejemplares, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza la clasifica como especie en peligro de extinción.

Entre estas especies poco comunes figuran el kiwi moteado mayor (población estimada: 377 ejemplares), el águila azor de Java (630) y el cernícalo de las Seychelles (menos de 100). En lo que respecta a las golondrinas que picaron la curiosidad de Callaghan, había casi 24 millones, según aprendió durante el estudio.

A modo de comparación, la población mundial estimada de pollos domésticos se sitúa en torno a los 25 000 millones de ejemplares, lo que los convierte en el ave más abundante con diferencia, pero este estudio solo analizó las aves salvajes.

No está claro cuántas aves ha perdido el mundo en las últimas décadas, pero este estudio proporciona una estimación para establecer un punto de referencia. Un estudio publicado en 2019 calculó que la población total de aves adultas en edad reproductiva en Norteamérica había disminuido en 3000 millones desde 1970.

Lucas DeGroote, investigador del Centro Poedermill de Investigación Aviar del Museo Carnegie de Historia Natural, señala que la novedad de este estudio es la forma en que combina datos profesionales y de ciencia ciudadana.

«Es muy ambicioso, es una gran iniciativa intentar averiguar cuántas aves hay en el mundo», afirma DeGroote. «Lo pensaron muy detenidamente y tomaron todas las medidas posibles para que fuera lo más preciso posible».

La fragilidad de la naturaleza 

Los investigadores utilizaron estimaciones de tres conjuntos de datos producidos por expertos de todo el mundo para las organizaciones científicas Partners in Flight, el British Trust for Ornithology y BirdLife International. Combinaron esos datos con observaciones de eBird, la mayor base de datos del mundo con información recabada por científicos ciudadanos, en este caso observadores de aves aficionados.

Los científicos descubrieron que, en muchos casos, las estimaciones de densidad y población obtenidas por los profesionales y los científicos ciudadanos eran relativamente similares. A continuación, estimaron las poblaciones de otras especies, algunas de las cuales carecían de datos profesionales amplios, introduciendo información de eBird en su modelo informático.

Los investigadores fueron los primeros en admitir que sus estimaciones conllevan mucha incertidumbre. Pero parte de la solidez del estudio es que cuantifica esta incertidumbre y proporciona intervalos amplios de poblaciones posibles para miles de aves, indica Thomas Brooks, científico jefe de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, que no participó en la investigación.

Ken Rosenberg, científico de conservación del Laboratorio Cornell de Ornitología, cree que el estudio fue «un intento audaz». Pero recomienda actuar con cautela a la hora de interpretar los datos, porque hay mucha variabilidad e incertidumbre en las estimaciones.

«Cuesta contar las poblaciones individuales de cada especie», afirma Rosenberg, por no mencionar las estimaciones globales: «En cierto modo han propuesto un desafío [a otros investigadores]: si no os gusta ese número, calculad uno mejor».

Para Brooks, este estudio ilustra lo valiosas que son muchas especies de aves y lo mucho que podrían acercarse a la extinción si aparecen nuevas amenazas.

«Nos revela la fragilidad de la naturaleza, tenemos que vigilar el medioambiente y las repercusiones que tenemos en él», afirma Brook.

DeGroote está de acuerdo. «Para trabajar en conservación, tenemos que saber cuántas [de cada especie] hay y cuál es su tendencia. Esta es una herramienta fantástica para medir las poblaciones en el futuro».

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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