Sudáfrica planea poner fin a la polémica industria de cría de leones en cautividad

El departamento de medioambiente del país dejará de emitir permisos para criar, mantener, cazar o interactuar con leones criados en cautividad.

Por Rachel Fobar
fotografías de Nichole Sobecki
Publicado 4 may 2021, 12:53 CEST
Fotografía de leones de la granja de Pienika

En 2019, se descubrió que varios leones de la granja de Pienika, en la provincia del Noroeste, padecían sarna y estaban desnutridos y descuidados. Los animales eran propiedad de Jan Steinman, que entonces figuraba como miembro del consejo de la South African Predator Association. Los defensores del bienestar de los animales señalaron que este no era un caso aislado: los leones sufrían en muchas de las más de 250 granjas de este tipo en todo el país.

Fotografía de Nichole Sobecki

Sudáfrica ha tomado medidas para poner fin a la industria de cría de leones multimillonaria, que suministra cachorros para el turismo, leones para la caza de trofeos y huesos para la medicina tradicional.

El 2 de mayo, en un comunicado, Barbara Creecy, ministra del Departamento de Silvicultura, Pesca y Medioambiente de Sudáfrica, reconoció «que la industria de cría de leones en cautividad no contribuye a la conservación y daña la reputación turística y de conservación de Sudáfrica».

Con este comunicado, el gobierno dejará de emitir permisos para criar, mantener, cazar o interactuar con leones cautivos y revocará los actuales permisos de cría. Se cree que varios factores han influido en esta decisión, entre ellos la creciente oposición pública a la industria por ser inhumana, por sus posibles vínculos entre el comercio legal e ilegal de huesos de león y porque se entienden mejor las enfermedades que pueden transmitir los animales a los humanos.

Se estima que hay entre 6000 y 8000 leones cautivos en centros privados en todo el país, pero Ian Michler, director de Blood Lions, una organización sudafricana sin ánimo de lucro dedicada a poner fin a la industria de leones cautivos, afirma que podría haber hasta 12 000.

Hay unos 2000 leones salvajes en Sudáfrica y se estima que quedan 20 000 en todo el continente. Sus poblaciones se han desplomado casi un 50 por ciento durante el último cuarto de siglo a medida que se fragmentaban sus hábitats y empezaban a escasear presas como los antílopes. Por otra parte, los leones tienen cada vez más contacto con personas de comunidades rurales, lo que tiene consecuencias mortales para ambos. Y según Creecy, el comercio legal de partes de leones criados en cautividad podría incrementar la caza furtiva de poblaciones salvajes.

Los informes sobre la industria de leones cautivos de Sudáfrica han demostrado que los animales suelen vivir en condiciones inhumanas, en espacios hacinados con una dieta deficiente y mala atención veterinaria.

Por consiguiente, el comunicado del domingo se considera una victoria tanto para los conservacionistas como para los defensores del bienestar animal. «Miles de leones de granja nacen para llevar una vida de miseria en Sudáfrica cada año en centros crueles de cría comercial», escribió en un correo electrónico Edith Kabesiime, gestora de campañas de fauna de la organización sin ánimo de lucro World Animal Protection. «Esta decisión del gobierno sudafricano es valiente. Ha dado los primeros pasos en un compromiso hacia un cambio significativo y duradero. Supone una victoria para la fauna salvaje».

En algunos centros de cría en cautividad del país, los turistas pagan por acariciar, alimentar con biberones y sacarse selfis con cachorros de león y pasear junto a animales más maduros. Los críticos afirman que este turismo interactivo provoca abuso y prácticas de cría inhumanas, como la cría rápida, que consiste en separar a los cachorros de sus madres de forma prematura para que estas puedan producir más crías.

Michler señala que muchos leones cautivos son vendidos a instalaciones de caza al final de sus vidas, donde los disparan cazadores de trofeos, a veces en cacerías «enlatadas» en zonas valladas. Los cazadores de trofeos se quedan con las pieles y las cabezas, y sus huesos suelen exportarse a Asia para su uso en la medicina tradicional.

Sudáfrica estableció un cupo anual de esqueletos de leones que podían exportarse de forma legal hasta 2018, cuando el Consejo Nacional de Sociedades para la prevención de crueldad a los animales de Sudáfrica interpuso una demanda para paralizar esta práctica. Aquel año, el gobierno casi duplicó la cuota de exportación previa del departamento, de 800 a 1500.

El Departamento de Silvicultura, Pesca y Medioambiente de Sudáfrica ha paralizado los futuros permisos para criar, mantener, interactuar con o cazar leones cautivos. También va a revocar todos los permisos de cría existentes.

Fotografía de Nichole Sobecki

Recomendaciones aceptadas 

En octubre de 2019, Creecy reunió un grupo de expertos para revisar las políticas sobre la gestión, cría, caza y comercio de elefantes, leones, leopardos y rinocerontes de Sudáfrica. En un informe de casi 600 páginas presentado en diciembre de 2020, el grupo recomendó que, además de prohibir la cría en cautividad de leones y la venta de sus partes, había que poner fin de inmediato a las cazas enlatadas y las interacciones turísticas con leones cautivos, incluidas aquellas con cachorros. También recomendó la destrucción de las reservas de huesos de leones y el sacrificio humanitario de todos los leones en cautividad. (Los animales cautivos liberados en el medio natural rara vez sobreviven porque nunca han aprendido a cazar y no han desarrollado un miedo natural a los humanos.)

Creecy y el gabinete sudafricano anunciaron que habían aceptado las recomendaciones.

Esto es «importantísimo», dice Michler. «Creemos que es un cambio importante en el planteamiento y una orden bastante clara de la ministra a todo el mundo de que esto va a eliminarse de forma gradual».

Ahora depende del parlamento de Sudáfrica convertir estas recomendaciones en ley. Debido a la cantidad de apoyo del gobierno, «no creemos que el parlamento vaya a rechazarlo», afirma Michler.

La South African Predator Association, una organización pro cría en cautividad, no respondió a nuestra solicitud de declaraciones al respecto.

Michael ’t Sas-Rolfes, conservacionista y economista sudafricano que participó en el grupo de expertos, figuraba en la minoría que defendió eliminar gradualmente la cría de leones en cautividad pero mantener el comercio de huesos de león. Defiende un «enfoque cauto» —un mercado sostenible y reformado de huesos de león obtenidos de las reservas existentes, de muertes de leones cautivos y posiblemente incluso de poblaciones salvajes gestionadas en el futuro— hasta que se sepa si puede ponerse fin al comercio «sin estimular una crisis de caza furtiva de grandes felinos». ’T Sas-Rolfes advierte que clausurar los mercados legales podría llevar este comercio a la clandestinidad, donde es más difícil vigilarlo y regularlo. «Esto cierra la última vía legal y oficial de partes del cuerpo de grandes felinos al mercado, en todo el mundo», escribió por correo electrónico. «Está por ver si eso importa o no en términos de incentivos a la caza furtiva y precios». La otra opinión minoritaria consistía en mantener la industria, pero aumentar su regulación.

Otros sostienen que, al suministrar huesos de león a países asiáticos, Sudáfrica ha incrementado la demanda. Según un informe de 2018 de la organización de supervisión del tráfico de fauna Traffic, indicios aislados sugieren que ha aumentado la demanda de productos de hueso de león en Vietnam. Esto se debe en parte a que los huesos de tigre se han vuelto cada vez más raros ante el desplome de las poblaciones salvajes hasta solo 3200 ejemplares en la actualidad. Como cuesta distinguir los huesos de león y tigre, el incremento de la demanda podría provocar más caza furtiva de ambas especies.

Neil D’Cruze, director de investigación en World Animal Protection, afirma que la posibilidad de que las prohibiciones aumenten el comercio ilegal «es un problema que no debería ignorarse, pero que tampoco puede resolverse».

El Departamento de Silvicultura, Pesca y Medioambiente también aceptó la recomendación de que Sudáfrica no reabra los comercios de marfil y cuerno de rinoceronte.

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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