Por qué no debes regalar animales en Navidad y otras malas prácticas

Ahondar hoy en día en las múltiples razones que existen para no regalar animales puede resultar sorprendente. Sin embargo, las cifras hablan por sí solas: aún es muy necesario recordarlo.

Por Cristina Crespo Garay
Publicado 1 dic 2021, 18:49 CET, Actualizado 1 dic 2021, 21:10 CET
Abandono animal

Roco observa el exterior de su chenil, asustado aún por los ladridos y el estrés propios de muchos centros de rescate abarrotados. Este cachorro de diez meses, cruce de galgo, fue abandonado en este albergue madrileño a raíz de un divorcio. 

Fotografía de Cristina Crespo Garay

“Resulta impensable que, a día de hoy, aún tengamos que decirle a la gente que no regale animales en Navidad”, afirma Lola Bernardo, fundadora de la Asociación Abrazo Animal que dirige el Centro Municipal de Protección Animal de Las Rozas de Madrid. “Sigue habiendo muchas personas que regalan mascotas. Cuando llega la Navidad, empieza a llegarnos un chorreo de petición de cachorros de gato y perro para regalar como si fueran un juguete”.

Más de 306 000 animales son abandonados en España cada año, según el estudio publicado en 2020 por la Fundación Affinity. «Cuando se dice que en España se abandona ese número, en realidad son muchísimos más que no han podido ser registrados», afirma Matilde Cubillo, presidenta de la Federación de Asociaciones Protectoras y Defensa Animal.

Víctimas de un capricho impulsivo, "al poco de terminar la Navidad, la gente vuelve a trabajar y los perros comienzan a desarrollar problemas de conducta derivados de la pérdida de impronta y la desinformación. Puedes imaginar dónde acaban”. 

“El abandono de un animal es un delito que sale muy barato”

por Helena Arce Surós
veterinaria experta en protección animal

La pérdida de impronta, provocada por los criadores que venden muy pronto a los cachorros para maximizar el beneficio, produce una falta de aprendizaje clave cuando las crías no están con la camada un tiempo mínimo de tres meses. Durante este período vital, que suele desarrollarse entre la tercera y la octava semana de vida, los animales aprenden lo más básico del comportamiento: a identificarse con su especie, a comunicarse mediante su lenguaje gestual y a reaccionar correctamente ante los estímulos que hay a su alrededor.

La importancia de continuar con su camada durante este período se basa en que todo este aprendizaje se realiza por imitación de los adultos de su especie y mediante el juego con sus hermanos. Así comprenden cómo relacionarse con su propia especie y con el entorno que les rodea para poder ser a futuro un perro sociable, seguro, tranquilo y equilibrado. 

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    Un galgo espera adopción en su chenil de la protectora Nueva Vida, en Madrid.
    Fotografía de Cristina Crespo Garay

    "La peor consecuencia de regalar seres sintientes sin haber meditado muy concienzudamente los deberes y obligaciones, es el abandono. Y el abandono de un animal de compañía es un tipo de maltrato extremadamente cruel. Y también es un delito", denuncia Helena Arce Surós, veterinaria experta en protección animal. Las consecuencias de esta mala praxis no sólo afectan al comportamiento de los animales, sino también a su salud si el criador no ha cubierto sus necesidades más básicas y al privar a los cachorros de la leche de la madre a una edad tan temprana.

    Comprados al margen de la ley

    “Muchos de los perros que se están abandonando aquí ahora están comprados en Toledo”, denuncia Bernardo. Esto se debe a que “la ley de la Comunidad de Madrid es muy buena, pero como en Toledo no hay ley, compran los perros allí con un mes de edad. Todos los que estamos recogiendo en Las Rozas están comprados en Toledo y entregados con un mes, o mes y medio”.

    Los animales, al ser entregados tan pequeños, no tienen impronta por no haber pasado los tres primeros meses con su madre. “Esa pérdida de impronta provoca muchos problemas en los cachorros, la madre tiene que estar presente en la vida del cachorro”, afirma Bernardo.

    El rol de los veterinarios también tiene un papel importante en la concienciación de la sociedad, que reciben el aumento de altas de nuevos pacientes una vez finalizadas las fiestas de Navidad. 

    "Nos podemos encontrar con casos en los que los tutores dejan entrever que el regalo fue 'sorpresa', no consensuado o incluso forzado. Ahí seguramente no ha existido una reflexión previa y puede que la familia desconozca sus deberes y responsabilidades", explica Arce, que recalca el rol de los veterinarios para que esos clientes entiendan el compromiso que han tomado. "Su animal dependerá de ellos durante toda su vida, que puede llegar a ser de más de 15 años en el caso de perros y gatos".

    A menudo etiquetados como los grandes olvidados, miles de podencos esperan hogar, como este de la protectora madrileña Fenixcan.
    Fotografía de Cristina Crespo Garay

    Otra consecuencia de la desinformación es que algunas personas se frustran ante los comportamientos del animal. "Esto es fruto de tener unas expectativas irreales respecto a lo que significa compartir la vida con estos seres sintientes", explica Arce. "Los cachorros y animales jóvenes deben aprender a convivir con el nuevo entorno, se les debe enseñar, se deben marcar límites… En definitiva, necesitan que se les dedique tiempo y mucha, mucha paciencia. Lo que nos encontramos los veterinarios es que ciertos tutores descargan esa rabia o frustración en el propio animal, afectando su bienestar y, en algunos casos, maltratando, aunque sea de manera involuntaria o inconsciente, al animal".

    Tortugas, conejos o hámsters para Navidad

    “También es muy importante el tema de los conejos, tortugas de Florida, hámsters o cobayas, que se regalan también mucho en Navidad a los niños por parte de padres que no quieren tener la responsabilidad mayor”, explica Bernardo. “Es el regalito envenenado; en la mayor parte de las tiendas que aún siguen vendiendo hámsters, no los sexan y se desentienden, y tú te llevas una pareja de hámsters y en un mes tienes que montarles un adosado”.

    El mascotismo se convierte además en un problema para la biodiversidad cuando se trata de animales exóticos, muy habituales entre pequeños mamíferos o reptiles que pueden venir incluso del tráfico ilegal de especies. “Muchas personas, cuando se cansan de ellos, los sueltan en la naturaleza sin saber que está prohibido y generando un grave desequilibrio para la fauna y la flora”.

    En el caso de la tortuga de Florida, catalogada como especie invasora en España en 2019, el abandono de estos animales en la naturaleza ha provocado que represente una gran amenaza en nuestros ecosistemas.

    "Ha sido la tortuga más popular como mascota, tal y como lo demuestran las más de 50 millones de exportaciones entre 1989 y 1997 desde los Estados Unidos", afirma la Sociedad Andaluza de Herpetología. "En España, la venta de tortugas de Florida se hizo masivamente entre los años 1991 y 1998 aunque el comercio de esta especie de reptil exótico se inició unos cuantos años antes”.

    Desmantelado en Mallorca el mayor criadero ilegal de tortugas de Europa
    La Guardia Civil ha incautado más de 1.100 tortugas marinas y terrestres en un supuesto criadero ilegal en Mallorca. Según la Guardia Civil, se trata del mayor criadero ilegal de tortugas de Europa. Entre los animales incautados se encontraban 14 de las 50 especies de tortugas más amenazadas del mundo, según Europol. El comercio de muchas de estas especies se prohíbe conforme a la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES). Los sospechosos se enfrentan a cargos de contrabando de especies protegidas y blanqueo de capitales. La investigación continúa.

    El éxito de la tortuga de Florida como mascota fue debido a su pequeño tamaño cuando era vendida en forma de cría, sus relativos fáciles cuidados y su bajo precio. La entrada de estos reptiles exóticos propició un grave problema en lagos, estanques y ríos de las zonas urbanas, donde se liberaron muchos ejemplares.

    “Hay que pedirle a las tiendas de animales que aún siguen vendiendo animales, que deben informar de las características de cada raza o de cada tipo de animal y que así no terminen abandonados porque nadie le haya explicado al señor que compra un conejo por 25 euros, que luego tiene que esterilizarlo por 100”, denuncia Bernardo.

    Un único camino: legislación y concienciación

    Las asociaciones protectoras, los centros de acogida y todas las personas involucradas en el bienestar de los animales ven "cómo cada año se abandonan cientos de miles de animales domésticos y las leyes no son capaces de frenar estos actos. El abandono de un animal es un delito que sale muy barato", denuncia Arce mientras explica que algunas personas, cuando abandonan a su animal en una protectora, creen estar dándole una segunda oportunidad.

    "Este intento por justificar el abandono de un animal no es válido, ya que, siendo este animal parte de una familia y habiendo crecido en un hogar y con una familia, sufrirá un elevado grado de estrés y tristeza al estar de pronto en un entorno totalmente desconocido. Además, no se puede saber con certeza si ese animal será capaz de adaptarse a la nueva situación o si saldrá adoptado a corto, medio o largo plazo", declara la veterinaria.

    “Esto es fruto de tener unas expectativas irreales respecto a lo que significa compartir la vida con estos seres sintientes”

    por Helena Arce Surós
    veterinaria experta en protección animal

    Para luchar contra estas consecuencias, legislación y concienciación deben luchar a un mismo nivel. El abandono está recogido como delito en el artículo 337 del Código Penal, que fue renovado en 2015 para incluirlo como delito leve o tipo atenuado. "A mi parecer, las sanciones y multas que se describen en el código penal contra el maltrato y el abandono de animales son totalmente insuficientes y, al no conllevar penas de cárcel por son inferiores a los dos años, se permite que el abandono siga siendo una auténtica lacra en nuestro país", denuncia Arce.

    La concienciación, por su parte, va de la mano de educar a la sociedad sobre las necesidades y responsabilidades que conlleva tener un animal, así como es importante denunciar casos conocidos de abandono animal. “Es dramático que esto siga ocurriendo, pero por suerte en la zona noroeste de la Comunidad Madrid cada vez pasa menos, no tiene comparación con las cifras de lugares como Toledo, Ciudad Real o Andalucía”, afirma Bernardo. Para poner solución, será necesaria una ley nacional urgente que unifique los criterios en todas las comunidades.

    Hace seis años que la Asociación Abrazo Animal comenzó a gestionar el Centro Municipal. Desde entonces ha habido una gran evolución: sus cifras rozan los 150 gatos adoptados tan solo en el mes de septiembre. Por ello, abogan por una política de gestión de los centros municipales por parte de asociaciones sin ánimo de lucro, que puedan manejar los centros con apoyo de los ayuntamientos. 

    “Aquí ya hay mucha conciencia de adoptar, porque hemos recorrido los colegios, las residencias y las universidades dando conferencias sobre ello. El cambio de mentalidad es un trabajo que hay que hacer todos los días y de la mano de la Administración", opina Bernardo. “Ahora volveremos a la Universidad Francisco de Vitoria y a dar charlas de gatos en la Universidad Complutense. La información hace que la gente se conciencie, porque el gran problema es la desinformación”. En España todavía queda mucho camino por recorrer en protección animal, y las cifras nos indican la necesidad de recordar la importancia crucial de no regalar nunca un animal.

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