¿Cuándo debemos ayudar a un animal y cuándo debemos dejarles en paz?

La buena intención no es siempre lo que cuenta, sobre todo cuando se trata de crías de animales. Esto es lo que debes hacer (y lo que no debes hacer) si ves una criatura que crees que puede estar en peligro.

Por Dina Fine Maron
Publicado 5 jun 2023, 12:13 CEST
Los venados de cola blanca suelen quedarse solos mientras sus madres buscan alimento

Los venados de cola blanca suelen quedarse solos mientras sus madres buscan alimento. No han sido abandonados.

Fotografía de Stephen St. John, Nat Geo Image Collection

Los animales bebé son adorables y, cuando vemos uno que parece estar en apuros, no es de extrañar que queramos ayudarlo.

"Nuestros cerebros (y los de muchas especies) están específicamente programados para querer ayudar a los bebés y mantenerlos a salvo", afirma Jennifer Verdolin, investigadora del comportamiento animal de la Universidad de Arizona en Estados Unidos. Pero un conejito aparentemente abandonado, un cervatillo solitario en el bosque o una cría de bisonte en apuros en un parque nacional pueden no necesitar ayuda humana.

Recientemente, el personal del Parque Nacional de Yellowstone (Estados Unidos) practicó la eutanasia a un bisonte recién nacido después de que el visitante Clifford Walters intentara ayudarlo empujándolo desde un río hasta la carretera cercana. El animal había quedado separado de su madre cuando la manada cruzó el río, pero una vez en la carretera, la cría siguió acercándose a la gente y a los coches. El servicio de parques dice que decidió aplicar la eutanasia al animal después de que la manada lo rechazara repetidamente.

"Desgraciadamente, el comportamiento de la cría en la carretera y cerca de la gente era peligroso, por lo que los guardas tuvieron que intervenir", dijo el servicio en un comunicado de prensa. La manipulación de la cría por parte del hombre provocó la muerte del animal. Se desconoce si el animal se habría reunido finalmente con su familia. Ayer Walters se declaró culpable del delito de molestar intencionadamente a la fauna salvaje y fue condenado a pagar una multa de 500 dólares y también a ingresar 500 dólares en un fondo de protección de Yellowstone.

Reconocer cuándo un animal está realmente en apuros y aprender a echarle una mano con seguridad es algo difícil de discernir, incluso para los bienintencionados amantes de la naturaleza. Para evaluar este tipo de situaciones, National Geographic pidió a Verdolin y a otros expertos consejos sobre cómo interactuar con animales jóvenes, tanto si se está en una zona salvaje remota como en el jardín de casa.

Si una persona se acerca a una cría de animal, éste puede huir y crear nuevos y estresantes obstáculos para un padre que intenta localizar a sus crías, dice Verdolin. En lugar de eso, tu instinto al ver una cría debería ser coger unos prismáticos.

Las crías de conejo y ciervo, por ejemplo, suelen permanecer solas durante largos periodos de tiempo cuando no se les da de comer, escondidas entre la hierba alta o los arbustos mientras los padres buscan comida, explica David Mizejewski, naturalista de la National Wildlife Federation y experto en fauna salvaje en Nat Geo WILD. Estos padres suelen dejar solas a sus crías para minimizar las molestias que podrían llamar la atención de los depredadores. Además, las crías son a veces frágiles y no conviene aumentar su estrés manipulándolas innecesariamente.

Los reptiles suelen valerse por sí mismos desde que nacen y no suelen necesitar ayuda humana, afirma Mizejewski. En general, hay que dejar espacio a los animales salvajes. Muchos parques exigen que los visitantes se mantengan a una distancia mínima de 25 metros de los animales, y mucho más si se trata de un depredador como un león o un oso.

Según el Servicio de Parques Nacionales, si estás lo bastante cerca para hacerte un selfie, estás demasiado cerca.

Pero hay excepciones: si ves una tortuga cruzando la carretera y es seguro detener el coche y el tráfico, no pasa nada por ayudar al animal a llegar a su destino, dice Mizejewski. A continuación, la gente debe lavarse las manos inmediatamente para evitar enfermar de salmonelosis, añade Verdolin.

(Relacionado: Parece que las orcas del Estrecho la han tomado con los veleros ¿por qué?)

Ten en cuenta si el animal está herido y cuánto tiempo lleva solo

Cuando un animal está visiblemente herido, lo mejor es llamar a las autoridades locales responsables de la fauna y flora silvestre, en España al SEPRONA, el Servicion de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil o a un veterinario para que te asesoren sobre los pasos a seguir.

Si el animal no está herido de forma evidente, lo más probable es que te digan que esperes un día para ver si vuelve alguno de sus progenitores, dice Verdolin.

Nunca intentes matar a un animal herido, advierte. Es posible que no puedas hacerlo de forma humanitaria y que además infrinjas la ley.

(Relacionado: España, líder europea en abandono de animales: 700 cada día)

¿Rechazan las madres a sus crías tras el contacto humano?

Un mito muy repetido es que manipular a una cría, sobre todo de ave, puede hacer que la madre se niegue a aceptarla.

Verdolin y Mizejewski no conocen ninguna especie animal que sea rechazada por sus congéneres sólo por su contacto con un humano.

Cuando los padres de un animal abandonan a su cría, los motivos pueden ser la duración del alejamiento y otros factores de estrés, como la disponibilidad de alimentos. "Si la madre está muy estresada por alguna razón y te metes con la cría, puede que la madre no quiera más y se marche", dice Mizejewski.

Además de ayudar a una tortuga a cruzar la carretera, hay otras situaciones en las que el ser humano puede ayudar a la fauna salvaje. Por ejemplo, si accidentalmente derribas el nido de un pájaro de un árbol u observas la caída de una cría, puedes devolverla con cuidado a su nido.

Según el Laboratorio de Ornitología de Cornell (Estados Unidos), los padres no reconocen a sus crías por el olor, por lo que el olor humano no debería ser un problema. Pero los pájaros sólo deben volver al nido si son polluelos, es decir, animales muy jóvenes con poco plumaje que aún no son capaces de caminar, dar volteretas o agarrarse con fuerza al dedo.

Según el laboratorio, los pájaros volantones, esponjosos y con dedos capaces de agarrar con fuerza una ramita o el dedo de una persona, deben dejarse siempre donde están. Puede que sus padres no estén a la vista, pero es probable que estén cerca observando a su cría aprender a volar o cuidando de otras crías.

Aunque es difícil de ver, a veces los animales heridos simplemente mueren o se convierten en el alimento de un animal que intenta alimentar a su propia familia, señala Verdolin. Que un animal sea presa de otro forma parte de la naturaleza, aunque sea difícil de ver.

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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