Este pájaro es capaz de predecir cómo de intensa será la temporada de huracanes

El zorzal común planifica sus migraciones con meses de antelación para evitar las peligrosas tormentas del océano Atlántico. ¿Cómo es que estas aves están tan en sintonía con el clima?

Por Sarah Gibbens
Publicado 31 jul 2023, 10:40 CEST
Christopher Heckscher coloca una mochila con GPS a un zorzalito rojizo

Christopher Heckscher, profesor y ecólogo de la Universidad Estatal de Delaware, coloca una mochila con GPS a un zorzalito rojizo en el Parque Estatal White Clay Creek, en Pensilvania, el 25 de mayo de 2023. El rastreador permitirá a Heckscher seguir la migración del ave hasta Sudamérica. Es allí donde las aves pueden discernir pistas sobre la temporada de huracanes del año siguiente.

Fotografía de Greg Kahn, National Geographic

Es verano, y los zorzales casi han terminado de aparearse y de incubar la generación de este año en todo el norte de EE.UU. y el sur de Canadá. Pronto, este pájaro de plumas marrones y vientre blanco emprenderá un viaje monumental, migrando miles de kilómetros hacia el sur, a través del Golfo de México y el Mar Caribe, hasta Sudamérica.  

Es un viaje peligroso para un pequeño pájaro cantor que sólo pesa unos 30 gramos, y si un huracán atraviesa esa migración, algunas de esas aves podrían no llegar nunca.

Pero cada temporada de huracanes es diferente y, según los estudios, estos pájaros cantores se han introducido en los ciclos climáticos globales, lo que les permite anticipar lo peligrosa que será una temporada.

Un estudio publicado en la revista Scientific Reports en 2018 mostró que, durante dos décadas, los patrones de migración de estas aves, también conocidas como zorzalitos rojos o zorzales colorados migratorios, desde Delaware hasta Sudamérica predijeron con precisión la intensidad de la temporada de huracanes de la cuenca atlántica. Durante los años malos, las aves terminaban su temporada de cría antes y se dirigían a América del Sur temprano, y durante los años suaves, las aves se quedaban en el este de América del Norte durante más tiempo.

"Los huracanes se producen al mismo tiempo que la migración. Si terminan antes la temporada de cría, pueden llegar antes. Tiene sentido que se den cuenta de alguna manera", afirma Christopher Heckscher, ecólogo de la Universidad Estatal de Delaware (Estados Unidos) y director del estudio.

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Un mirlo acuático es introducido en una bolsa de tela donde espera a ser examinado y marcado por los científicos. En el Parque Estatal White Clay Creek de Delaware, Heckscher y su equipo de investigación estudian los hábitos migratorios de las aves locales. Cada año, muchas especies viajan miles de kilómetros hacia el sur para pasar el invierno.

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Tahira Mohyuddin, estudiante de posgrado, saca un zorzalito rojizo de una red utilizada para atraparlos. Cuando se prevé que la temporada de huracanes va a ser especialmente peligrosa, los zorzalito rojizos terminan pronto su temporada de nidificación, mudan un nuevo conjunto de plumas y vuelan hacia el sur antes de que llegue el punto álgido de la temporada.

fotografías de Greg Kahn, National Geographic
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Primer plano de un ala de zorzalito rojizo, que puede indicar la edad del ave. Durante más de dos décadas, el equipo de investigadores de la Universidad Estatal de Delaware (Estados Unidos) ha estado registrando datos sobre las aves locales, datos que proporcionan pistas sobre el funcionamiento interno de la Tierra.

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Los zorzalitos rojizos son pájaros pequeños que pesan entre 20 y 50 gramos. Una teoría sobre cómo predicen los huracanes: cuando llueve más en su hábitat sudamericano, hay más fruta disponible, lo que les hace estar más en forma y permanecer más tiempo en Norteamérica.

fotografías de Greg Kahn, National Geographic

Desde que se publicó el estudio de Heckscher, las aves han seguido averiguando esta información tan vital. Aunque dice que es demasiado pronto para determinar qué predicen las aves para 2023, en tres de las cuatro últimas temporadas de huracanes en el Atlántico, los zorzalitos rojizos han sido igual de precisos, y en un caso, más incluso que los modelos meteorológicos.

"Estas aves están siguiendo una pista de alguna parte, y podría ser algo que aún no hemos descubierto", dice Heckscher.

Y aunque no ha buscado patrones similares entre otras aves migratorias, sospecha que existen.

Se ha investigado mucho la migración de las aves en sus lugares de descanso, como el Golfo de México. "Si buscáramos esta señal predictiva de huracanes en esos datos, creo que probablemente la encontraríamos".

Cómo los zorzalitos predicen el futuro

Heckscher cree que las aves obtienen su información meteorológica de sus zonas de invernada en Sudamérica, donde los patrones climáticos a gran escala que influyen en las temporadas de huracanes se desarrollan mucho antes de que se forme un huracán.

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    Heckscher lleva 25 años estudiando los zorzales, y su descubrimiento de que sus pautas migratorias y las temporadas de huracanes estaban relacionadas, llegó por casualidad cuando observó que los hábitos de las aves cambiaban de un año a otro. "Pensé, bueno, los huracanes ocurren en las mismas épocas en que migran, quizá si terminan antes la temporada de cría puedan llegar antes".

    Fotografía de Greg Kahn, National Geographic

    La "predicción" de las temporadas de huracanes por parte de los zorzales puede deberse a pequeños cambios en los ciclos regulares globales, como los fenómenos de El Niño y La Niña.

    Durante los años de El Niño, el agua del Océano Pacífico es más cálida que la media, y esas mismas temperaturas del Océano Pacífico producen vientos que desgarran más eficazmente los huracanes, dando lugar a temporadas de huracanes por debajo de la media. Lo contrario ocurre en los años de La Niña. Con estos cambios estacionales, las precipitaciones en el hábitat de los zorzalitos rojizos pueden variar, y durante los años en que llueve más, podría haber más fruta disponible, un alimento básico en la dieta de los zorzalitos.

    El resultado de estas fluctuaciones pluviométricas a 8000 kilómetros de distancia: una predicción fiable de la temporada de huracanes.

    La hipótesis de Heckscher es que este cambio en la dieta puede ayudar a que el zorzalito rojizo regrese a Norteamérica en mejor forma, más capaz de una temporada de cría más larga. Por el contrario, con muy poca fruta, puede que su falta de forma física les lleve a acortar la temporada de cría.

    "Algo ocurre en su química sanguínea o en sus hormonas que les hace dejar de criar en un momento determinado", dice Heckscher.

    Cada pocos años, el Océano Pacífico es más cálido que la media (El Niño) y más frío que la media (La Niña). Estas fases pueden producir menos o más huracanes en un año determinado, pero también influyen en la cantidad de lluvia que cae en el hábitat brasileño del zorzalito rojizo. Estos cambios en las precipitaciones pueden producir más o menos fruta, un alimento básico en la dieta del ave.

    Fotografía de Greg Kahn, National Geographic
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    Los investigadores capturan y analizan un zorzal maculado, un ave ligeramente mayor que el zorzal común. Al igual que el zorzalito rojizo, el zorzal maculao emigra al sur cada año y pasa el otoño y el invierno en América Central.

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    Al igual que sus vecinos los zorzales, el mirlo común abandona sus zonas de reproducción en primavera y verano en Norteamérica para pasar los fríos meses de otoño e invierno en Centroamérica y Sudamérica.

    fotografías de Greg Kahn, National Geographic
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    Los cardenales, como la hembra estudiada aquí, se encuentran en el este y centro de Norteamérica. A diferencia de los zorzalitos, no migran. Su característico plumaje rojo y la forma de su cabeza los convierten en los favoritos de los observadores de aves.

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    Esta ave es un tipo de warbler o pájaro cantor. Se reproduce en el este de EE.UU. y el sur de Canadá antes de volar al sur, al Caribe y México, para pasar el invierno. Las aves, tanto las que migran como las que se quedan, son muy sensibles a los cambios de su entorno y proporcionan a los científicos información sobre cómo están cambiando esos entornos.

    fotografías de Greg Kahn, National Geographic

    Para su estudio, él y sus colegas observaron aves de 1998 a 2016, y casi todos los años, el comportamiento de los zorzalitos fue una indicación precisa de si la actividad de los huracanes en Estados Unidos estaría por debajo o por encima de la media.

    "Es un [estudio] fascinante", afirma Andrew Farnswoth, experto en migraciones de aves del Laboratorio de Ornitología de Cornell (Estados Unidos) que no participó en esta investigación. Farnsworth no conocía ningún estudio que mostrara correlaciones similares, pero afirma que el estudio de Heckscher tiene lógica.

    "El hecho de que exista un patrón tan interesante como éste tiene todo el sentido del mundo", afirma. "Hay un montón de acontecimientos conectados, una especie de efecto mariposa".

    El cambio climático altera un delicado equilibrio

    Migraciones como las de los zorzalitos se han formado a lo largo de miles de años, a medida que las aves perciben y reaccionan a cambios predecibles en el clima.

    "El problema ahora es la velocidad a la que está cambiando el clima. ¿Pueden las aves reaccionar con suficiente rapidez?", afirma Farnsworth.

    Tahira Mohyuddin, estudiante de posgrado, sopla suavemente sobre las plumas del vientre de un zorzalito para dejar al descubierto la mancha de cría, una zona de piel sin plumas que se desarrolla durante la nidificación y ayuda a las aves a transferir el calor corporal a sus huevos. A lo largo de miles de años, generaciones de vieras se han adaptado a su entorno, pero el cambio climático está alterando rápidamente las pautas habituales a las que recurren para sobrevivir.

    Fotografía de Greg Kahn, National Geographic

    Las investigaciones han demostrado que el cambio climático hará más probable que los huracanes pasen de ser pequeñas tormentas a convertirse en grandes tormentas, todo ello mientras marchan por el océano a un ritmo más lento.

    A Heckscher le preocupa que si los huracanes avanzan más despacio sobre el Golfo de México, podría significar que más aves migratorias como los zorzalitos se enfrenten a un periodo más largo de riesgo de desviarse de su ruta o morir.

    Desde 1966, las poblaciones de zorzales han disminuido casi un tercio en todo el mundo. Su hábitat sudamericano se está destruyendo rápidamente para dejar sitio a la agricultura, y sus hábitats septentrionales están cada vez más fragmentados.

    Además, las aves migratorias como el zorzal común corren un mayor riesgo de chocar contra los edificios: cada año mueren hasta mil millones de aves al chocar contra edificios cuyas ventanas vidriosas y reflectantes suelen confundir con el aire libre.

    Además, corren el riesgo de desaparecer de los bosques y llevarse consigo sus melodiosos cantos.

    "Me preocupan mucho estos pájaros", dice Hecksher. "Son vulnerables por muchas razones".

    Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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