Incluso una pequeña cantidad de carne roja puede aumentar el riesgo de diabetes

Hace tiempo que se sabe que consumir mucha carne roja es perjudicial. Pero una nueva investigación muestra lo que incluso una cantidad modesta puede hacerle a tu cuerpo.

Por Daryl Austin
Publicado 23 oct 2023, 10:28 CEST
Carne roja

Aunque la carne roja es rica en proteínas, vitaminas y micronutrientes como el hierro y el zinc, los expertos coinciden en que todos ellos pueden extraerse de otras fuentes.

Fotografía de BRIAN FINKE C, O EVERYBODY SOMEBODY INC, Nat Geo Image Collection

¿Orgulloso de reducir el consumo de carne roja?

Un nuevo estudio sugiere que reducir quizá no sea suficiente. Los amantes de la carne podrían estar aumentando su riesgo de diabetes tipo 2 con tan sólo dos raciones de carne roja a la semana, según muestra la investigación. Esta es precisamente la cantidad recomendada por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan). Se trataría de una problemática mundial, aunque a diferente escala en función del país: si en España consumimos unos 50 kilos de carne al año, según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, el estadounidense medio (así como el australiano, el argentino, el mongol y el serbio) consume más de 100 kilos de carne al año. Ahora, empieza a ganar fuerza la idea de que, quizás, lo mejor sea no comer nada de carne roja en absoluto o, como mucho, porciones pequeñas una vez por semana.

Aunque ya es bien sabido que comer grandes cantidades de carne roja es perjudicial, la nueva investigación publicada en The American Journal of Clinical Nutrition (AJCN), demuestra una asociación más estrecha entre el consumo de carne roja procesada o no procesada y el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 de lo que se había reconocido anteriormente.

"Encontramos un aumento modesto pero estadísticamente significativo del riesgo incluso con dos raciones de carne roja a la semana, y el riesgo siguió aumentando con ingestas más elevadas", afirma Xiao Gu, autor principal del estudio e investigador postdoctoral del departamento de nutrición de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard (Estados Unidos)

El estudio también demuestra que sustituir la carne roja por fuentes saludables de proteínas vegetales puede reducir las probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2.  

La carne roja está "generalmente cruda cuando está roja y suele proceder de un animal con cuatro patas", dice Kearson Petruzzi, dietista diplomada del Centro de Nutrición Humana de la Clínica Cleveland. Su versión procesada es la carne que se ha modificado para alargar su vida útil o mejorar su sabor, como cuando se cura, fermenta o ahúma. Este estudio, por tanto, no se aplica a las carnes blancas como el pollo, el pavo y el pescado.  

Según Christopher Gardner, presidente del comité de nutrición de la Asociación Americana del Corazón y profesor de medicina de la Universidad de Stanford, "las investigaciones de la Asociación Americana del Corazón, la Asociación Americana contra el Cáncer y otras entidades demuestran que el consumo de carne roja tiene efectos nocivos para la salud".

La carne roja no sólo aumenta el riesgo de diabetes de tipo 2. Las investigaciones han demostrado que comer cantidades excesivas también aumenta el riesgo de padecer cardiopatías, enfermedades hepáticas, obesidad y cáncer. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) clasifica las carnes rojas procesadas como carcinógenos del grupo 1, lo que significa que pueden causar cáncer, al igual que otros carcinógenos de clase 1 como la exposición a los rayos UV y fumar cigarrillos. La carne roja no procesada está clasificada como carcinógeno del grupo 2, lo que sugiere que probablemente sí cause cáncer, al igual que otros carcinógenos de clase 2, como las verduras en escabeche y el aspartamo que se encuentra en muchas marcas de refrescos light.

Estos riesgos individuales se suman a los ya conocidos impactos ambientales de la producción masiva de carne.

"Nuestros hallazgos no significan que la carne roja no deba comerse nunca", afirma Walter Willett, profesor de epidemiología y nutrición de la Escuela de Salud Pública T. H. Chan de Harvard y coautor del estudio sobre la diabetes del AJCN, "sino sólo con más moderación que en la dieta típica estadounidense".  

Descubrir la relación entre diabetes y carne roja

Para comprender la relación entre la diabetes y la carne roja, los investigadores analizaron los datos de 216 695 participantes de ambos sexos, cada uno de los cuales proporcionó detalles sobre sus hábitos dietéticos durante más de 30 años. Alrededor de 22 000 de los participantes acabaron desarrollando diabetes de tipo 2 a lo largo del estudio, lo que ayudó a los investigadores a medir el papel desempeñado por la carne roja.  

El equipo descubrió que los participantes que comían la mayor cantidad de carne roja tenían un 62% más de probabilidades de desarrollar diabetes de tipo 2 que los que comían menos.  

Es más, cada porción diaria adicional de carne roja procesada se asociaba a un aumento del 46% del riesgo de desarrollar la enfermedad, mientras que las porciones diarias de carne roja no procesada se asociaban a un riesgo un 24% mayor.

Estos hallazgos se producen en un momento en que los científicos tratan de comprender qué factores pueden estar contribuyendo al rápido aumento de las tasas de diabetes de tipo 2 en todo el mundo. En la actualidad, más de 529 millones de personas padecen esta enfermedad prevenible, y se prevé que esta cifra se duplique con creces hasta alcanzar los 1300 millones en 2050.

Un tema muy debatido

Aunque el consumo de carne roja ya se había relacionado con el riesgo de diabetes de tipo 2 en estudios anteriores, esta investigación demuestra una asociación mucho mayor de la que se conocía hasta ahora y responde a cuestiones planteadas en investigaciones anteriores.

"Por ejemplo, hemos demostrado que las diferencias y limitaciones metodológicas podrían explicar en gran medida las diferencias en los resultados (anteriores) entre estudios de todo el mundo", afirma Gu.  

Eso es importante porque las investigaciones anteriores defectuosas o incompletas a veces han alimentado el escepticismo público sobre los peligros del consumo de carne roja, y las opiniones contradictorias de los expertos no han ayudado a las cosas.  

En 2019, por ejemplo, un puñado de científicos publicó una investigación que mostraba que los riesgos asociados con el consumo de carne roja podrían estar exagerados. Su investigación recibió feroces críticas de investigadores de salud pública que cuestionaron su metodología. El trabajo suscitó aún más escepticismo después de que The Washington Post revelara que algunos de sus autores no revelaron que habían recibido financiación de la industria de la carne de vacuno. 

"Hay voces contradictorias en las noticias y en Internet sobre si debemos limitar el consumo de carne roja", explica Gu. Cita "titulares llamativos" que periódicamente afirman que el consumo de carne roja es inocuo. Gu afirma que cualquier investigación de apoyo suele "reflejar variaciones en el diseño de los estudios, influencias de la industria, mala interpretación de los datos o sensacionalismo". 

Independientemente de tales debates o diferencias pasadas en las metodologías de investigación, dice que los hallazgos de su investigación AJCN "apoyan firmemente las directrices dietéticas que recomiendan limitar el consumo de carne roja." 

¿Quizá una vez a la semana?

Pero no todo son malas noticias para los amantes de la carne. La carne roja contiene nutrientes importantes y beneficios conocidos para la salud que aún merece la pena tener en cuenta. Por ejemplo, las Guías Alimentarias para los Estadounidenses del Departamento de Agricultura de EE.UU. incluyen la carne roja como una buena fuente de proteínas, y la Clínica Mayo señala que los cortes magros de ternera "pueden formar parte de una dieta sana con moderación". 

La carne roja también es "rica en vitaminas y micronutrientes como el hierro y el zinc", afirma Norrina Allen, profesora de política sanitaria de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern. Y afirma que también puede ser beneficiosa porque ayuda a sentirse saciado y a mantener la masa muscular y ósea. 

"Cuando se come carne roja, se consumen los aminoácidos necesarios para fabricar las enzimas que producen y reparan las proteínas corporales", añade David Levitsky, profesor de nutrición de la Universidad de Cornell. 

Pero los expertos coincidieron en que comer carne roja no es necesario para obtener esos beneficios para la salud, ya que los nutrientes y las proteínas pueden obtenerse de otras fuentes. También coincidieron en que, dado lo que sabemos sobre algunos de los resultados negativos para la salud relacionados con el consumo excesivo de carne roja, se puede minimizar el riesgo limitando el tamaño de las porciones y la frecuencia de consumo. 

"Basándonos en nuestros resultados", dice Willett, "comer un filete grande una vez al mes o comer porciones más pequeñas de carne roja una vez a la semana sería coherente con un bajo riesgo de desarrollar diabetes tipo 2".  

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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