La salmonela podría estar vinculada a la epidemia que mató a millones de aztecas

Nuevos hallazgos sugieren que la salmonela podría tener parte de culpa del cocoliztli, una epidemia del siglo XVI que mató a millones de aztecas.

Por Sarah Gibbens
Publicado 18 ene 2018, 12:47 CET
Una fosa común de la Gran Plaza
Una fosa común de la Gran Plaza de Teposcolula-Yucundaa, antes de las excavaciones.
Fotografía de Christina Warinner, Proyecto Arqueológico Teposcolula-Yucundaa

Entre 1545 y 1550, los aztecas del actual sur de México sufrieron una epidemia mortal. Murieron entre 5 y 15 millones de personas. A nivel local, se conocía como cocoliztli, pero la causa o causas exactas han sido un misterio durante los últimos 500 años.

Ahora, un nuevo estudio publicado en la revista Nature Ecology and Evolution sugiere que la causa de la epidemia podría haber sido una forma mortal de salmonela.

La Salmonella enterica —subtipo paratifoidea C para ser exactos— estaba presente en el ADN de 10 individuos diferentes enterrados en la única sepultura conocida, Teposcolula-Yucundaa, asociada al cocoliztli.

Según el autor del estudio Åshild Vågene, del Instituto Max Planck, la cepa es una infección bacteriana que provoca un tipo de fiebre entérica casi idéntica a la tifoidea. Aunque esta cepa específica de salmonela es mucho más rara hoy en día, Vågene dice que se habría extendido de forma similar. El agua o la comida contaminada con la cepa habría sido mortal una vez ingerida.

Las victimas habrían experimentado fiebre, vómitos y probablemente sarpullidos.

La extracción de ADN antiguo

Historiadores y arqueólogos han sospechado durante mucho tiempo que una enfermedad transmitida por la sangre era la responsable del cocoliztli. Representaciones de artistas españoles e indígenas muestran a las personas infectadas con hemorragias nasales y tosiendo sangre.

Sin embargo, ha sido difícil encontrar pruebas físicas directas.

«Esta es una de las enfermedades que no deja pistas visibles en el esqueleto», afirma Vågene, añadiendo que pocas enfermedades lo hacen.

Por eso, para detectar la presencia de un patógeno, los investigadores recurrieron al ADN de 500 años de antigüedad de los dientes hallados en restos de 24 individuos indígenas.

Los científicos sometieron las muestras a un análisis de secuenciación de ADN denominado MALT, un programa computacional que almacena información sobre todos los patógenos conocidos y caracterizados.

Las investigaciones arquitectónicas de la Gran Plaza han dado como resultado un hallazgo inesperado: un gran cementerio asociado a la epidemia de cocoliztli de 1545-1550. Se descubrió que el cementerio contenía varias fosas comunes, lo que da fe de la naturaleza catastrófica de la epidemia.
Fotografía de Christina Warinner, Proyecto Arqueológico Teposcolula-Yucundaa
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«Uno de los aspectos más importantes es que no necesitamos hacer conjeturas», afirma Alexander Herbig, también del Instituto Max Planck, coautor del estudio. En lugar de formular una hipótesis para varios patógenos diferentes, los investigadores pudieron contrastar el ADN con la enorme franja de su base de datos.

De los 24 analizados, 10 mostraron síntomas de salmonela. Además de llevar a cabo análisis de individuos que habían tenido contacto con europeos, los investigadores analizaron a cinco individuos que habían sido enterrados antes de la llegada de los europeos. Ninguna de esas cinco personas tenía indicios de salmonela en el ADN.

¿Fue culpa de los europeos?

Cuando los europeos llegaron a las Américas, los registros históricos demuestran que trajeron una serie de enfermedades infecciosas con ellos, como la viruela y el sarampión. Estas enfermedades afectaron de forma desproporcionada a los nativos, ya que no tenían inmunidad contra ellas.

Según Vågene y Herbig, su hipótesis de trabajo es que ocurrió lo mismo cuando los españoles llegaron a México.

En un estudio publicado en febrero del año pasado, los investigadores observaron esta misma cepa de salmonela detectada en los restos del ADN de una mujer noruega que murió en el año 1200. Esto significa que la cepa específica que podría haber acabado con los aztecas en el siglo XVI habría estado presente 300 años antes al otro lado del Atlántico.

Según Vågene, es posible que el patógeno ya estuviera en México. Pero no se han encontrado tales pruebas.

Los orígenes de una epidemia

Para confirmar que la salmonela contribuyó a la epidemia histórica en México, los científicos necesitarán analizar más ADN de lugares diferentes.

«Mi instinto hace que sospeche que hay varios agentes involucrados en esa epidemia», afirma Caitlin Pepperrell, investigadora que estudia enfermedades infecciosas en la Universidad de Wisconsin-Madison que no participó en el estudio.

Pepperrell dice que podrían haber estado involucrados varios factores, muchos de ellos derivados de las consecuencias del colonialismo, como las «interrupciones de los suministros de alimentos, la hambruna, los cambios de concentración demográfica y la reubicación».

«Es difícil saberlo con certeza», afirma Anne Stone, de la Escuela de Evolución y Cambio Social de la Universidad Estatal de Arizona, que tampoco participó en el estudio. «Pero creo que probablemente tuvo un origen europeo, ya que fue nuevo para la población y les afectó mucho».

Según ella, más muestras de ADN de más tumbas podrían confirmar esta teoría.

Vågene está de acuerdo en que hasta que los arqueólogos identifiquen más tumbas de cocoliztli, los investigadores solo pueden formular hipótesis sobre la causa de la enorme epidemia. Mientras tanto, Herbig añade que seguirán utilizando la secuenciación de ADN para averiguar qué enfermedades han impactado a la humanidad en la historia y cómo lo han hecho.

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