Esta innovadora aplicación se ha convertido en el Uber de África

Esta startup de Ruanda ha cambiado la vida de los viajeros frecuentes y ha hecho las calles de Kigali más seguras.

Por Alexandra E. Petri
fotografías de Ciril Jazbec
Publicado 16 feb 2018, 13:25 CET

Cuando llegas a Kigali, Ruanda, al momento notarás unas cuantas peculiaridades de la ciudad. Las colinas se elevan sobre la tierra, llenas de árboles verdes como burbujas en una copa de champán. En las limpias carreteras bordeadas de aceras hay una energía optimista de la mañana a la noche. En casi cada esquina, cerca de las rotondas, frente a los bares y restaurantes, grupos de mototaxis esperan listos para llevar a clientes a sus destinos en Kigali. Todas las motos tienen un aspecto similar: una carrocería roja decorada con rayas plateadas. Todos los conductores llevan cascos verdes y llevan otro más para sus clientes.

Guy Moise Karekezi, de 24 años, es un estudiante de último año de la Universidad de Ruanda que hace un grado en informática empresarial. «He usado SafeMotos y ha sido una buena experiencia. Es seguro, es fácil y es inteligente».
Fotografía de Ciril Jazbec, National Geographic

Las motos son opciones de transporte rápidas, cómodas y asequibles que forman parte del ADN de Ruanda. Pero también son peligrosas, algo que según los expertos se debe a los errores de los conductores, tanto de los conductores de los mototaxis como del resto de conductores. Los accidentes de moto suponen un 80 por ciento de los accidentes de tráfico de Ruanda, una estadística que es más aterradora con un contexto más profundo: en el África subsahariana, los accidentes de tráfico son una de las principales causas de muerte, detrás del SIDA y la malaria.

Pero a medida que Kigali y otras ciudades africanas experimentan un auge demográfico, también aumenta la demanda para desplazarse por ciudad de forma segura y eficiente, algo que tiene sentido en África.

«Ir en mototaxis es barato y pueden meterse entre los huecos en los atascos», afirma Barrett Nash, cofundador de SafeMotos, una startup de Kigali que está revolucionando la industria de los mototaxis en Ruanda.

Nash y su socio Peter Kariuki fundaron SafeMotos en 2015, tras reconocer la necesidad de hacer de los mototaxis una opción más barata. Como Uber, SafeMotos es una aplicación que los clientes pueden descargarse en sus smartphones y a la que pueden acceder para pedir mototaxis, en vez de pararlos por la calle.

Marcelin y su familia en su casa de la barriada de Gasabo, Kigali. «Empecé a trabajar con SafeMotos en 2015. Trabajar con SafeMotos me ha cambiado la vida, pude casarme con mi esposa y pagar mi deuda, que era de 1,5 millones de francos. Ahora dirijo a un equipo de conductores en SafeMotos, algo muy honrado».
Fotografía de Ciril Jazbec, National Geographic

SafeMotos es más que un servicio de transporte, ya que hace honor a su nombre: promete un transporte seguro siguiendo a su flota de conductores en tiempo real. Los conductores tienen que tener al menos tres años de experiencia antes de unirse a SafeMotos. Tras examinarlos, se les da un smartphone con la app de SafeMotos, que registra su velocidad, aceleración, ubicación y la información de su giroscopio. Se analizan esos datos y se usan para dar a los conductores una puntuación sobre 100. Para seguir trabajando en la empresa se necesita una puntuación mínima de 90.

El fotógrafo Ciril Jazbec empezó a documentar la trayectoria de SafeMotos en 2015, cuando la empresa consiguió financiación en un concurso de startups en Kigali. Kariuki, keniata, y Barrett, expatriado canadiense, se unieron a competidores de todo África para reunir ideas para transformarlo todo, de la agricultura al transporte.

Los usuarios de SafeMotos también son los niños huérfanos que van a la iglesia cada domingo. Su tutor Eric Cyatarugamba habló de su experiencia positiva con SafeMotos. «Antes de SafeMotos, solíamos pedir taxis para que los niños fueran a la iglesia, pero era caro. Mientras buscábamos alternativas como familia, encontramos SafeMotos, que no solo era seguro, sino también asequible».
Fotografía de Ciril Jazbec, National Geographic

«Tenían una energía muy positiva», dice Jazbec de la pareja.

Desde entonces, SafeMotos se ha expandido, atrayendo a más gente y contratando a más conductores. Los beneficios no son solo económicos en términos salariales y formativos, sino que los conductores reciben clases de inglés semanales para atraer a un número cada vez mayor de turistas extranjeros que visitan Ruanda.

Para Jazbec, documentar el crecimiento de SafeMotos durante los últimos años ha sido una oportunidad para romper los estereotipos del continente perpetuados por el mundo occidental.

El trabajo bien pagado es el resultado de algunas de las innovaciones tecnológicas de África, como SafeMotos, que tiene más de 400 conductores autorizados en Kigali. Fred Hakizimana lleva más de un año como conductor en la empresa. Le ha cambiado la vida a él y a su familia. A veces llega a ganar el doble de lo que ganaba cuando conducía su propio mototaxi. Con el dinero se ha comprado una nueva casa y ahora sus hijos van a un colegio privado.
Fotografía de Ciril Jazbec, National Geographic

Fotografiando el funcionamiento del sistema, Jazbec ha sacado a la luz ciertas realidades —como las infraestructuras deficientes— a la vez que defendía el progreso que generaban los visionarios tecnológicos africanos. «Ven problemas y crean soluciones a partir de su propia experiencia», afirma Jazbec.

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