Así surgió la Unión Europea de las ruinas de la II Guerra Mundial

Lo que comenzó siendo una unión económica por la paz es ahora uno de los mayores organismos políticos del mundo. Sin embargo, el Brexit podría indicar que se avecinan tiempos difíciles.

Por Erin Blakemore
Publicado 14 oct 2019, 16:08 CEST
Anti-Brexit
Una manifestante anti-Brexit protesta frente al Palacio de Westminster, en Londres, mientras el parlamento británico votaba una propuesta de ley para abandonar la UE en septiembre de 2017.
Fotografía de Tolga Akmen, AFP, Getty

Cuando los votantes británicos decidieron abandonar la Unión Europea por un margen reducido en 2016, la conmoción se sintió por toda Europa. Si el Brexit ocurre, será la primera vez que un estado miembro de la UE abandone uno de los mayores organismos económicos y políticos del mundo, una organización compuesta por 28 estados fundada para establecer una paz duradera tras la destrucción de la II Guerra Mundial. Esto es lo que dejará atrás Reino Unido si sale de la UE.

Las raíces de la UE se hayan en la devastación de la Segunda Guerra Mundial. En 1945, la economía de Europa estaba en ruinas. Gran parte de la población se encontraba sin hogar o desplazada. Mientras las industrias europeas trataban de recuperarse, las tensiones políticas dividieron el Este y el Oeste en una Guerra Fría.

La inestabilidad económica y el fantasma de la hiperinflación —las condiciones exactas que contribuyeron al auge del fascismo alemán y allanaron el camino para la Segunda Guerra Mundial— hicieron que los líderes de la Europa de posguerra actuaran. Las autoridades se aliaron para esquivar el conflicto con medios económicos. Las industrias del acero y el carbón de Alemania del Oeste, Francia, Bélgica, Luxemburgo y los Países Bajos se unieron y crearon un mercado común de bienes para tratar de estabilizar la economía e imposibilitar que un solo país acaparara el mercado de materiales empleados para hacer la guerra.

La Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA) enseguida inspiró más reformas económicas. En 1957, en plena Guerra Fría, los seis países de la CECA firmaron los Tratados de Roma, que crearon la Comunidad Económica Europea (CEE). La CEE garantizaba un mercado común y unas políticas acordes en materia de economía, agricultura o transporte.

Antes del Brexit, británicos como Georgina Pellham-Kept protestaron contra la inclusión original del Reino Unido en la UE a principios de los años 70. Reino Unido se unió a la UE en 1973.
Fotografía de P. Felix, Daily Express, Getty

Los países de la CEE prosperaron durante los años 60 y Europa occidental pasó del hambre a la prosperidad. En 1973, se unieron otros tres estados miembros, entre ellos Reino Unido. Con el colapso del comunismo en los 80 y los 90, más países siguieron sus pasos.

En 1993, 12 estados miembros firmaron el Tratado de Maastricht, con el que nació la Unión Europea. El tratado creó la ciudadanía europea, estableció políticas comunes de relaciones exteriores y seguridad nacional y preparó el terreno para una divisa común, el euro. Hay cuatro libertades que aún rigen esta unión: la libre circulación de personas, bienes, capital y servicios.

El euro entró en vigor el 1 de enero de 1999. Para entonces, se habían aprobado las leyes Schengen que garantizaban el libre movimiento de ciudadanos europeos entre las fronteras nacionales en la mayoría de los países europeos y la unión se había convertido en uno de los mayores organismos políticos del mundo.

A partir de 2009, la UE —que ahora contaba con 27 estados miembros— sufrió una crisis económica precipitada por la incapacidad de los estados miembros más recientes de pagar sus deudas. Sin embargo, la unión sobrevivió a la crisis de deuda y a otras controversias. Con la inclusión de su estado miembro más reciente, Croacia, en 2013, la UE asciende a 28 miembros. En la actualidad, abarca cuatro millones de kilómetros cuadrados y alberga 513 millones de habitantes. Garantiza derechos fundamentales como la dignidad humana, la igualdad y el derecho a la vida (que incluye la prohibición de la pena de muerte), asilo, consentimiento informado y libertad de pensamiento y expresión.

La UE ya no es solo una unión económica; con el paso del tiempo, ha creado una paz duradera y una estabilidad relativa en Europa. Incluso ganó el Premio Nobel de la Paz en 2012. Pero ¿son aún fuertes los lazos entre los estados miembros? Aunque algunos defienden la existencia de una «identidad europea», los académicos la debaten. Ser europeo no implica necesariamente apoyar a la Unión Europea y el Brexit es una nube sombría que se cierne sobre el experimento europeo. La UE se halla de nuevo en terreno inexplorado y no está claro si la salida del Reino Unido es una tormenta pasajera o una señal del empeoramiento del clima.

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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