¿Cómo fue realmente la amistad entre Leonard Bernstein y JFK?

Pese a que sus vidas no podrían haber sido más diferentes, los recuerdos del famoso director de orquesta sobre John F. Kennedy revelan una faceta sorprendente del famoso presidente de Estados Unidos.

Por Parissa DJangi
Publicado 20 nov 2023, 11:20 CET
Leonard Bernstein dirige  "Carmen" en el Lincoln Center en 1972

Leonard Bernstein dirige la obertura de una producción de la Metropolitan Opera de "Carmen" en el Lincoln Center en 1972. El famoso maestro entabló una improbable amistad con el Presidente de Estados Unidos John F. Kennedy, que abogó por las artes hasta su asesinato.

Fotografía de Burt Glinn, Magnum Photos

Leonard Bernstein y John F. Kennedy: uno era directos de orquesta (además de compositor y pianista), el otro presidente, y ambos eran titanes de los Estados Unidos del siglo XX. También fueron amigos inesperados cuya relación representó la unión de las artes y la política estadounidenses durante la administración Kennedy.

Cuando Kennedy fue asesinado el 22 de noviembre de 1963 (este mes se cumplen 60 años) Bernstein estaba desolado. Dos años después, el legendario compositor habló de su amistad en una entrevista con la Biblioteca John F. Kennedy, revelando aspectos sorprendentes de ambos.

Dos chicos de Massachusetts

Bernstein y Kennedy eran de Massachusetts, pero bien podrían haber sido dos planetas diferentes.

Leonard Bernstein nació en Lawrence el 25 de agosto de 1918. Sus padres eran inmigrantes ucranianos que crearon una próspera empresa de artículos de belleza. Pero el joven Bernstein no quería vender pelucas, sino hacer música.

John Fitzgerald Kennedy, sin embargo, sí se unió al negocio familiar. Kennedy nació en Brookline el 29 de mayo de 1917, en el seno de una de las dinastías políticas de Boston. Su abuelo, P. J. Kennedy, era político estatal, y su padre, Joseph P. Kennedy, llegó a ser embajador en el Reino Unido.

Bernstein ingresó en la Universidad de Harvard en 1935; Kennedy empezó al año siguiente. Aunque sus órbitas se sincronizaron en Cambridge (Massachusetts), sus caminos nunca se cruzaron.

Después de la universidad, Bernstein se forjó una carrera musical, convirtiéndose en un destacado compositor y director de orquesta que dirigiría la Filarmónica de Nueva York. Mientras tanto, Kennedy se lanzaba de cabeza a la política.

Bernstein fechó su primer encuentro con Kennedy en 1954, cuando el hombre que se convertiría en presidente aún era senador por Massachusetts. Kennedy invitó a Bernstein y a su esposa Felicia a almorzar en el comedor del Senado de EE. UU., y Bernstein apreció la "cercanía y majestuosidad" de Kennedy y su entusiasmo por las ideas.

Sus caminos volvieron a cruzarse en 1961, después de que Bernstein alcanzara el estrellato con su musical West Side Story y Kennedy fuera elegido presidente de Estados Unidos. El 19 de enero, la noche anterior al día de la toma de posesión, Frank Sinatra organizó una gala repleta de estrellas en honor del nuevo presidente electo. Entre los artistas que reclutó: Leonard Bernstein, que escribió y dirigió Fanfare for the Inauguration of John F. Kennedy  [Fanfarria para la toma de posesión de John F. Kennedy] para conmemorar el acontecimiento.

Al principio, los actos oficiales unieron a los dos hombres. Colaboraron en un comité para formar un Centro Cultural Nacional. Kennedy también invitó a los Bernstein a cenas y recepciones de Estado.

En su entrevista para la Biblioteca Kennedy, Bernstein recordaba una recepción en la que participó el violonchelista español Pablo Casals en 1961, maravillado por la habilidad de los Kennedy para hacer que todo el mundo se sintiera bienvenido. "Nunca había visto tantos artistas felices en mi vida. Era una gozada verlo. Y la sensación de hospitalidad, de calidez, de bienvenida, el gusto con que se hacía todo".

Jacqueline Kennedy Onassis posa junto al director de orquesta y compositor Leonard Bernstein mientras mira hacia el escenario del Centro John F. Kennedy para las Artes Escénicas, en Washington, DC. Bernstein asistió a la inauguración de este centro dedicado al legado de su amigo.

Fotografía de Associated Press

Recuerdos

Su amistad también tenía una dimensión personal. En noviembre de 1961, los Kennedy invitaron a los Bernstein a una cena privada en la Casa Blanca. El ambiente era tan informal que, una vez que la comitiva se trasladó al salón, Bernstein se tumbó en el suelo y charló con la hermana del presidente, Eunice Shriver, por teléfono.

La fiesta no terminó hasta las dos de la madrugada. "No hacíamos nada más que hablar y reír, fue una velada tan deliciosa", dijo Bernstein más tarde a la Biblioteca Kennedy.

Recordaba con cariño que el presidente sabía hacer bromas. Durante una cena en honor del compositor Igor Stravinsky el 18 de enero de 1962, ambos músicos se saludaron con besos en la mejilla, y Kennedy añadió: "Eh, ¿y yo?".

Su amistad era tal que llegaron a conocer a sus respectivas familias. Bernstein recordaba haber visto la retransmisión de un concierto con Caroline Kennedy, la hija del presidente, y Kennedy llegó a enviar una tarjeta de cumpleaños al padre de Bernstein.

Bernstein también entabló amistad con Jacqueline Kennedy. Ella asistió a la inauguración del Philharmonic Hall el 23 de septiembre de 1962, con Bernstein dirigiendo el programa. En el intermedio, le visitó entre bastidores en un segmento televisado, y entonces las cosas dieron un giro inesperado.

"La besé [en la mejilla]", relató Bernstein horrorizado. "No se trataba tanto de besar a Jackie como amiga como de besar a alguien que viene a verte entre bastidores después de un concierto. Es una tradición de la Green Room". La prensa aprovechó el momento y lo explotó, lo que sólo atrajo más atención sobre el incómodo encuentro: "Todavía lo estoy viviendo".

John F. Kennedy fue asesinado el 22 de noviembre de 1963. Sólo tenía 46 años.

Un conmocionado y devastado Bernstein continuó honrando el legado de su amigo. El 24 de noviembre dirigió a la Filarmónica de Nueva York en un concierto televisado de Resurrección de Gustav Mahler en memoria del presidente. Al día siguiente, pronunció un discurso para la United Jewish Appeal, prometiendo: "Esta será nuestra respuesta a la violencia: hacer música con más intensidad, más belleza y más devoción que nunca".

Eso es exactamente lo que hizo Bernstein. Cuando el John F. Kennedy Center for the Performing Arts abrió sus puertas el 8 de septiembre de 1971, su primera actuación fue un estreno de Bernstein: Mass [Misa], encargada por Jacqueline Kennedy.

Sin embargo, Bernstein se tambaleaba por la pérdida de un amigo. "No puedo superarlo", dijo a la Biblioteca Kennedy en 1965. "No creo que nadie pueda".

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    Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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